Capitulo 35

644 35 2
                                    

┏━━━━•❃°•°•°•°❃•━━━━┓

LA ULTIMA BATALLA II

┗━━━━•❃°•°•°•°❃•━━━━┛

El chillido de sorpresa, los vítores, los gritos de por todos lados: "¡Harry!, ¡ESTÁ VIVO!" fueron ahogados de inmediato.

-No quiero que ningún otro ayude - dijo Harry en voz alta, y en el silencio absoluto su voz sonó como la llamada de una trompeta. - Así es como debe ser. Tengo que ser yo.

Voldemort siseó.

-Potter no quiere decir eso - dijo, sus ojos rojos estaban abiertos de par en par. - Así no es como funciona, ¿verdad? ¿A quién vas a utilizar como escudo hoy, Potter?

-A nadie. No hay más Horrocruxes. Solos tú y y yo. Ninguno puede vivir mientras el otro sobreviva, y uno de nosotros está a punto de desaparecer para siempre.

-¿Uno de nosotros? - se burló Voldemort, y todo su cuerpo estaba tenso y sus ojos rojos fijos, una serpiente a punto de atacar. -¿Crees que serás tú, eh, el chico que ha sobrevivido por accidente, y porque Dumbledore tiraba de sus cuerdas?

-¿Fue un accidente, cuando me salvó mi madre? - preguntó Harry. Se movían lentamente de lado, ambos, en un círculo perfecto, manteniendo la misma distancia el uno del otro. -¿Llamas accidente a que yo decidiera luchar en aquel cementerio? ¿Llamas accidente a que esta noche no me haya defendido y aun así siga con vida, y esté aquí para volver a pelear?

-¡Accidentes, sólo han sido accidentes!- gritó Voldemort, pero no se decidía a atacar. La multitud los observaba petrificada, y de los cientos de personas que había en el comedor parecía que sólo respiraran ellos dos. -¡Accidentes y suerte, y el hecho de que te escondieras y gimotearas bajo las faldas de hombres y mujeres mejores que tú, y que me permitieras matarlos por ti!

-Esta noche no vas a matar a nadie más -sentenció Harry -. Nunca más volverás a matar. ¿No lo entiendes? Estaba dispuesto a morir para impedir que le hicieras daño a esta gente...

-¡Pero no has muerto!

-Tenía la intención de morir, y con eso ha bastado. He hecho lo mismo que mi madre: los he protegido de tu maldad. ¿No te has percatado de que ninguno de tus hechizos ha durado? No puedes torturarlos ni tocarlos. Pero no aprendes de tus errores, Riddle, ¿verdad que no?

-¡Cómo te atreves...!

-Sí, me atrevo -afirmó Harry -. Yo sé cosas que tú no sabes, Tom Riddle. Sé muchas cosas importantes que tú ignoras. ¿Quieres escuchar alguna, antes de cometer otro grave error?

Voldemort no contestó. Siguió andando en círculo, y Harry comprendió que lo tenía temporalmente hechizado y acorralado, retenido por la remota posibilidad de que fuera verdad que él sabía un último secreto...

-¿Estás hablando otra vez del dichoso amor? -preguntó Voldemort, y su rostro de serpiente compuso una sonrisa burlona -. El amor, la solución preferida de Dumbledore, que según él derrotaría a la muerte; aunque ese amor no evitó que cayera desde la torre y se partiera como una vieja figura de cera. El amor, que no me impidió aplastar a tu madre, esa sangre sucia, como a una cucaracha, Potter. Y esta vez no veo que haya nadie que te ame lo suficiente para interponerse entre nosotros y recibir mi maldición. Así que, ¿Qué va a impedir que mueras cuando te ataque?

Venus se pregunta, el realmente amaba a su madre o solo lo hizo para traer al mundo a alguien poderoso y que estuviera a su lado, si fiera así, el se equivoco.

Venus y las Reliquias de la Muerte [7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora