VII

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Autora: Scarlet Raven.

Parejas: Destiel, Sabriel.

Derechos: Los personajes no me pertenecen, naturalmente y para mi desgracia. Únicamente la historia es imaginación mía.

Disclaimer: Universo alterno, con mafias, drogas y menciones de violaciones de por medio. El contenido puede llegar a ser explícito y perturbador para personas especialmente sensibles: muertes, dolor, drama, pero con final feliz. Amor para el mundo, cómo no.

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—¡Extra, extra! ¡El número de asesinatos se vuelve el mayor registrado en la historia! ¡Cuerpos son encontrados en diferentes baldíos! ¡Criminales desconocidos aterrorizan la ciudad!

Es un niño gritando en una esquina con transeúntes curiosos que se acercan de inmediato a ver las noticias impresas en periódicos. Sus rostros demuestran morbo, algunos otros demuestran pánico, y muchos más, ni siquiera son capaces de mirar las imágenes que se muestran, desechando el periódico en el cesto de basura más cercano, tan pronto como lo han comprado. Para Castiel y Dean, aquello no es una sorpresa, pero sí una molestia.

Sentados en una de las mesas de la cafetería Via Veneto, situada en el centro de Calabria y decorada con flores de diversas especies, ambos observan a través del ventanal al chico sonriendo por lo rápido que vende sus periódicos. Castiel toma su taza de café, pero no bebe; cubre su boca el objeto, cuidándose de cualquier persona indiscreta y cotilla que pueda estar escuchando por error u observándolos en la lejanía.

—Si sigue así, la policía se hará a un lado y dejarán que la división anti-mafias aniquile este país. Los sobornos ya no servirán, y todos estaremos acabados. Detener los planes de Miguel es algo necesario para prevalecer.

El chico sigue gritando, ya viéndose desmotivado porque la gente ha dejado de prestarle atención y todos vuelven a ignorarle mientras avanzan a sus destinos, asqueados de las pésimas noticias que, aunque no son nuevas, se vuelven un recordatorio de que deben cuidar aún más a sus familias, trabajar más duro, pedir protección en sus negocios y dejar su patrimonio en manos de desconocidos que matan por placer. Pero la noticia sigue firme, como una sombra que amenaza constantemente con alcanzarlos y despedazarlos despiadadamente si no actúan precavidamente. Mirando al chico tomar sus periódicos, quizás para recorrer las calles buscando nueva gente que los compre, Dean es terriblemente consciente de que su tiempo se ha agotado, que no hay manera de que él pueda seguir oculto cuando decenas de vidas corren peligro, y su mera existencia pende de un hilo.

—Es por eso que estamos aquí. Calabria es regida por La 'Ndrangheta. Si tenemos a Charlie con nosotros, tendremos la mitad del territorio. Lucifer odia a su hermano, así que Sacra Corona Unita no será un problema.

—La 'Ndrangheta es tuya— le recuerda Castiel, bajando su bebida— si los rumores son ciertos. Es por eso que nos hemos adentrado en su territorio, sin invitación ni estrictas precauciones.

—Ella es mi amiga— corrige Dean— pero no me pertenece. No es mi deber tomar decisiones por ninguna de ellas, será su elección. Sin embargo, su ayuda sería beneficiosa. Encontrar a Sam y enfrentar a Miguel será más fácil con ella de nuestro lado.

Guardan silencio, cada uno trazando planes no dichos, en busca de que menos sangre sea derramada en aquella guerra sin sentido, incluso cuando saben que es imposible. Dean toma su taza, observa el café humeante en su interior, y vuelve a bajarla. Piensa en Sam, y se pregunta qué plan ha comenzado a fabricar, y si ambos lograrán coincidir antes de que la soberbia de Miguel llegue al clímax. Empuja la taza lejos, examinando las mesas que rodean la suya. Hombres trajeados charlan entre sí, con las pistolas guardadas en sus bolsillos, al igual que Benny, quien espera, atento, al otro lado de la calle, detrás del volante de su auto.

Serendipia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora