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Tras una buena ducha, me metí debajo de las sábanas pues entre el susto de "si el señor segundo en el amor" seguía vivo o estaba muerto y el beso imprevisto llegué a mi dormitorio exhausta principalmente emocional y psicológicamente, pero no descontemos la parte física, que la carrera que me metí desde el dormitorio de ese indeseable a la parada de autobús pudieron ser perfectamente 100 metros lisos y ni Usain Bolt me ganaba.

Cuando estuve por quedarme dormida finalmente, escuché el endemoniado teléfono y medio dormida acabé cogiéndolo de la mesilla de noche ;sin siquiera saber cómo, conseguí responder a la llamada.

Pero para mi mala suerte lo que escuché por el otro lado del aparato acabó despertándome un poquito más y tuve que alejar la maldita cosa para que no me explotara el oído.

Cuando volví a acercarme el teléfono escuchaba murmullos del otro lado, cuando iba a preguntar quién demonios era y quién se creía que era para gritar a esas horas, lo que dijo calló cualquier pregunta.

-Mañana, tras las clases te espero en el aparcamiento trasero de la facultad, sí la tuya, como no vengas yo mismo iré a buscarte-y colgó.

-La tuya por si acaso-susurré a la nada y volviendo a dejar el teléfono conectado, me sumí a la oscuridad de un sueño reparador.

A la mañana siguiente me desperté como normalmente lo haría, con una taza de café con leche bien calentito y con su punto justo de azúcar, lo siento soy mujer de lo dulce.

Una vez preparada, me dirigí a la facultad y es entonces cuando el recuerdo de la llamada de la noche anterior y la amenaza del mierdón ese llegaron como una bala a mi memoria.

Paré en seco,en plena acción de abrir la puerta de la calle.

Entonces el miedo se apoderó de mí y salí disparada hacia la facultad, sí, en vez de quedarme en el dormitorio y esconderme como buena cobarde que soy o huir hacia otro sitio, yo "con dos huevos" hui hacia la faculta, el peor lugar de todos ,pero tienes que comprenderme, si no voy, no hay créditos, si no hay créditos no hay posibilidades para mí y un buen futuro. ¿ Se entiende?

Sin más, seguí corriendo como idiota sin mirar atrás y llegué al sitio equivocado, y no, no me refiero a otra facultad, sino a la mía propia, dios qué estúpida estarás pensado pero ya te he dicho que mi futuro está en juego.

y aunque eso pensaba en un principio ,cuando estaba por llegar la última clase del día, el miedo fue el peor amigo y me llevó a realizar lo peor que puede hacer un estudiante, hui y me salté la clase.

Con el miedo en el cuerpo cualquiera hace una locura ¿verdad?, por dios di que sí porque sino me voy a quedar sola en esto.

Una vez que llegué al dormitorio toda estresada, empecé a empacar mis cosas, porque sí, si no lo hacía estaba segura que acabaría en las garras de ese bipolar.

-Rápido, rápido-susurraba con temor.

Cuando dejé limpia la habitación, cogí mis maletas y salí disparada, cuanto antes me largara más posibilidades tenía de vivir una vida tranquila y pacífica.

Y por si te lo preguntabas, a lo único que le tengo miedo es a las posibles torturas a la que el imbécil ese me someta por no evitar los golpes que se dio ayer.

Andaba deprisa por las calles, con mis maletas y melena al viento cuando unas manos me agarraron y un cuerpo robusto se pegó al mío.

-Sabía que serías capaz de escapar, pero sintiéndolo mucho hoy no es tu día-dijo su voz y yo casi me meo del miedo.

I'm not a side characterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora