Capítulo 16

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-¿Interrumpo algo?- pregunta Dante con su ceño fruncido tirándole dagas envenenadas a su cuñado qué todavía tenía sus manos en su Luna.

-Señor Montenegro ¿no le enseñaron a tocar la puerta antes de entrar en la habitación de una señorita?- preguntó ella retándolo con la mirada ¡ja! Idiota vete con tú "visita importante" se dijo Luna en su mente.

Dante frunció más el ceño ¿eso eran celos? La mujercita lo estaba retando con la mirada y no solo eso si no qué no alejaba al idiota de Damián aún lo tenía demasiado cerca para mi su gustó, él menor de los Rivera no pudo disimular qué le divertía la escena soltando una carcajada le encantaba la manera en qué Luna retaba al gruñón de su cuñado si parecía una adorable gatita con sus garritas lista para atacar a la presa.

Doña Lucia recriminaba a su hija con la mirada no era la forma correcta de tratar a su jefe y mucho menos si estaban viviendo en su casa pero esos dos tenían sus asuntos y ella no pensaba meterse en peleas de niños malcriados.

-Joven Damián lo invitó aún café viera qué preparé un pastelito de chocolates para chuparse los dedos vamos a la cocina- dijo pues no quería estar en medio de la guerra de esos dos y ya qué Dante estaba aquí significa qué Gabriela se había ido por lo tanto se sentía un poco más tranquila aunque la angustia en su pecho no se quitaba por completo.

-Sería un placer ser consentido por usted señora Bonita- dijo Damián había entendido muy buen las miradas llenas de furia de su cuñado aunque le divertida la ecena todo se estaba volviendo más tenso y no quería ser con quien desquitaran su rabieta de celos.

-Te veo mañana mi niña Bonita- dijo dejando un beso en la mejilla de Luna recibiendo un gruñido de parte de Dante qué por supuesto ignoró.

-Señora Lucia recuerde qué tenemos una plática pendiente- le recordó Dante cuando la mujer pasó por su lado a lo cual ella solo asintió y prosiguió su camino.

-¿La Bruja se fue?- preguntó Damián en su oído mientras lo abrazaba en modo de despedida Dante solo le confirmo con una mirada a lo cuál el menor de los Rivera suspiro de alivió.

-Tenemos qué buscar la manera de mantenerla lejos de Luna por el momento encárgate de la pequeña fiera querido cuñado hablamos mañana- dijo muerto de la risa.

Observo las facciones de la mujer qué no lo había dejado de retar quería reír por la manera en qué arrugaba su nariz le parecía un gesto muy adorable pero ahorita no estaba para eso necesitaba confirmar si el berrinche de Luna era provocado por ¿celos?.

-¿No crees qué Damián se toma muchas confianzas contigo?- preguntó serio.

-¡No lo creó! ¿Y quién era esa visita tan importante qué no podía bajar para no interrumpirlos?- contestó y preguntó mientras disimulaba su molestia.

-Pues yo si  lo creó le tendremos qué aclarar un par de cosas a ese muchachito - dijo ignorando su pregunta.

-No le vamos aclarar nada y contesta mi pregunta- hablo entre los dientes mostrando ya su irritación.

-Claro qué le vamos aclarar algo- dijo acercándose peligrosamente a la mujer qué retrocedía hasta quedar atrapada entre la cama y ese monumento de hombre de dos metros.

-Le vamos aclarar qué eres mía y qué no puede tocarte al menos qué quiera quedar sin manos- dijo tomando su cintura y pegándola a su pecho Luna intento separarse y cuándo el busco su boca qué moría de ganas por comérsela ella aparto el rostro provocándole molestia odiaba el qué le negara sus labios.

-Y también deberíamos aclararle algo a una pequeña mujercita celosa- dijo divertido tomando su rostro fuertemente con sus manos y ahora si robándole un beso.

-Cuándo yo pongo mis ojos en una mujer no tengo para nadie más yo te elije para mi, y eso significa qué también te pertenezco mi bella y adorable conejita- dijo acariciando su rostro muy dulcemente el corazón de Luna brinco de felicidad en su pecho le sonrió contenta antes de lanzarse a sus brazos y por fin probar esa boca delicioso de Dante Montenegro.








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-¡Pero mamá! ¿no entiendo el porque tienes qué irte?- exclamó mientras caminaba de un lado a otro haciendo berrinche como niña de tres años.

-Ya te dije mi Amor él padrecito Jesús esta enfermo y me pidió ir a cuidar de él sabes lo bien qué se aportado con nosotras así qué me iré un par de días- dijo Doña Lucia terminando de armar la maleta sabía qué para su hija sería difícil el tener qué separarse de ella jamás lo habían echó pero necesitaba de alguna manera alargar el encuentro con Gabriela Rivera todavía no estaba preparada para enfrentarla y mucho menos qué supiera de la existencia de su hija.

-¡Pero mamá!- se volvió a quejar sabía qué su madre no le decía toda la verdad, detrás de esa ansiedad por irse al pueblo a cuidar al padrecito había algo más grande y grave. Intento muchas veces persuadirla pero no cedía su madre era una tumba cuando se lo proponía.

-Pero mamá nada mi amor entiende  él padrecito esta enfermó es mi deber cuidarlo después de lo mucho qué nos ayudó- dijo Doña Lucia como su última palabra.

-Al menos déjeme acompañarla- pidió no solo estaba triste por tener qué separarse de su mamá jamás lo habían echó, pero también le preocupa quedarse a solas en esa casa con Dante qué últimamente no quería soltarla siempre qué se encontraban terminaban comiéndose la boca a besos y no solo eso si no qué también la toca en lugares demasiado íntimos dándole muchos pero muchos orgasmos si solo con besos y sus manos la hacía tocar el cielo no podía imaginar como sería cuándo ya por fin fuera su mujer en cuerpo y alma.

-No te preocupes mi amor Miguel me llevara él niño Dante se lo pidió así qué no tienes qué ir a demás tienes qué dar clases no te olvides de tus obligaciones cuídate y cuida de Dante- dijo dándole un beso en la cabeza.

Observo ir a su madre con un nudo en la garganta le dolía tener qué separarse de ella pero entendía qué el padre Jesús la necesitaba más qué ella en esos momentos suspiro cansada mirando la nube de polvo qué había dejado la camioneta.

-No sé irá para siempre mi Luna, ella volverá en unos día- dijo Dante en su oído sacándole un pequeño gritito del susto condenado hombre como se le ocurría aparecer así de repente.

-Lo sé pero igual me entristece es la primer vez qué estaremos separadas- suspiró ella dejando caer su cabeza en el pecho del hombre qué aprovecho y la pegó más a su cuerpo dejando su espalda muy pegada en su pecho.

Intentaba mostrarse lo más calmada posible ante él, no quería delatarse pero en su interior estaba vuelto loco sentía como si millones de mariposas bailarán en su estómago porque esa noche sería la primera en la qué estaría completamente sola con él hombre qué amaba y no sabía cómo actuar o si sería capaz de controlarse y no lanzarse a sus brazos rogando porque la hiciera suya.

-Tranquila mi Amor aquí no pasara nada qué tú no quieras además yo no muerdo- dijo sonriendo seductoramente condenado buenote sabía muy bien lo qué esa sonrisa causaba en ella.

-Ahora vayamos a dormir- dijo coqueto haciendo qué su corazón se acelerará más todavía.

-¿Eh?- preguntó confundida y su confucion pasó a enojó cuando el hombre empezó a reír a carcajada.

-Tú en tú cama y yo en la mía claro está al menos qué quieras ¿Dormir conmigo?- dijo mordiéndose el labio inferior haciéndola perder la razón definitivamente éste hombre era su perdición.

-Por supuesto yo en mi cama y tú en la tuya, Buenas noches- se despidió empezando a correr hacia su habitación mientras Dante seguía de lo más divertido al verla tan nerviosa sabia muy bien qué su intuición no estaba errada Luna lo deseaba a él tanto como él a ella y eso solo le ponía las cosas más difíciles sabía qué no aguantaría mucho tiempo más pronto de lo qué pensó su Amor se consumiría y no habría vuelta de hoja pues él no la dejaría escapar de su lado jamás.
















Volvi, 😅❤🌻🌻🌻🌻🌻 maratón tres. Capítulos hoy!

La Luna del viudo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora