A las 7:30 de la noche, la chica estaba en la cabaña con el roedor. Se estaba haciendo algo de cenar, aunque no tenía mucha hambre, no habían hecho una pausa para comer así que debía comer algo, lo había prometido a Akira. Comer algo y bien.
Tras el mensaje de Akira de confirmación de que llegó a su hotel, Elayne se balanceó de un lado a otro, ya había cubierto las partes importantes del techo. Se estiró cansada y llevó su comida a la cama. Alguien tocó la puerta, su mapache se escabulló fuera de la cabaña, Elayne temblaba, no sabía por qué sentía tanto temor... O quizá sí, la sangre Teriana había subido en el mercado al menos unas cien mil unidades y estaba sola en la Tierra. Aunque no necesitaba a nadie para cuidarse sola, no quería llamar la atención, no de esa forma.
-Elayne está bien, soy yo, Jesia- ¿Su mejor amiga estaba ahí a fuera? Tomó la espada de la recargadera de su cama, desapareció el hechizo y volvió a su forma Teriana normal. Estaba por enseñarle una lección a quien quiera que se había hecho pasar por su mejor amiga, era imposible que...- ¡Wow! Baja eso, está bien, soy yo.
-¿Viste que...?
-¿Qué sumaron cien mil unidades al precio de nuestra sangre? Sí, pero aquí sólo hay planetas amistosos... Aunque no me confiaría de los Venuarios...
Elayne la abrazó. No la había visto desde que había partido de Júpiter, había huido del planeta gaseoso lo más pronto que pudo, corriendo hacia la libertad, lejos de la vergüenza.
-Elayne... ¿Cómo encontraste un vórtex en un planeta tan primitivo como este?- ¿Un vórtex? Era imposible, había creado y encontrado muchos en sus viajes, pero este no lo era.
Un vórtex es un agujero en el universo, un agujero donde existe una burbuja que a su vez es un universo. Pocos seres tenían la habilidad de crear vórtex del sistema solar podían: Júpiter, Saturno, Mercurio y Marte ellos podían encontrarlos y a la vez crearlos, mientras que los planetas restantes sólo podían encontrarlos. Si un habitante de un planeta podía crearlos, podía decidir quién podía encontrarlo y quién podía entrar, mientras que los visitantes (quienes sólo podían encontrarlos) eran vetados o recibidos, se dice que hay miles de universos aniquilados, pero millones de vórtex dentro de ellos aún vivos, encontrando la forma de salir de ese universo... Y hasta que el último vórtex fuera abandonado, el universo agónico existiría y después pasaría une vento que nadie había tenido el placer de ver... Aún.
Los vórtex habían sido muy populares entre los creadores, ya que era prácticamente un universo dentro de otro. Un universo con las reglas del creador, prácticamente podrías sentirte como un dios. Pero Elayne no había creado ninguno, no ahí, tenía un viejo cuaderno secreto donde tenía todos los vórtex que había creado, sus favoritos y las funciones de cada uno de ellos.
-No... Yo no lo hice, tampoco sabía que era un vórtex o algo así- Dijo ella saliendo de la cabaña, el mapache se montó en su hombro izquierdo y su mejor amiga la veía no la sorprendía, puesto que hacía muchísimas cosas que nadie podía claro, pero a veces, sólo a veces, creía que era maravilloso lo que lograba sin saber- ¿Lo ves? No lo es.
-Claro que lo es, estás en una playa... ¿A dónde se fue la selva tropical y se cambió por un bosque tan frondoso y verde?- Cerca de la playa, donde el camino de la cabaña daba al mar, había palmeras y cocos... Pero detrás de la cabaña había bosque- Perdóname pero están fusionados los climas, es cálido pero no húmedo, está fresco pero no cala los huesos y salió ese animal que pro su pelaje se ve que no es de tierras calientes como estas playas de México... ¡Encontraste un vórtex!
-Si esto es un vórtex... ¿Cómo me encontraste? En teoría nadie puede pasar hasta que yo lo autorice...- Quizá lo había hecho, extrañaba tanto a su mejor amiga que de pronto sin pensarlo bien, había logrado darle permiso de pasar- ¡Lista vórtex!- Y entonces apareció un pergamino dorado rayado con letras cobrizas (en Teriano) los permitidos a pasar había una perfecta y gruesa línea divisoria con los nombres de los vetados, los aceptados eran: su hermana, su mapache (aún sin nombre), su mejor amiga, sus padres... Akira.
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Conectando Estrellas *Notas de autora*
FantasyEn la última década, la humanidad ha descuidado mucho su planeta madre. Si bien no es un secreto para nadie, lo que los humanos no esperan es que los demás planetas también lo ven. El consejo de Solario ha decido enviar a dos planetas a buscar motiv...