-¿Te tocó ser Exterminador?- Elayne y Akira estaban sentados uno frente al otro en una banca, en el malecón de Puerto Vallarta, el sol era inclemente y aunque ambos sudaban se sentían bien, al menos ella se sentía maravillada con ese tipo de calor. Escuchaba el mar a lo lejos, deseaba saber si aquel que ahora le acompañaría para toda su travesía, realmente le tocaba ser Exterminador, si lo era, entonces las cosas se complicarían enormemente.
-Nop, no lo soy, ¿Y tú?- Elayne respiró tranquila, tomó un sorbo más de su frappé congelado, le supo a gloria, nunca se le había ocurrido combinar el café con aquellas sustancias, moka, leche de algo llamado vaca, leche de almendras y mucho menos había pensado en revolverle chocolate. Ese sí lo conocía porque lo había comido desde la primera vez que había asistido a ver ese planeta azul- No me gusta dañar personas, al menos no fuera del campo de batalla.
Aclaró en lo que la chica pasaba una servilleta por su boca. ¿Era broma? Eran planetas guerreros, entendía lo de dañar, por supuesto que no se daña a quien no te ha hecho anda malo, mucho menos vas por el espacio asesinando gente porque te vio mal o no le gusta la ropa que llevas encima, pero se escuchaba que lo decía con cierto desagrado.
-Eres parte del ejército y primera línea de defensa del Sistema Solar.
-Por favor responde la pregunta- Dijo él de pronto, Elayne frunció los labios, tenía razón, había preguntado algo antes.
-No, no lo soy... Si no te gusta nada de eso, ¿Qué rayos haces aquí? Sé que no obligaron a nadie a venir- Dijo ella despacio aunque muy desconcertada, Akira miró hacia la nada y le dio un sorbo a su propio frappé, había dejado que la chica escogiera- A nadie le gusta golpear gente nada más porque sí o golpear al primero que te insulta, pero por las medallas que vi en tu ropa el día que te conocí... Eres bueno luchando y manualmente.
Era cierto. Akira lo era, pocos en el reino tenían su fuerza, su destreza y su habilidad con las armas, era un gran caballero en su planeta, aunque a decir verdad odiaba los trajes y las armaduras muy pesadas, había metales a los que era alérgico y tenían sus armaduras que estar hechas de aleaciones.
-Lo soy, pero no me gusta, prefiero evitarlo... Y sé que se ve contradictorio, pero la verdad es que estoy aquí porque estaba aburrido.
¿Aburrido?, ¿Había dicho aburrido?
-O sea que cuando te aburres, destruyes planetas ¿O no?, ¿Qué clase de respuesta es esa?- Dijo ella sin sonar ruda, la verdad estaba desconcertada, sabía que iba a ser una gran aventura pero nunca pensó que él respondería algo así, sabía que no quería decir la razón real, quizá su consciente ni siquiera conocía la respuesta. Pero su inconsciente sí y no le gustaba la respuesta, por ello mandaba esas respuestas.
Volvió a hablar.
-No te gusta el café, ¿Verdad?- Tomaba su frappé con demasiada calma, ella lo estaba devorando a través del popote, si pudiera, pediría 20 más de esos para llevar. Akira estaba impresionado, lo había notado.
-No, casi no. Creo que lo mío es lo dulce, no lo amargo.
-Ah no es para todos el café- Dijo ella divertida, Akira levantó sus cejas curioso por el tono de risa y tranquilidad que había dicho- Nosotros trajimos el café hace muchísimo tiempo, las primeras semillas. Y debo decir, que ha sido una grandiosa idea, es delicioso, no tanto como el original de Júpiter.
-¿Ustedes lo trajeron?- Dijo impresionado.
-Sip. Y no fue lo único, trajimos los tiburones también, la lavanda... Es complejo porque tuvimos que modificar las semillas, adaptarlas a un Planeta Celeste, en fin... Y siguen aquí, aunque me preocupan los tiburones, los están cazando- Comenzó a sopesar lo que aquello significaba- Eso no le agradará a los reyes de Júpiter seguramente y serán puntos negativos para los Terranos.
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Conectando Estrellas *Notas de autora*
FantasyEn la última década, la humanidad ha descuidado mucho su planeta madre. Si bien no es un secreto para nadie, lo que los humanos no esperan es que los demás planetas también lo ven. El consejo de Solario ha decido enviar a dos planetas a buscar motiv...