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Yeonjun corrió detras de él. Ambos idiotas estaban llorando.
- ¡Soobin espera! - Grito Yeonjun, veía a lo lejos una luz, era un auto a una gran velocidad hacercandose a ellos.
- ¡No! ¡Aléjate! - Dijo Soobin como respuesta, mirando atrás viendo cómo Yeonjun lo seguía.
- ¡Soobin para! - Habían avanzado unas cuadras y con ellas el automóvil estaba cada vez más cerca, sin esperanzas de querer parar.
La lluvia seguía corriendo más rápido, dejando todo más dramático.
- ¡Soobin! - Dijo cuando el auto estuvo a una distancia jodidamente corta de ellos.
El auto siguo su camino sin notar la precencia de ambos jóvenes, pero tranquilos todos, no son idiotas, caminaban por el pavimento de la banqueta, lo único que provocó fue que ambos quedarán más empapados que antes, el auto a toda velocidad más el charco que se encontraba debajo de las ruedas a ese punto solo generó una ola de agua sucia contra ellos.
- Soobin tropezó, sus zapatos mojados, la lluvia y lo confundido que estaba en ese momento solo pudo hacer que sus pies se cruzarán entre sí y cayera de cuerpo completo a él suelo, dejándolo adolorido.
- ¡Soobin! - Yeonjun corrió a ayudarlo. - Ahg, por eso te dije que no corrieras, aparte ni siquiera traes suéter. - Ayudo a sentar a Soobin en algún escalón de un negocio cerrado de por ahí. Le entrego su chaqueta incluso cuando el se estuviera muriendo de frío, pero Soobin estaba lastimado y creía que lo merecía más que él.
- por esta razón debiste traer el auto idiota - Dijo entre sollozos Soobin - pero el señorito no quería gastar gasolina - rio sarcásticamente, arrepentido de su acción pues rápidamente su cara empezó a doler debido al golpe que se dio.
- perdoname Soobin - Yeonjun acarició el cabello de Soobin, estaba todo mojado, lo recostó sobre su hombro y pensó en que podían hacer ahora con todo este desastre.
Duraron así un par de minutos, minutos desastrosos, Soobin había porfin dejado de llorar y Yeonjun soporto las lágrimas, debía mantener la compostura con Soobin herido (física y mentalmente) y borracho. Yeonjun estaba que se moría de pura preocupación, joder, después de un tiempo que empezaba a tomar la responsabilidad de ser el mayor.
Exhalo, sin darse cuenta estaba reteniendo la respiración.
- Esto es lo que vamos a hacer, iremos a esa tienda de ahí, te comprare lo que quieras y algunas cosas para curar tus raspones, después llamaremos a nuestro manager y le diremos que estábamos saliendo de él billar de aquí a tres cuadras cuando la lluvia atacó, pensamos que no era nada pero resbalaste y la lluvia empezó más fuerte y por esa razón estamos en esta tienda, nos lleva a casa aún mojados, le agradecemos, nos damos una ducha y después dormimos, ¿ok? Solo finje que no estas borracho, que si lo descubre nos regañara el doble. - Yeonjun creo ese plan para salir de aquí.
Soobin solo asintió, paso uno de sus brazos por los hombros de Yeonjun para esperar a que se pusiera de pie y el intentar hacer lo mismo, seguía adolorido, caminar costaría un poco. Yeonjun lo entendió y pasó su brazo por la cintura de Soobin dispuesto a levantarse y caminar.
Nisiquiera saben como jodidamente llegaron al local, pero ahi estaban. El empleado de la caja estaba furioso, dos weones llegan empapados solo para que el tenga que limpiar el lugar. Yeonjun compró varias cosas entre ellas, sobres de algodón con alcohol para las heridas de Soobin así como unos curitas con el mismo motivo. Y para puro conseguir a Soobin un paquete de galletas, acompañados de cajas de jugo de manzana y por último dos bolsas de calefacción que metieron al microondas de la misma tienda y después a sus bolsillos para mantenerse en mínima de calor.
Yeonjun llamó a su manager, quien estaba furioso, pero tampoco se podía quejar comprendía el enojo de este.
Mientras esperaban Yeonjun intentó curar las heridas de Soobin, nada profecional ni muy elaborado claro está, pero hizo lo que pudo, sosteniendo la mano de Soobin, la izquierda tenía heridos los nudillos, la derecha la palma y sus pies dolian mucho, pero Yeonjun no podía hacer mucho al respecto. Plantó un beso en cada mano después de ponerle los cuitas y después beso la frente de Soobin mientras el tomaba de su jugo.
Ambos estaban encontrarle un poco de paz al asunto, relajandose, o al menos intentándolo. No decían muchas palabras, casi ninguna a decir verdad.
El manager llegó, después de muchos regaños y advertencias, les brindó un espacio en su coche, suéteres que no estaban mojados para cada uno y toallas, benditas toallas que no duraron más de un segundo sin que se empaparan debido a el agua que desprendían sus prendas.
Final 3/?
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