Capítulo 29

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GABRIELA

Estuvimos como una hora más en casa de Marcos y Carlos. Ellos nos habían invitado a quedarnos a cenar, pero la verdad es que me empezaba a molestar el oído y prefería irme a casa para descansar y tomarme una pastilla.

Esta tarde fue una de las mejores, al parecer Alex y Carlos volvían a ser los amigos que fueron tiempo atrás y me alegraba mucho la verdad. Estoy segura de que se echaban de menos, hacían muchas cosas juntos y eso se quiera o no, queda marcado.

Alex decidió que me iba a acompañar hasta casa a lo cual no me negaría esta vez. Tenía el oído medio sordo y se podía decir que no me enteraba de los ruidos que tenía a ese lado. "Las cosas entre ti y Carlos están bien ¿no?" pregunté y este no tarda nada en asentir con una sonrisa en su rostro "Si, me dijo que lo perdonara por lo que pasó y nos pusimos al día más o menos."

"Me alegra escuchar eso, sé que era importante para ti." respondí "Era como mi hermano, lo echaba de menos la verdad." admitió "Verás cómo las cosas volverán a ser lo que eran hace tiempo." contesté "Yo con tal de estar contigo ya soy feliz. Lo que no sabía es que habían tenido una hermana."

"Si, es raro que no te enterases, lo sabe todo el mundo." dije encogiéndome de hombros "Puede ser, pero yo solo estaba pendiente de ti y de lo que podía averiguar, deberías saberlo." dije rodando los ojos "Me puedo hacer una idea." se rió "Se te veía feliz esta tarde."

"Es que lo estaba. Tú y Carlos sois de nuevo amigos, Carlos está volviendo a ser el mismo, no puedo pedir más." aseguró y negué, porque no me estaba refiriendo a eso precisamente "Pero no me refiero a eso." aseguré y Gabriela frunció el ceño "¿Entonces a qué?" preguntó con curiosidad "Cuando estabas con Ana. En ese momento es como que no le hacías caso a nada más que a ella. Cuando fui a junto a ti parecía que eras su madre por la manera en la que te estaba agarrando la cazadora."

"Eso es imposible." se rió, pero negué, porque cualquiera persona que las viese sin saber realmente la relación que tenía, las confundiría sin dudarlo un solo segundo "Sé que es imposible, pero es como se veía. Estoy seguro de que serás una gran madre." afirmé "No estoy tan segura de eso."

"Yo sí. Creo que nunca te vi tan feliz como lo estabas esta tarde." admití "Pues sí que lo estoy, hace tiempo que dejé de no ser feliz creo yo." musitó con una pequeña sonrisa en su rostro "Me alegra escuchar eso, pero es hora de que entres en casa para que no cojas frío."

No me había dado ni cuenta de que habíamos llegado a casa la verdad, por lo que en cuanto dice eso me giro para mirar y era cierto. Al parecer no había nadie en las ventanas ni nada. No tarda nada en acercarse a mí y pasarme los brazos por la cadera.

"Te echaré de menos preciosa." susurró "Nos veremos mañana, no queda tanto tiempo, al fin y al cabo." respondí a pesar de que lo echaría de menos a él también "Lo sé, pero con un segundo que paso sin estar tú lado ya se me hace una eternidad."

"La exageración es lo que hace." me reí y este rodó los ojos "Puede ser, pero es la verdad." aseguró "Te creeré, más que nada porque yo también lo hago." admití "¿Por eso me crees?" preguntó elevando una ceja "Si, por eso." dije medio en coña "No veas cuanto te amo mi reina." dijo "Yo igual."

Nos besamos y nos abrazamos. A los pocos minutos se fue, más que nada porque le insistí en que se fuera, estoy segura de que se pondrían a mirar por la ventana en cualquier momento y no quería que lo viesen ahí plantado y saliesen. Me quedé esperando hasta que lo perdí de vista, fue en ese momento en el que entré en casa y notaba que la molestia del oído iba a más.

Entré en el comedor que es donde estaban todos y me senté. Estaba bastante cansada la verdad, por lo que a los pocos minutos y después de cenar algo, me fui para la cama. No sé qué hora era cuando desperté, solo sé que desperté porque el oído me dolía demasiado, parecía que me iba a explotar en cualquier momento y como que quemaba, por lo que me levanto para ir al baño y echarle agua a ver si eso funcionaba.

Llevaba un par de minutos en el baño y mi madre no tarda nada en venir, estoy segura de que era para ver cómo estaba, más que nada porque yo no salía de la habitación de noche para nada. "¿Te encuentras bien?" preguntó mi madre "Si, solo me molesta el oído, vete a dormir." respondió "¿Estás segura?" cuestionó y asentí.

Se empezó a girar para irse y cuando estaba a punto de darse la vuelta de todo se giró en mi dirección de nuevo con una cara de susto. "Gabriela tu oído." susurró y fruncí el ceño "¿Qué pasa?" pregunté, pero es ese momento noté como un líquido me recorría el cuello para abajo, por lo que llevo mi mano al cuello y veo que es sangre.

"Mierda." protesté "Voy a llamar a tu padre, nos vamos al médico ahora mismo." Se fue a su habitación para avisar a mi padre, no sin antes darme una toalla. No tardaron demasiado en vestirse y venir a por mí para llevarme al médico. Cuando llegamos al centro médico y me atendieron dijeron que debíamos ir al hospital, que ellos podrían ver mejor que es lo que me pasaba y estuvimos como una hora en urgencias esperando para que me atendieran.

Cuando me atendieron me dijeron que tenía otitis media más cercana a la gravedad de bajo nivel, que iba a tener que cuidar el oído y que mañana no debería ir a la universidad para evitar los cambios de temperatura, que debía estar así por tres días a lo que mi madre dijo que haría. Eso significaba que no me dejaría salir para nada de la casa. Me iba a volver loca estos tres días, la verdad.

Llegaríamos a casa sobre las seis y media de la mañana y me dijeron que debería ir para la cama, cosa que no discuto, porque tenía sueño. Cuando desperté serían como las once de la mañana, demasiado tarde para mi gusto, pero al menos ya no me dolía tanto el oído, eso era lo único bueno.

Bajé para desayunar y mi madre me contó que al final mis abuelos vendrían mañana en vez de ir nosotros ya que no podría salir por los cambios bruscos de temperatura. Mañana sería el día en que les contaría a todos que estaba con Alex, en parte esto de quedarme en casa me venía genial para pensar en lo que le diría exactamente.

Al acabar de desayunar me fui para el estudio para dibujar, eso me ayudaría a pensar y decidir qué era lo que le diría, y realmente estuve pensando hasta que al parecer habían llegado mis hermanos de la universidad. "¿Pensando en algo importante?" preguntó Marcos detrás de mí, haciendo que saltase en la silla del susto que me había metido "Marcos, haz el favor de no meterme estos sustos."

"Perdona, pero es que como peté y no dijiste nada, decidí entrar." dijo, encogiéndose de hombros "Lo siento, pero es que estoy medio sorda, a veces no me entero de nada." admití "Si, ya me dijeron tus hermanos lo que te pasaba. Suena doloroso." asentí, porque eso era cierto "Lo es, pero no es nada grave. Lo único grave de esta situación es que voy a estar encerrada hasta el lunes, no me dejarán salir de casa."

"Puede llegar a ser complicado." asintió, entendiendo a que me refería "Me volveré loca." aseguré "Si quieres vengo y te hago compañía." respondió y rápidamente asentí "Por favor, me volveré loca si no." aseguré "No lo creo, pero entiendo a qué te refieres."

"Pues me voy y vendré más tarde. Traeré a Ana y Carlos si quieres." dijo y elevé una ceja "Claro que los vas a traer, no pensarás dejar a tu hermana sola con Carlos, ¿Y si le pasa algo?" pregunté "Estoy seguro de que no le pasará nada, pero lo traeré si así evito que te preocupes de más."

"Lo harás." confirmé "Entonces nos vemos dentro de un rato. Y me dijo tu madre que bajases a comer." dijo, antes de salir por la puerta "Lo haré, dile que en un par de minutos estaré ahí." le pedí "Se lo diré. Hasta dentro de un rato Gabriela." se despidió "Hasta dentro de un rato."

Salió por la puerta y yo a los pocos minutos bajé. Mientras estábamos comiendo me empezó a molestar el oído y para mi suerte habíamos acabado de comer cuando comenzó a sangrar, por lo que me fui al baño, seguida de mi madre hasta que la convencí de que se podía ir, que estaba bien.

El Amor de mi Vida [Modificando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora