La fama oscura de un Dragón. |Drarry/Harco.

02: Humillación.

Créditos al fanart a quien corresponda.

Draco Pov.

Era como sentirse totalmente adormecido y tu pecho presionado hasta el hartagazo siquiera el aire quería regresar a mis pulmones no, simplemente no podía ser cierto ¿Su padre encarcelado en Azkaban? La imbécil mini comadreja, había tenido la razón, siempre la tuvo y lo peor de todo era que esa traidora se estaba burlando de su desgracia, la desgracia por la cual ahora estaba pasando su familia. No me percate hasta el momento cuando ya estábamos en la mansión en el salón lobby que siempre me recibía tan perfecto y a la vez tan solitario sobre todo deprimente en cuando los elfos y la servidumbre empiezan hacer sus movimientos llevando mi equipaje hacia mi alcoba en este instante le hubiese preguntado a mi madre con todo el capricho de siempre si había remodelado mi guardarropa pero en lugar de eso y tocar los deliciosos canapés que estaban servidos en una bandeja de plata al lado de un suave vino blanco que era mi favorito de mi boca no salió más que...

—¿Cuánto tiempo...cuanto... lleva padre en Azkaban? —

Mi voz había sido tan estrangulada que me sorprendí a mi mismo que aun pudiese procesar dicha información sin apanicarme, lleve mis grises aun en la bruma de un llanto desolado a punto de salir, pero sin perder la dignidad de un Malfoy ante las peores circunstancias aguarde por la respuesta de mi progenitora y asi como ella tome asiento en uno de los sofás blanco tan inmaculados de esa parte de la casa.

—Dos semanas y tres días, Dragon tu padre ha fallado en una de las misiones del señor tenebroso y esa fueron las consecuencias. —

El cansancio que mi hermosa madre reflejaba en su rostro era tan desalentador solo por hacer algo y distraer mi mente ante el terror de fallarle a alguien como ese mago implacable busque una de las copas no dejando que los sentimentalismo me vencieran y a sabiendas que desde ahora yo tomaría el lugar como el hombre de la familia mientras mi padre no estuviese desconocedor de lo que pasaría a continuación tome un sorbo tan largo de ese delicioso vino abandonándome a la sensación momentánea de que todo era una horrible y desgarradora pesadilla.

----------

Cuatro días tan deprimentes donde el silencio, el papeleo la angustia como la incansable lucha por sacar a su padre de esas rejas no lo dejaban flanquear en ningún momento los tiempos de descanso se veían reducidos a nada en ningún momento dejo de acompañar a su madre en todo este doliente transcurso hasta que finalmente los desgraciados del ministerio junto con la suprema corte Mágica Wizengamot decidieron luego de tantos galeones derrochados en sus traseros abrir el caso de Lucius Malfoy al otro día.

La felicidad en el rostro de Narcissa no se comparaba con nada ni siquiera el mismo brillo del sol osaría con opacarla después de todo la Familia Malfoy sabia como conseguir lo que ansiaban buscando sus propios beneficios.

Y era tan temprano en ese día tan caluroso de Julio en verano, estando mucho más relajado, pero aun asi me sentía tan preocupado e intranquilo que apenas pude digerir el desayuno con algo de esfuerzo. Nunca faltando ese aire tan formal en nosotros con las mejores túnicas para la ocasión donde predominaban los colores oscuros y el sello familiar de nuestra casta en los bordados de la capa.

Usando la red flu que por esa vez la habían conectado a nuestra propiedad por el caso y el estado de mi padre, arribamos al Atrio cual inmediatamente fuimos conducidos hacia el elevador ignorando las miradas cargadas de desdén de los demás en el publico de empleados en general la situación de la familia no era un secreto en general para el ojo publico ya que para la maldita mala suerte éramos el blanco de la prensa comiéndonos vivos sin detenerse. Conducidos a un gran portón del ultimo piso a la derecha tan angosto y lúgubre cual predominaba el purpura con el slogan de esa corte de hipócritas donde los mas altos mandos estaban ahí para rascarse el trasero mientras decidían quien era inocente o culpable. No dejando que me nublase la razón mi odio busque la tan fina mano de mi madre para transmitirle confort mientras ingresábamos hasta nuestros puestos correspondientes junto al abogado de la familia un señor mayor de unos 60 de edad con esa mirada rígida y orbitas sobrias de un azul feroz.