Te Cansas De Ser Tú.

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—Seokjin ¡por Dios! ¡¿Dónde demonios estabas?! ¡¿Sabes lo preocupados que estábamos?! — su madre empezó a llorar tan pronto empezó a hablar

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—Seokjin ¡por Dios! ¡¿Dónde demonios estabas?! ¡¿Sabes lo preocupados que estábamos?! — su madre empezó a llorar tan pronto empezó a hablar.

—Amor ¿dónde estabas? ¿Estás bien?—Irene examinó con la mirada todo su cuerpo, besando sus labios al final.

Ese simple acercamiento, su simple tacto quemaba.

—Hyung ¿dónde está Geum-jae? —preguntó, ignorandolas. Su hermano tardó un minuto en procesar la pregunta, sacudió su cabello.

—Eh... Yo

—¿Dónde está Geum-jae? ¿Sabes dónde está?

—No... Yo... ¡Su hermano! ¡Fue a dejar a su hermano! — Seokjin maldijo en voz alta, dejando aún más confundidos a los demás. Tiró con fuerza su saco hacia cualquier lado, dio dos vueltas por la sala, como león enjaulado. Una vuelta más y cayó, con pesadez sobre el sofá.

—Seokjin, hijo —llamó con calma su madre —¿Estás bien? ¿Dónde estuviste? —su madre apenas y podía retener su llanto.

Seokjin volvió a ponerse de pie, se volvió a sentar y escondio su rostro en sus manos, aquella posición hizo que su grito saliera amortiguado por sus manos, Seokjin gritó de desesperación y coraje, de decepción y dolor pero sobre todo de frustración. Seokjin sentía sus lágrimas venir, sentía el coraje hervir en su sangre, y su  mente repitiéndole.

"Que ciego, que idiota"

Seokjin no aguantó más esa voz en su cabeza y se levantó del sofá, estrellando su puño en la pared. Un grito asustado brotó de las mujeres en el sala.

-Oye, Seokjin — lo abrazó rápidamente su hermano —hey, mírame, ¿que pasó? ¿Que tienes?

Seokjin negó con la cabeza, cubriendo su frente con su flequillo, las ganas de llorar se estaban acumulando.

—Todo está mal, hyung. Creí que ya estaba bien, pero sigue mal. —el menor escondio su rostro en la curvatura del cuello de su hermano mayor —Hyung —lo llamó aferrándose aún más.

—Hey, todo está bien, enano. Aquí estoy contigo— el menor sintió los dedos relajantes de su hyung entre las hebras de sus cabellos.

—Necesito —suspiró —y quiero estar solo — con cuidado se alejó de su hermano, dirigiendose a las escaleras, la mano de Irene atrapó su brazo ayudándolo a subir el primer escalón, la tensión en el cuarto aumentó cuando Seokjin se alejó de Irene.

—Seokjin, amor...— el teléfono de la casa sonó, interrumpiendo a Irene. Seok jung contestó y en seguida tapo un lado del aparato.

—Seokjin, los de Alemania quieren hablar sobre...

—No iré

—¿Cómo que no iras? —se preocupó su madre, dándole voz a la pregunta general.

No si no es conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora