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-¿T-tú que crees que haces?- susurré entre dientes.

Obtuve un murmullo de su parte como respuesta, pero al estar apoyado en mi contra,no era entendible lo que decía.

Quise separarlo de mí pero cuanta más fuerza hacía yo para separarle, más fuerza hacía él para seguir junto a mí como una garrapata.

Cansada y con dolor abandoné mis intentos de quitarme a la garrapata gigante y volví a acostarme, intentando ignorar los latidos violentos de mi corazón.

Cerré los ojos para volver a poner mi mente en blanco cuando lo escuché nuevamente y esta vez con más claridad.

-Vuelve conmigo-

-No- dije rotundamente.

-¿Qué?¿Por qué no?-dijo aún entre mis pechos.

-Porque no y sal de ahí-respondí seria.

-Pero no tienes adónde ir- lo volví a escuchar.

-¿Y tú cómo sabes eso?- aún con el brazos encima de los ojos junté las cejas como signo de duda y pregunté.

-Porque sé que no tienes amigas viviendo solas y las que están viviendo en pisos de alquiler están con otras,ósea, que no habría espacio para ti, la única opción que tienes es volver conmigo- explicó con un tinte de felicidad en su voz, no podía creer que estuviese feliz de volver a tenerme en esa casa.

-¿Y si yo no quiero volver?- pregunté de forma seria.

-Pues te secuestro-

Su respuesta me hizo gracia y una pequeña sonrisa se asomó en mis labios.

Abrí la boca para volver a hablar cuando lo sentí moverse y reptar por mi cuerpo hasta que nuestros labios volvieron a tocarse una vez más.

Rápidamente retiré mi brazo de la cara y abrí los ojos intentando comprender qué mierda quería este ahora.

Pero su beso no paró en el momento, sino que de forma sensual me fue atrayendo y acabé respondiendo.

Cuando me di, nuevamente, cuenta de dónde estábamos y qué hacíamos, tenía ambas manos en su pelo y sentí sus manos en mis caderas, piel con piel, el muy cabrón había aprovechado a meter ambas manos por dentro de la ropa y no paraba de tocar.

Lo alejé como si quemara o eso intenté pues cuando mis labios dejaron los suyos, él no tardó ni un segundo y su boca cayó en mi cuello.
Sorprendida abrí la boca en o y un suspiro ahogado salió de ella.

-M-mike, no espera,a-aquí no, M-mike no h-hagas eso-intenté pararlo-e-espera, maldita sea, no,Mike no- decía mientras lo empujaba con mis manos, no me malentiendas,no es como si yo no quisiese que algo sucediese entre él y yo pero había una barrera ahí, esa barrera llamada miedo que me hacía creer que en realidad lo que había pasado en estos pocos días habían sido un simple sueño y que cuando despertara volvería a estar sola en esa casa.

Recordando el pasado mis ojos se llenaron de lágrimas que no pude evitar que resbalasen por mis mejillas y que un gemido de tristeza se escapara de mi boca mientras intentaba con todas mis fuerzas mantener mi máscara de mujer fuerte frente a él e intentaba apartarlo de mí.

De pronto paró y sus ojos se abrieron y me miraron incrédulos, acercó su cara a la mía y sus manos empezaron a acariciar mis mejillas llevándose las lágrimas que no dejaban de salir.

-Lo siento, lo siento, lo siento, no debí, es mi culpa ¿sí?, por favor no llores, prometo no volver a hacerlo sin que tú me digas nada-digo con un toque de angustia en la voz mientras seguía acariciándome.

I'm not a side characterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora