Nos Gusta Lo Que Nos Gusta.

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—Jimin ha llegado, puedes ir a la terraza en lo que voy abrirle —Namjoon vivia sólo desde que sus padres quisieron buscar una vida más tranquila en una villa a las afueras de Sangdo-dong, y como Namjoon era muy responsable sus padres no dudaron en...

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—Jimin ha llegado, puedes ir a la terraza en lo que voy abrirle —Namjoon vivia sólo desde que sus padres quisieron buscar una vida más tranquila en una villa a las afueras de
Sangdo-dong, y como Namjoon era muy responsable sus padres no dudaron en dejarlo solo en la casa. Y en realidad Namjoon lo inspiraba a una vida responsable.

6:00-7:00 a. m, correr
7:00-7:30 hablar con sus padres
7:30-8:00 tomar una ducha
8:30-9:30 prepar su almuerzo y comerlo
9:30- 10:00 camino al trabajo
10:00-20:00 trabajo
20:00-21:00 llegar a casa y cenar algo ligero
21:00-22:00 leer un poco o escuchar música
22:00-23:00 hora de dormir

Esa era la vida emocionante y organizada de Namjoon, la parte que más le agradaba a YoonGi eran los sábados cuando el moreno mandaba su rutina a la jodida y hacia de su perfecta vida un desastre durante los fines de semana

—Ha llegado por quien lloraban —gritó Jimin al entrar con los brazos abiertos, y al ver los ojos rojos de Min, retrajo sus brazos hacia si mismo, asustado —¿en verdad lloraban?

La cabeza de Namjoon asomó por sobre el hombro de Jimin, interrogándolo con la mirada.

—Hay que beber — fue la respuesta que dio, Jimin tomó asiento rápidamente y Namjoon lo siguió.

El primer caballito le supo amargo y quemaba, el limón y la sal ayudaron.

El segundo caballito supo igual de mal.

—Oye YoonGi, ve con calma, no quiero que termines con un coma etílico en mi casa —

El tercer caballito perdió la amargura.

El cuarto caballito perdió el calor

Y el quinto caballito ya no requirió mucho limón ni sal.

Ante los ojos sorprendidos de su amigos, sostuvo su sexto caballito entre sus dedos pálidos y temblorosos, no estaba tan perdidamente embriagado cómo para ponerse a llorar sin pena ante ellos, pero quería.

—Se va a casar con él, ella se va a casar con él — los chicos no respondieron en cambio lo vieron con pena, sabían del esfuerzo de YoonGi por obtener el amor incondicional de Irene, pero la chica había sido su más grande reto, Irene no era como las demás, Irene era segura de quien era y a dónde iba. Era de esa clase de mujer peligrosa, de esas que se aman a sí mismas y no tienen miedo de lo que la gente opine de ellas. Incluso Jimin había caído por ella cuando la conoció pero la chica fue clara con él diciendo que abandonara sus pobres intentos.

Bebió el sexto caballito, y el séptimo y octavo y el noveno y el décimo como si fuera agua, de un solo trago.

En el onceavo YoonGi halzó su mano y estrelló el pequeño vaso de vidrio en la mesa de madera, quebrando el recipiente al instante.

—YoonGi, carajo.... —Namjoon corrió por su botiquín al ver los hilos de sangre en la mano de su amigo.

—YoonGi, aleja tu mano de eso—intentó Jimin.

No si no es conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora