Sinceridad

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12 de abril de 2007

Ha pasado casi un mes desde que regresé y todo ha vuelto a la normalidad, aunque por momentos mientras trabajaba, L trataba de mantenerme alejada de Matsuda, cree que no me di cuenta de sus intenciones, pero lo conozco lo suficiente para saber algunos de sus trucos.

Además, era demasiado obvio porque siempre que Matsuda se acercaba a mí, él le pedía que hiciera algún trabajo tonto como sacarle copia a unos papeles que ni siquiera nos servirían en el caso, si no lograba su cometido se quedaba serio y me ignoraba hasta que se le pasara su molestia, estaba peor que un niño haciendo un berrinche.

Ahora me encontraba sentada en la sala de estar junto a él con mi libreta entre manos, estaba dibujando. El azabache por su parte revisaba algunos datos en su portátil mientras bebía una taza de café; todo parecía ser tranquilo en la profundidad de la noche.

—_____— me llamó el azabache sin despegar la vista de su portátil

—¿Qué ocurre?— pregunté mientras terminaba de sombrear mi dibujo

L dirigió su vista hacia mí y esa era una señal que indicaba que debía prestarle atención así que dejé mi lápiz en la pequeña mesa de café y cerré la libreta dejándola sobre mi regazo, L no había visto ninguno de mis dibujos y prefería que siguiera así 

—Invité a Light a jugar tenis y él aceptó, me gustaría ponerlo a prueba para verificar su reacción— comentó con normalidad el azabache

—Ah, quisiera verlos jugar— expresé con ilusión

Sería fantástico ver esa partida de tenis en primera fila, además seguramente aparecería esa chica de cabello oscuro con corte de hongo y lentes que está enamorada de L y no quería que intentara algo con él

—No puedes ir, correrías demasiado peligro si Kira se enterara de tu existencia y de tu participación en el caso-— negó inmediatamente el azabache

—Lo sé— contesté con desánimo, no podía replicar porque él tenía razón

Era fastidioso no poder hacer lo que quisiera porque terminaría poniendo mi vida en riesgo y ahora lo último que quería era morir

—Los oficiales vendrán mañana temprano y te quedarás a cargo mientras no estoy ¿de acuerdo?— preguntó ahora más tranquilo y estiró su brazo para acariciar suavemente mi mejilla, era una compensación

—De acuerdo— acepté resignada, ¿por qué a él siempre le tocaban las cosas más emocionantes?

L dejó de acariciarme y regresó su vista a su portátil —me iré a las 8:30 y los oficiales llegarán a las 9:00 como de costumbre. Si todo marcha bien, Watari y yo debemos regresar antes de la hora del almuerzo-— le dio un sorbo a su café

Tomé el lápiz que había dejado en la mesita de café y abrí mi libreta para continuar con mi dibujo pensando que mañana sería un día ocupado.

[Al día siguiente]

Me levanté poco más de las ocho de la mañana, obviamente más tarde que de costumbre y con pereza salí de mi habitación para ir a desayunar. Al pasar por la sala, L estaba en su portatil y la taza a su lado se encontraba vacía, ya había bebido su café matutino y eso denotaba lo tarde que era ya

—Buenos días— saludó sin despegar la vista de la pantalla

—Buenos días— contesté aún somnolienta, creo que apenas podía abrir mis ojos para ver por dónde caminaba

Entré a la cocina y tomé asiento para comenzar a desayunar, ayer después de estar con L fui a mi habitación, pero en vez de dormir, me desvelé viendo una película, no quería dormirme tan tarde, pero la película estaba tan interesante que no me resistí y terminé durmiendo me hasta las tres de la madrugada.

ENTRE DOS MUNDOS (L y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora