-Áɴɢᴇʟ

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El molesto ruido de la alarma comenzó a resonar en mis oídos, me levanté y caminé arrastrando mis pies por el piso hasta el baño, quité mi ropa quedando completamente desnuda para luego comenzar a ducharme.

A los minutos después ya estaba totalmente lista, tomé mis llaves y salí de mi apartamento dirigiéndo mis pasos hacía mi lugar de trabajo, el cuál por fortuna no quedaba lejos; tan solo dos cuadras y medias para poder llegar hasta ahí; al llegar pude ver a Saori mi nueva y casi única amiga por aquí. . .estaba quedándose dormida en el mostrador, no era inusual en ella. Me acerqué para moverla un poco; con tales movimientos provoque que esta se levantara de inmediato algo asustada.

—Jennie ¿acaso piensas matarme del susto?—comenzó ella a reclamar tocando con su mano su pecho.

—Casi dos semanas viviendo aquí y tu muriendo del susto por lo mismo de siempre— reí con una pequeña sonrisa de lado. —no me sorprendería que algún día el jefe venga y te encuentre así-

—Si eso llega a suceder, mi cabeza servirá de decoración aquí— bromeó.

—No creo que a la gente le agrade ver tu cabeza colgada en algún lugar visible de la cafetería— dije mientras caminaba para buscar mi delantal, el que usualmente usaba para trabajar.

Era completamente de color rojo no tan intenso y tenía mi nombre grabado en el.

—Tienes razón. . .después de todo no muchos podrían soportar ver esta bella cara colgada en algún lugar— de su bolso saco un espejo de mano que siempre traía con ella y comenzó a admirarse.

—Claramente. . .nadie podría soportarlo— dije sarcástica.

Repentinamente sonó la campanilla del lugar indicando que un nuevo cliente había entrado.

¿Quién podría ser tan temprano?, pensé.

Al girar me encontré con Lucas, un cliente que se estaba haciendo habitual aquí.

—Bienvenido ¿qué desea ordenar?— pregunté mientras tomaba una libreta y un lápiz para anotar su petición.

—¿Es necesario que me trates tan formal Jenn?— preguntó Lucas acomodándose en una silla.

—Eres un cliente ¿por qué debería dejar de tratarte "formal"?— pregunté aún parada, con la libreta en mis manos.

—Porque somos amigos ¿no?— me indico que me sentará con el pero yo me negué.

—Mm posiblemente. . .no lose—

—¿Posiblemente?— puso su mano en su pecho fingiendo dolor.

—¿Ordenaras algo o solo te quedarás ahí?— sonreí ingenuamente.

—Ya sabes. . lo mismo de siempre— sonrío.

—¿Para llevar?— el solo asintió tomando su celular.

—Si me permites, tengo una llamada que contestar— también asentí y fui a preparar su orden.

Ya al estar lista se la lleve a Lucas, este por su parte me agradeció, pago y se marcho a su trabajo. Tomé un trapo algo mojado y comencé a limpiar el mostrador.

—¿Te sientes bien?— Saori se acercó a mi.

—¿Por qué lo dices?— pregunté.

—Te noto extraña—

—A ti no te puedo engañar ¿verdad?— solté un suspiro —últimamente me eh sentido observada cada ves que salgo del trabajo. . .es como si un par de ojos me siguieran todo el camino de vuelta a casa—

—Mm tendrás algún admirador. . .¿o acosador?— dijo lo último en un tono preocupado.

—No, que tonterías dices— me senté en una silla frente al mostrador.

—Es eso o te estás volviendo loca, aunque sinceramente cualquier chica tendría miedo de ir por la calle sola y aún más de noche. . .quizás estés siendo algo paranoica en ese sentido— apoyo sus codos en el mostrador y sus manos en sus mejillas.

—¡Oh quizás es frégoli!— dije rápidamente.

—Primero ¿quién es frégoli, y porque te estaría observando así?—

Reí ante su comentario, los cuales nunca estaban de más en nuestras conversaciones —frégoli es a lo que se denomina cuando sientes que alguien te observa todo el tiempo, los que lo padecen aseguran que una persona en específico se disfraza o cambia de apariencia y los sigue con la intención de dañarlos. .— intente ser lo más Abreviada posible.

—Oh ya veo. . .pero tu no sientes que te siguen o te observan todo el tiempo ¿verdad?—

—No, claro que no— hice una mueca.

—Entonces definitivamente, te aseguro que lo que tienes no es frégoli— sonrió complacida por su "gran descubrimiento".

—Como sea. . .dejemos de pensar en esto y pongámonos a trabajar, tenemos clientes que atender— sonreí despreocupada o eso aparente.

En el fondo sentía el temor de que algo me pasara estando sola caminando por las calles.

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Mi turno por fin había terminado y ya podía ir a descansar, me despedí de Saori y caminé hasta mi apartamento.

Lamentablemente la situación no cambió, nuevamente me sentí observada y con el mismo temor de hace días.

Ya dentro de mi apartamento me sentí más segura. Fui directamente a mi habitación y quité mis zapatos dejando que estos cayeran en cualquier sitio, quité también mi chaqueta y luego me dejé caer en la cama que ahí se encontraba.