Capítulo 5

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Cuidado con el peligro, muchas veces  se disfraza.


Anónima POV.

Oak Falls

13 de Setiembre. 22:30 p.m.

—Estaba conduciendo cuando inesperadamente lo vi —balbuceé fingiendo—. Él... él se lanzó y no pude hacer nada.

Temblé y solté lágrimas falsas que recorrieron mis mejillas con rapidez.

—Llévensela a la ambulancia —sentenció uno de los policías a los asistentes.

Se me dio bastante bien lo de actuar aflicción, supongo que estaba demasiado acostumbrada, tanto que incluso a veces llegaba a creérmelo. Me senté en la parte trasera de la ambulancia y los trabajadores me tomaron la tensión. Cuando comprobaron mi estado de salud, me dejaron marchar.

Estaba en perfectas condiciones, claramente.

—Tendrá que tomar declaraciones.

Asentí y caminé lentamente hasta llegar a mi coche, no antes sin echar un vistazo al cuerpo que estaban recogiendo del acantilado. Me volteé con una sonrisa victoriosa y entré al vehículo sin remordimientos alguno.

—A veces resultas espeluznante.

Lo miré a través del retrovisor y dibujé una sencilla sonrisa en mi rostro. Encendí el motor y me fui de aquel asqueroso lugar ensangrentado.

—Hay que hacer cualquier cosa para conseguir la victoria.

30 minutos antes.

Conducía a gran velocidad por las curvas desoladas. La música sonaba fuerte dentro del coche y el aire azotaba mi delicado rostro con fuerza. Pasamos un letrero que marcaba en grande el nombre del pueblo: Oak Falls.

Sonreí con satisfacción.

—¿Crees de verdad que estará aquí? —preguntó él con diversión.

—Tal vez —contesté desinteresada.

Soltó una risa sin gracia y miró a través de la ventana. Me percaté de su incomodidad, y como bien había aprendido durante todos estos años, intenté salvar la situación. Extendí mi brazo y acaricié su mejilla con delicadeza, torciendo su cabeza hacia a mí para que me mirase a los ojos.

—¿Qué te preocupa? —dije en un tono de voz dulce y sereno.

Hasta a mí me dio asco escucharme. Pero al parecer al idiota que tenía delante le encantaba que le atendiera, como si de un cachorrito abandonado se tratase. Odiaba a los hombres que buscaban una actitud parental en las mujeres.

—Mi familia se ha mudado hace poco aquí... —Apartó la mirada con remordimiento—. No quiero que les pase nada, yo...

Frené de golpe el coche y con rapidez, siendo veloz, bajé el freno de mano. Nuestros cuerpos se volcaron hacia delante, pero no sufrimos ningún daño. Él abrió sus ojos atónitos y me miró como si de una loca se tratase. No te equivocas en absoluto, pensé.

—Dime, ¿tú confías en mí? —pregunté sabiendo que él solo tenía una posible respuesta.

—¡Claro que sí! —exclamó con indignación.

—Pues, si sigues siendo fiel a mí, te puedo asegurar que no le pasará nada a tu familia.

Acaricié de nuevo su mejilla y él se inclinó hacía mí mirándome fijamente a los ojos. Reprimí las ganas de insinuar el gesto de desprecio.

—Te quiero —susurró con ojos bobalicones.

Contuve la mueca de asco y esbocé una media sonrisa.

—Y yo —contesté pasiva.

Encendí de nuevo el coche y conduje con más efusividad hasta que caprichoso el destino nos cruzamos con un coche averiado. Sonreí mordiéndome el labio inferior y observé la escena. Se trataba de un coche cuatro por cuatro estacionado en medio de la carretera, cerca de un acantilado. Pude divisar a un hombre que se escondía entre los motores con una linterna en la mano, mirando desconcertado lo que tenía delante. Paré el coche paralelamente y como una buena ciudadana quise rescatarlo de su problema.

—¿Necesita ayuda? —pregunté bajando la ventanilla a la vez.

El hombre se rascó el cabello nervioso y algo tímido. Tenía una cabellera gris, de una persona de aproximadamente 50 años, llevaba un traje perfectamente liso y no tenía mucha pinta de ensuciarse las manos a menudo. Predeciblemente, nos revisó a ambos, echó una ojeada a mi coche caro, y seguido de esto sonrió.

—La verdad es que sí —contestó—. He llamado a la grúa, pero llevo dos horas esperando.

—Es lo que tiene vivir en el culo del mundo —dijo de forma grosera mi acompañante.

Sonreí incómoda maldiciendo los malos modales de él, y me desabroché el cinturón con intención de bajarme, pero su mano me frenó en seco.

—No, él no —suplicó mirándome con fijación.

Esbocé una media sonrisa y solté un suspiro. Mi mano aterrizó encima de la suya y con fuerza estrujé sus dedos. Él comenzó a quejarse, pero como si no estuviera pasando nada, reí fingidamente y lo miré con advertencia.

—Que sea la última vez que me exiges o me ordenas algo —musité dejando su mano completamente roja.

Bajé del deportivo con elegancia y me alisé la falda que llegaba más arriba de mis rodillas. Me sacudí las manos y me acerqué al hombre que me había revisado descaradamente.

—¿Es usted de aquí? —pregunté echándole un vistazo a la mecánica.

—Esto... Sí —balbuceó—. Me sorprende que sepa de mecánica —murmuró mirándome con asombro.

—Soy capaz de muchas cosas —contesté juguetona.

El hombre captó mi segundo mensaje, pues sus mejillas se tornaron rosadas y tuvo que limpiarse el sudor de sus manos en su chaqueta plisada.

—Los cables están mal conectados —dije como si entendiera del tema.

El moreno asintió con la cabeza e hizo un gesto de angustia ante la situación. Con clase me quité la americana azul que llevaba puesta y la doblé con delicadeza.

—No quiero que se manche, es de alta costura —murmuré dejándola sobre el cristal.

—Pero si la pone ahí se manchará igualmente —vaciló.

—Ah. —Señalé al coche—. No lo decía por eso—. Reí gesticulando con las manos—. Si no, por la sangre.

—¿Qué sangre? —preguntó antes de la oscuridad.

22:50 p.m

—Que tengan una buena noche. —Saludó unos de los policías que vigilaban la carretera.

Una vez estuvimos medianamente lejos apreté el pedal del acelerador. Me desesperaba ir lenta. Él con agilidad se cambió al asiento de copiloto y percibí al instante que se encontraba incómodo e inseguro.

—Supongo que acabamos de dar la bienvenida al pueblo. —Soltó en un suspiro de resignación.

—Y esto solo acaba de empezar.



¡Nuevo Capítulo!

Seguramente te hayas quedado con cara de: WTF que ha pasado aquí.

Tranquil@,lo acabarás entendiendo, jejje. ¡Hasta la próxima actualización!

Att: Alx_gr

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