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- Susanita, tiene un ratón, un ratón chiquitín, que come chocolate y turrón y bolitas de anís- canté con mi voz temblando, en una esquina del salón.

-¿Por qué no pude ser Susanita?- me pregunté.

-Porque Susanita tiene un ratón y a ti te dan miedo los ratones- me respondió Mike sentado en uno de los sofás de la habitación.

-Bueno pues en vez de ser Susanita, prefiero el ratón-dije aún decaída- al menos él es lo suficientemente listo como para ganar en una partida de ajedrez-

-En un sueño- volvió a contradecirme el sabelotodo este- soñaba que jugaba el ajedrez-

Hice una mueca compartiendo mi desagrado con lo escuchado.

-Pero también sabía jugar tenis- volví a la carga

-Pero no dice en ningún momento que hubiese ganado alguna medalla importante, además, seguramente su bola y raqueta sean miniaturas, ¿ qué vas a pegar tú con eso?- preguntó Mike.

Yo seguí con mis muecas de disconformidad.

-Yo que sé- me revolví el pelo frustrada- yo quiero ser algo, pero no Layla- dije con un tono de llanto.

-Vamos Layla, estoy seguro de que algo se nos ocurrirá- intentó alentarme, pero yo siendo la pesimista empedernida que siempre he sido seguí pensando en lo peor.

-¿Nos?, ¿tú y yo?- pregunté mientras nos señalaba.

-Sí, tú y yo, no pienso dejarte sola. Eres mi esposa, es lo mínimo que puedo hacer-Dijo con una sonrisa alentadora que no hizo más que activar mis sensores de peligro, este nuevo Mike más cariñoso y atento hacia mi persona me ponía los nervios de punta.

-¿Se te ocurre alguna idea?- cambié de tema para evitar seguir con el tema de la confianza y sentimientos.

-Uhm- puso una de sus manos bajo la barbilla, en una pose pensativa.

Comencé a jugar con mis dedos mientras pensaba, de repente una idea surgió.

-Podemos utilizar la idea de Matías- dije con ojos brillosos al recordar la maravillosa idea de "Sir protagonista".

Mike se giró rápidamente y con un NO rotundo quebró todas mis esperanzas.

-¿Qué, no?, ¿por qué no?- dije incrédula.

-Pues porque no pienso dejar que mi esposa se haga pasar por la amante de ese, ese ricachón de poca monta- dijo con asco y rabia.

-Uy, qué agitada está la mara - dije intentando susurrar pero al ser sólo dos, él me escuchó.

-¿La mara?-

-Sí, si no estoy mal así es como se le dice a gente en Honduras-expliqué mientras me encogía de hombros, un poco de cultura latina no venía mal a veces.

Él por otro lado simplemente puso los ojos en blanco y nos sumimos en un silencio para pensar.

I'm not a side characterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora