VI

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Autora: Scarlet Raven.

Parejas: Destiel, Sabriel.

Derechos: Los personajes no me pertenecen, naturalmente y para mi desgracia. Únicamente la historia es imaginación mía.

Disclaimer: Universo alterno, con mafias, drogas y menciones de violaciones de por medio. El contenido puede llegar a ser explícito y perturbador para personas especialmente sensibles: muertes, dolor, drama, pero con final feliz. Amor para el mundo, cómo no.

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—¿Dean?

Su nombre es pronunciado con sorpresa. Una voz familiar que tranquiliza el fuerte palpitar de su corazón tras el nerviosismo que sintió en el callejón, asustado por la reacción que había tenido ante Castiel. Cas, la calidez de su cuerpo, sus respiraciones entremezcladas y el pánico que se instaló en él cuando estuvo a punto de tocarle.

Declina el pensamiento ante un nuevo sonido. Usando un pantalón holgado, una camiseta floja y una boina caquí perfectamente ajustada a su cabeza, Benny Lafitte quita el seguro de su arma, apuntando esta vez al hombre tras él. A su alrededor, cuatro personas más los rodean; hombres de confianza que protegen a Benny, a Dean; listos para acribillar a Castiel en el instante en el que se de la orden. Cas, que levanta las manos con inocencia, ladeando la cabeza en un gesto que Dean ha aprendido a reconocer como confusión.

—Wow, wow, espera, espera. Está bien, él viene conmigo, es de fiar.

Aunque está completamente seguro de que el chico comprendía que estaba metiéndose a la boca del lobo cuando decidió seguirlo, se interpone entre él y todas las armas, protegiéndolo con su cuerpo de estas y de su gente, que no dudaría en matarle cuando Dean estuviera fuera de su alcance.

Un instante de comprensión pasa entre él y su amigo, cuestionamiento silencioso que Dean responde arqueando las cejas y las manos extendidas. Con duda en su mirada, Lafitte baja el arma, sus hombres le imitan; sin perder de vista al chico Novak los rodea, asomando entonces la cabeza con cautela.

—Ha llegado— anuncia — mantengan la guardia hasta que decidamos qué hacer.

No recibe respuesta; por ­su parte, Dean sabe que Benny habla con todos aquellos que conforman su círculo de personas de confianza, ocultos entre las casas a los alrededores, aquellos que cuidan uno de sus puntos de reunión en caso de emergencia. Tras volver al interior del cálido refugio, Benny empuja la puerta de entrada falsa, cerrando tras esta la verdadera; da media vuelta, mira a Castiel, a Dean. Y finalmente, suelta un suspiro de alivio. Parece cargar el peso del mundo en los hombros, y aun así, su rostro se divide en una sonrisa que contagia a Dean.

—La próxima vez que quieras fingir tu muerte, cuéntame antes, hermano.

—¿Es esto subordinación?

—Por supuesto que lo es. Te patearé el trasero y después me encargaré de patear el de Miguel.

Ambos se quedan callados, dejando pasar el tiempo, hasta que el momento transcurrido los hace sentirlos livianos, y se echan a reír eufóricamente. Los hombres a su alrededor se palmean unos a otros, tomando como éxito el que él estuviese ahí. Sonríen ante Dean, saludándolo con inclinaciones de cabeza y palabras de bienvenida. Todos miran con desconfianza a Castiel, pero vuelven a sus puestos de vigilancia.

—Es bueno tenerte de vuelta, hermano. No sabíamos cuánto tiempo tardarías en aparecer. Escuchamos sobre una persecución, y una noticia sobre Dean Winchester volviéndose loco, lanzándose de un puente con un acompañante misterioso. Ese, imagino, debes de ser tú.

Serendipia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora