Al Sonido De Las Olas Del Mar. (ABANDONADO)

III. Beso.

La noche había llegado y con ella los nervios más terribles que había sentido Jiang Cheng en toda su joven vida, sentía como sus escamas se erizaban a medida que la luna se ponía en su punto más alto, divertida su hermana lo veía ir de un lado al otro intentando calmar sus nervios, no fue hasta que se le acerco a él para hacerlo serenar y sujetar sus mejillas dulcemente, después empezó a trenza su cabello con pequeñas perlas y corales.

-Se que puedes sentir miedo... Yo también lo sentí cuando supe acerca de mi compromiso, las especies no son tan importantes como crees- Ella había sido comprometida con el hijo de la familia Lanling Jin o como Wei Ying decía, el nido de pavoreales.

-Pero no es lo mismo, nosotros solo nos podemos unir una vez en la vida... ¿Cómo aceptaste unirte con alguien que no amas? - Preguntó mientras veía a su hermana enredar su cabello mechón por mechón.

-Eso es fácil, yo si amo a Jin Zixuan por eso no tuve problemas y es muy lindo verlo avergonzado cuando elogio sus plumas- Jin Zixuan siempre ampliaba su colorida corola frente a ella con elegancia, terminando tan avergonzado cuando le sonreía.

Jiang Cheng sonrió burlón cuando se imagino a ese pavo luciéndose y perdiendo contra la ternura de su hermana, terminó de trenzar el cabello y después lo acompañó cuidando de que sus padres en especial su madre no los vieran acercarse a la superficie, ya que siendo de noche era peligroso estar solo a diferencia de las lunas llenas donde todos salen, tras un momento A-Cheng miró hacia atrás un instante viendo a A-Li antes de salir a la superficie.

Aquel hombre de ropa blanca ya lo esperaba en las rocas de la orilla, Jiang Cheng se acercó nadando para luego salir y sentarse a un lado suyo, su corazón parecía ir como una cascada feroz, tanto que la voz no le salía, lo único que podía hacer era jugar con la punta de su cabello, en cambio Lan Xichen sonrió con total tranquilidad mientras veía un poco insistente el cuerpo de Jiang Cheng en especial en su parte superior, a diferencia de las sirenas los ciervos de Lan eran demasiado conservadores y recatados sobre su cuerpo, así que más de una vez Lan Xichen se encontró observando su pecho y conteniendo el aliento.

-No sabía que había sirenas en el embarcadero de Lotto, aunque eso explica algunas cosas... Me alegro de poder estar cerca de una y que seas tú- Declaró mientras finalmente separaba sus ojos de la piel desnuda.

Jiang Cheng no parecía entender a qué se refería con ello pero se sintió muy feliz cuando escucho eso último, tanto que su cola se movió animada en el agua incapaz de ocultarlo, la luna brillaba en el reflejo del agua clara que parecía espejo ahora que se encontraba calmada, siendo ahora él quien miraba a Lan Xichen se dio cuenta que tenía dos medianos cuernos que salían de la parte de arriba de su cabeza que eran tan chicos que no se había percatado de ellos en un inicio.

-Tus cuernos... Antes no los había visto aún son tan cortos, ¿Puedo tocarlos? - Lan Xichen sonrió nuevamente pero ahora de una forma nerviosa y avergonzada, mientras bajaba su cabeza frente a Jiang Cheng.

-Crecen sólo cuando empiezas a madurar, cuando los pensamientos cambian, así se vuelven más grandes-

-Los de tu hermano son más grandes... No se que haya echo Wei Wuxian pero si lo pides haré que mi mamá lo castigue- Sugirió aun tocando curiosamente los cuernos del otro.

-Esta bien, Lan Wangji se divierte siguiéndolo por todos lados, por cierto quería entregarte esto-
Una vez más sacó el pañuelo pero está vez lo destapó frente a él mostrando lo que envolvía dentro.

Jiang Cheng sintió una pequeña decepción cuando vio que era su peine lo que había intentado entregarle, así que sin más dudas lo tomo para jugar con el entre sus dedos, se sentía algo torpe ya que dentro de su corazón pensaba en tomar el regalo aún si fuera la más hermosa caracola o la piedra más insignificante, sin embargo no fue nada de eso, en su lamento escucho el mismo sonido que esa noche, viendo que Lan Xichen sostenía algo en su boca y moviendo sus dedos producía ese sonido y a esto él no dudo en volver a acompañarlo con su cantar.

Sonando al unísono el melódico canto y la suavidad de las notas de la flauta, ambos siguieron así varios minutos a través de la noche con cantos, charlas y momentos de vergüenza, la luna se reflejaba en la silueta de ambos frente al pareciendo tan majestuoso como era que estas dos sombras se unían en el reflejo del rió, el corazón de Lan Xicheng estaba desbocado, no había duda de que se había terminado enamorando, tras esa revelación se detuvo al igual que A-Cheng, se miraron entre ellos sin emitir ruido alguno solo seguidos por el sonido de sus corazones que se aceleraban en el momento que se acercaban para obtener un beso.

La virginal boca de Jiang Cheng se encontraba probando la labia por primera vez, era torpe como cualquier primer beso sintiendo los choques entre los dientes, el mal movimiento e incluso la resequedad por sentir la humedad de la saliva encima de los labios pero para ellos dos en ese preciso instante les parecía el beso más esperado en su vida, casi como si de agua en el desierto se tratara.