―Buenos días, chicos y chicas ―dije cuando encendí a Taco y lo puse en un soporte pequeño encima de mi escritorio―. Hoy hay vlog. Así porque sí. Me vais a acompañar en el día de hoy y así aprovecho un poco para contaros novedades de mi vida como las que figuran en el título del vídeo. Ahora... voy a arreglarme un poco, iré a la imprenta a por las etiquetas y de más cositas que he encargado para la tienda, que por cierto os dejo redes, web y ubicación en la cajita de información, luego lo llevaré todo allí y visitaré a mis compis.
Comencé a maquillarme sin esperarme mucho más que en los ojos, como siempre.
―Luego iré a recoger unos paquetes a correos que no me han llegado a casa pero que tienen allí ―murmuré lento mientras me ponía una sombra verde clarito en los ojos―. Después vendremos a dejarlos a casa y, mientras hago la comida, os contaré algunas cositas. Por la tarde tengo una reunión online. No, dos reuniones. Y después tengo que sacarme unas fotos para Instagram aquí en casa. Por último, editar, cenar y dormir. Un buen día, señores.
Me vestí con un jean, unas Dr Martens negras y un jersey verde. No me puse chaqueta porque con el jersey ya iba apañada. Tras hacer unos planos de mi ropa con la cámara, salí de casa.
Tal y como tenía planeado, fui a buscar todo lo que había encargado en la imprenta que eran carteles para la tienda, etiquetas y algunas pegatinas. Cuando llegué a la tienda, vi que habían unas cuantas personas dentro comprando. Saludé a Sarah, le dejé las cosas de la tienda y luego subí a ver a Sophie que estaba haciendo velas. Iba por días. Unos hacía velas, otros jabones, otros ambientadores... Y así no se liaban.
Fui grabando todo lo que pude e incluso dejé la cámara grabando en una estantería mientras yo hacía lo mío: pegar las pegatinas correspondientes a más de doscientas velas.
―¿Cómo puedes haber hecho tantas en tan poco tiempo? ―le pregunté a Sophie mientras rellenaba de cera los botecitos.
―Se hace rápido y es super fácil ―dijo con una risa.
―Vas más rápido tú haciéndolas que yo pegando esto.
Mientras pegaba las últimas cincuenta, vi como Sophie se acercaba a mi cámara y saludaba. Yo me reí.
Cuando terminé, hice el encargo para las pegatinas de la semana siguiente y me despedí de las chicas para seguir con mi día. Se me había ido buena parte de la mañana pegando pegatinas. Fui hacia correos a por los tres paquetes que me habían llegado y, tras firmar, me lo llevé todo a mi casa.
Lo abrí todo e hice un unboxing de lo que me habían mandado. Una caja era de ropa que había pedido por internet, otra con tres libros y la última era de la marca de ropa vintage de la que era socia. Era para un vídeo, para mostrar las novedades del mes.
Cuando llegó la hora de hacer la comida, coloqué la cámara en un armario abierto y me puse a hacer mis macarrones.
―Bueno, os cuento. Estoy haciendo macarrones con salsa a la carbonara y aprovecharé para contaros algo. Hace unos días que se especula una posible relación mía con Kenneth Adamson. ―Hice una pausa para poner todas las noticias que habían salido el día anterior con la edición―. Es cierto.
Comencé a hacer la salsa, haciendo una breve pausa y pensando en cómo seguir.
―Esto lo cuento ahora porque no quiero que él salga perjudicado. Y os preguntaréis, ¿por qué? Pues comenzaré por el principio, como debe ser. Yo llegué a Nueva York y conocí a Aura, a partir de ella conocí a Kenneth, que es su hermano mayor. La cosa es que no me cayó del todo bien porque es un borde de la leche y un poco capullo. Simplemente lo conocí y ya, la cosa se quedó allí. ―Removí la salsa y miré a la cámara de nuevo―. Entonces llegó el caso de Dumas, tenéis un vídeo en Instagram donde lo explico. Kenneth es abogado y fue contratado para ser el abogado de Dumas. Éste fue con mentiras, asegurando que él era inocente y fue por eso que aceptó el caso, sin siquiera saber que yo era la demandada. Se le está acusando de haberse dejado ganar por mí, porque estamos juntos y bla, bla, bla. Por ese entonces solo habíamos hablado un par de veces, él no se dejó ganar para nada, de hecho nos lo puso difícil hasta que se dio cuenta de que su cliente estaba mintiendo y de que teníamos las pruebas que lo demostraban.
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KENNETH © (EN AMAZON CON CONTENIDO EXCLUSIVO)
RomanceKenneth es uno de los abogados más despiadados de la Gran Manzana. Conocido como "el destripador de Nueva York" por la forma en la que encarcela a todo oponente sin piedad alguna. Kay acaba de llegar a Nueva York desde un pueblo de Montana tras rom...