capítulo 18

2.1K 137 21
                                    

—¡Oh por Dios estás ardiendo en fiebre!— dijo preocupada al sentirlo demasiado caliente y al observar sus mejillas Rojas.

—Si estoy ardiendo pero por ti— hablo coqueto él.

—Dante por favor vamos a tú habitación necesitamos bajar esa fiebre— comentó alterada al ver qué él no tenía intención de dejar de besar su cuello y acariciarla.

—Estoy bien no tengo nada solo quiero estar así contigo quiero hacerte mía por completo— dijo sobre su cuello mordiendo levemente.

—¡Dante vamos por favor de verdad  estas enfermó!— volvió a decirle más alterada empujándolo para poder apartarlo un poco pero se arrepintió de inmediato al verlo tambalearse lo sostuvo fuertemente antes de qué callara al suelo.

—Dios... ¿por qué tienes qué ser tan enorme? Vamos por favor coopera conmigo qué si no,  no  podré llevarte a tú habitación— dijo ella intentado hacerlo caminar pero el hombre solo quería seguir pegado a ella.

—quiero hacerte el amor— dijo Dante sobre su cuello haciendo qué se estremeciera.

—Dante ayúdame por favor vamos a tú habitación— intento moverlo pero su fuerza no servía ni para hacerlo retroceder aunque él estuviera débil.

—No a mi habitación no, mejor a la tuya— dijo él.

—Está bien vamos a mi habitación— secundo ella, solo necesitaba llevarlo a la cama y bajarle la fiebre o podría empeorar.

Acomodó pudo lo arrastro a su habitación él hombre no era de mucha ayuda puesto qué lo único qué hacía era intentar besarla y acorralarla  por todos lados lo empujo en la cama dónde él empezó a quitarse la ropa cómo loco dejándola en shock.

—¿Con qué quieres jugar rudo he?— hablo divertido quitándose los pantalones qué dando solo en bóxer y cuándo intento bajarlos ella se le fue encima rápidamente.

—¡No! Dios... déjalos puesto— dijo con las mejillas sonrojadas .

—¿Los quieres quitar tú?—

—Déjate de juegos Dante Montenegro tengo qué bajar la fiebre o podrías empeorar así qué espera aquí iré por paños húmedos y medicina no te muevas de la cama— dijo ella intentado soltarse de los enormes brazos de él hombre.

Corrió por todos lados buscando el botiquín de medicina y toallas qué remojo en el lavado del baño volvió a la habitación para encontrarse con su hombre totalmente dormido le quitó los zapatos y empezó a ponerle las toallas remojadas por todo su rostro y pecho lo despertó para poder darle la medicina y por más qué intento de todo para poder bajarle la fiebre simplemente no cedía asustada no se le ocurrió otra cosa qué llamar a los hermanos Rivera sabia qué uno de ellos era médico y por lo tanto podría ayudarle  a curar a su hombre.

************

—¿Estará bien?— preguntó preocupada David solo la observó con una sonrisa definitivamente su cuñado había sido recompensado por Dios y la vida al poner en su camino a esa pequeña mujer.

—Si tranquila cariño, Dante es un hombre fuerte le administre unos buenos antibióticos dormirá toda la noche esperemos a ver como evoluciona ahora iré a ver a Miguel qué según María está en un estado más lamentable qué Dante— dijo besando su frente.

—No te preocupes me quedaré aquí para ver como evoluciona en toda la noche ahora me preocupas tú, vete a dormir Damián cuidará de Dante mientras yo veo a Miguel— hablo observando a su hermano menor qué  en cuanto escucho la llamada de Luna salió corriendo cómo loco casi desnudo pues según él Luna lo necesitaba, por si Dante moría recibiendo un par de galletas de parte de sus dos hermanos mayores por lo exagerado.

La Luna del viudo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora