21. El trabajo es lo primero

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Estuve toda la semana sin verlo o hablar con él. Le mandé mensajes el martes, me los respondió cortante; le mandé mensajes el miércoles, me los respondió cortante. El jueves y viernes ya pasé de hablarle. No iba a dedicar más tiempo a mandarle mensajes a una persona que no quería saber nada de mí.

Me dediqué a trabajar durante la semana, a dedicarle tiempo a la tienda, a editar y grabar vídeos para así tenerlos preparados, a escribir para el blog... Incluso el viernes por la tarde fui en avión a Kalispell a ver a mis padres y volví el domingo por la tarde.

Llegado el lunes, estaba en la oficina de E-shop-CO con las chicas mientras diseñaba unos nuevos banners para la web cuando me llamó Aura diciéndome que estaba abajo. La abrimos y subió armada con su funda del ordenador.

―Chicas, os traigo unos diseños con los que os vais a caer de culos.

Se sentó en mi escritorio y las tres nos pusimos a su alrededor mientras encendía el ordenador portátil que traía en la funda.

―Os he hecho unos... a ver cómo os lo digo en palabras normales... Vais a ver vuestra tienda montada, una simulación digamos, con los muebles, la pintura y todo. Hay tres diseños. Se pueden mover las cosas, añadir unas, quitar otras, o dejarlo tal cual. Si me dais el OK, esta tarde mismo pido absolutamente todo y lo tendríais aquí mañana mismo.

―¿Mañana ya? ¿De verdad? ―preguntó Sophie entre contenta y sorprendida.

―¡Sí! Además, he conseguido rebajitas y os sobrarán casi cinco mil dólares.

―Aura, creo que te quiero ―murmuró Sophie haciéndonos reír.

―Vamos a ello.

Nos mostró tres diseños parecido entre ellos pero que eran lo que queríamos y necesitábamos. Todo muy sencillo de forma que la tienda quedaba espaciosa y acogedora. Nos gustó mucho el segundo diseño que nos enseñó. Este estaba distribuído de forma que quedaban tres espaciosos pasillos y que desde el mostrador se podía controlar absolutamente todo. Los muebles eran la leche de bonitos y eran blancos pero tenían un toque rústico súper bonito. Elegimos ese pero con el mostrador del primer diseño.

―¡Genial! ―canturreó Aura―. ¿Queréis que lo pida y que llegue mañana o lo queréis para el viernes y así podéis pintar antes?

―Para el viernes ―dijimos todas a la vez.

―Perfecto. Pues ahora mismo llamaré y lo pediré todo. Los vinilos con el logo para la pared y el aparador os llegarán mañana por la tarde, por cierto. Son preciosos.

―Vale... ¿Estarás tú aquí? ―preguntó Sophie a su hermana―. Kay y yo vamos a ver cómo va el cartel con el nombre de la tienda.

―Sí, ya me quedo yo.

Alguien tocó al timbre y Sophie fue a abrir. Volvió al cabo de dos segundos y me señaló.

―Tu hermano.

―Oh, sí, me dijo que pasaría por aquí ―dije un poco descuidada. Ya no lo recordaba.

Mi hermano apareció vestido con su típico traje negro y chaqueta del mismo color. Hacía mucho frío en Nueva York. Lo fui a saludar con un beso y un abrazo.

―Os presento ―dije señalando a mi hermano―. Él es Logan Rivers, mi hermano. Log, ellas son Sarah y Sophie.

―Un placer, chicas ―dijo saludándolas con un beso a cada una.

Apoyó la carpeta contra el escritorio de Sophie y sacó unos cuantos papeles. Los dejó encima de éste y alzó uno de ellos.

―Vuestra licencia de apertura. Podéis abrir la tienda cuando queráis.

KENNETH © (EN AMAZON CON CONTENIDO EXCLUSIVO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora