Capitulo 33

496 37 2
                                    

┏━━━━•❃°•°•°•°❃•━━━━┓

LOS CAÍDOS

┗━━━━•❃°•°•°•°❃•━━━━┛

Luego de haber destruido el horrocrux que era la diadema de Ravenclaw, los cuatro amigos salieron corriendo en busca de Voldemort, que se encontraba en la casa de los gritos. 

Ron habia entrado de los primeros por el hueco, luego Hermione, Harry y por ultimo, Venus. Habia mucho menos espacio que la ultima vez que habian pasado por ahí. 

-La capa, debes ponerte la capa- susurro Venus mientras con ayuda de Hermione, ponían la capa de invisibilidad sobre Harry. 

-Nox - extinguiendo la luz de la varita.

Solo gatearon un poco mas por el túnel hasta oír la voz de Snape. 

-Permítame encontrar al chico. Déjeme traerle a Potter. Sé que puedo encontrarlo, mi Señor. Por favor.

-Tengo un problema, Severus - dijo Voldemort suavemente e ignorando lo que acaba de decir Snape.

-¿Mi Señor? - dijo Snape.

Voldemort levantó la Varita de Saúco, tomándola tan delicada y meticulosamente como la batuta de un director.

-¿Por qué no me funciona, Severus?

-¿Mi... Mi Señor? - repitió Snape sin comprender. - No lo entiendo. Usted... usted ha ejecutado magia extraordinaria con esa varita.

- No - dijo Voldemort. - He ejercido mi magia habitual. Soy extraordinario, pero esta varita... no. No ha revelado las maravillas que me habían prometido. No percibo diferencias entre esta varita y la que obtuve de Ollivander tantos años atrás. No hay ninguna diferencia- dijo lo ultimo, luego de unos segundos de silencio.

-Señor, permitame volver y traerle a Potter- dijo de nuevo Snape.

-Suenas como Lucius. Ninguno de ustedes entiende a Potter como lo hago yo. No necesita ser encontrado. Potter vendrá a mí. Yo conozco sus debilidades, sabes, su único gran defecto. Odiaría ver como son fulminados los demás a su alrededor, sabiendo que lo que ocurre es a causa de él. Querrá detenerlo a cualquier precio. Vendrá. - dijo y de nuevo hubo unos segundos de silencio. -Pero no te e llamado para hablar de Potter, sino de ti, Severus.... Mi varita de tejo hizo todo lo que le pedí, Severus, excepto matar a Harry Potter. Falló dos veces. Cuando torturé a Ollivander este me habló de los núcleos gemelos, me dijo que usara la varita de otra persona. Así lo hice, pero la varita de Lucius se hizo pedazos tras enfrentarse a la de Potter.-

- No... no tengo explicación, mi Señor.

-Busqué una tercera varita, Severus, la Varita de Saúco, la Varita del Destino, la Vara de la Muerte. La tome de su dueño anterior. La tomé de la sepultura de Albus Dumbledore.

Y ahora Snape miró a Voldemort, y el rostro de Snape parecía como una máscara de muerte. Era blanco como el mármol y tan quieto que cuando habló, fue una conmoción ver que alguien vivía tras de esos ojos vacíos.

-Mi Señor... déjeme ir a por el chico... - volvió a insistir Snape y me dolía cada vez más el estómago.

-Toda esta larga noche mientras estoy al borde de la victoria, he estado aquí sentado, - dijo Voldemort, su voz apenas más alta que un suspiro. - preguntándome por qué la Varita de Saúco se niega a ser lo que debería ser, se niega a actuar como la leyenda dice que debe actuar para su verdadero dueño... y creo que tengo la respuesta.

Venus y las Reliquias de la Muerte [7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora