•Final | Inolvidable.

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Jungkook gira los panqueques que se cocinan en fuego moderado a una distancia prudencial, deteniendo sus ojos seguidamente en el envase de miel que compró para su Hyung el día de ayer debido a que poseía ganas de comer con sus panqueques para este día.

Con eso, su mente vuela lejos como normalmente hacía desde que Taehyung se ha comporta raro con él. ¡Es que no lo entiende! Han sido tres semanas enteras en la misma situación, esa en la que lo quiere, lo odia, a veces no desea que lo toque, otras veces es levantado en la madrugada para que le haga el amor como le gusta, otras tantas llora, o simplemente está tan feliz que su sonrisa permanece intacta en su rostro.

Es decir, claro que entiende que desde que viven juntos hace ya casi dos años, él ha estado un poco... Inestable, por bueno, la repentina imposibilidad de quedar en estado. Pero Jungkook no posee la culpa, ninguno de los dos posee responsabilidad, realmente.

Es como bien lo dijo el doctor, estuvo con anticonceptivos fuertes por catorce años sin interrupción, quedando no-sé-qué en el cuerpo que causa no-sé-qué-otra-cosa y que por eso necesita un tiempo para que su sistema se limpie... ¡Algo así! No lo sabe, él estuvo muy ocupado tratando de controlar a su novio que había comenzado a llorar por el susto de que su fertilidad haya estado comprometida por completo.

Los días después del primer celo fueron duros para ambos, ya que Taehyung se deprimió un poco al enterarse en el chequeo que no había quedado en cinta. No se preocuparon demasiado, ya que el doctor dijo que la carga de estrés que ambos venían cargando pudo hacer sus estragos.

Pero nada sucedía con el pasar de los meses, es claro que dejaron de cuidarse con la idea de poder cumplir con la ilusión que ambos comenzaron a poseer de la misma forma, después de todas aquellas conversaciones que compartieron en la calidad de su nuevo hogar. Pero nada. Cercano al celo que ambos iban a compartir simultáneamente, los exámenes arrojaron que la imposibilidad de embarazarse radica a la gran concentración de las pastillas anticonceptivas en el sistema del omega, cosa que no iba acarrear mayor problema a la larga. Solo necesitaba tiempo, paciencia y práctica.

Y eso lo tenían... Tiempo y práctica, mucha práctica... A veces hasta tres veces al día. Pero la paciencia Taehyung la perdió desde el comienzo. Al menos desea pensar que sus cambios de humor se deben a ello, y no a la posibilidad de que ya no lo quiera.

Jungkook forma un puchero grande en sus labios, no queriendo más la indiferencia de su omega. Él es un alfa triste justo en este momento.

—Huele a quemado~—avisa el castaño en un farfullo, revisando algunas notas en su computador portátil.

El de hebras oscuras nota que efectivamente el panqueque está chamuscado en el sartén, apagando la cocina para tomarse un respiro de esto. Siente que está comenzando a perder los nervios por la situación, y sumado a ello está ese olor... ¿De dónde viene ese repentino olor que es tan dulce? Desde hace unos días lo olfatea por todos lados sin hallar la fuente originaria. Gruñe.

—Nada de gruñidos, cachorrito—recuerda dulce el mayor.

—Hyung...—se queja lastimero, viéndose miserable antes los ojitos castaños de Taehyung.

El omega se apura a dejar el computador para ir hacia su mimoso alfa que lo mira con aquel par de luceros brillosos. Enreda los brazos alrededor de su cuello, atrayendo sus labios a los propios para besar suavemente por unos segundos. Al romper el contacto, jala un poco su belfo inferior con deseo.

—¿Qué sucede?—pregunta, más Jungkook va dejando un camino de besitos por su mandíbula para lamer un poco su cuello.

Esta mañana no pudieron darse cariñitos en la cama, ya que su Hyung se levantó temprano para organizar las clases de esa semana... Uh, cuanto lo pone saber que al llegar a casa su profesor de economía está de rodillas para él, dispuesto a consumir cada parte de su polla con su linda boca.

Sus pensamientos siguen ese camino, apretando las nalgas grandes de su esposito entre sus manos para proceder a bajar su pijama y que de ese modo pueda follarlo sobre la mesa. Al menos, esa era la idea original. Sin embargo, cuando olfatea insistentemente su piel, reconoce que aquel olor dulce proviene de él, siendo tan débil, pero al mismo tiempo demasiado elevado. Su alfa comienza a chillar al saber lo que ello significa, más Jungkook sigue sin darse cuenta.

—Hyung, usted ha comenzado a oler diferente... No tan diferente, pero es extraño—comenta repentinamente, alejándose unos centímetros. Taehyung ya está sonrojado por sus erecciones rozarse por sobre la tela, y su almizcle humedece su entrada en disposición—. Es como su olor junto con el mío pero ligeramente diferente... Más fuerte.

—¿Qué será? Y-Yo solo quiero que termines de bajar mi pantalón y pegues mi pecho de la mesa... V-Vamos, Jungkookie. Se un buen cachorro.

Cachorro...

Y entonces recuerda los pequeños malestares que ha tenido su omega, el mareo de hace unos días, las náuseas y antojos que había ignorado como algo que podría ser normal. Sus ojos negros se abren llenos de compresión. Sus manos toman los hombros del castaño, a punto de desmayarse. ¿Es posible que...? O-Oh...

—U-Usted... Yo... Nosotros...

—¿Uh?—Taehyung se mira confundido por la palidez del alfa, y aquel tartamudeo que casi nunca viene de él—. ¿Qué? ¿T-Te sientes bien? Parece que vas a vomitar.

—Está embarazado—dice apenas, haciendo que una corriente desconocida descienda por la espalda del mayor—. Estamos embarazados... ¡VAMOS A TENER UN CACHORRO! ¡USTED TIENE UN CACHORRITO EN SU VIENTRE!—exclama en un sonrisa tonta que casi es empañada por las lágrimas.

—¿Ah?

Un chequeo después, ambos descubren que efectivamente dentro de unos pocos meses un nuevo cachorro lindo con dos líneas por ojos, con mofletes tan grande que no podrán dejar de acariciar, con cabecita abundante de cabello negro, manitas que se van a ver diminutas entre las propias, vendría al mundo para alegrarles un poco más la vida.

Pudiendo así, cumplir con la única meta personal que le hacía falta a Taehyung para ser completamente feliz... Traer al mundo al hijo de su cachorro, su inolvidable cachorro de ojos de venado. 


 Esta historia fue inspirada luego de ver esta imagen, los derechos de ella a quien correspondan

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-Hany

Unforgettable | KookV | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora