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Pov. Juno

Justo cuando salí corriendo y vi que no tenía la tarjeta de Damián, supe que había cometido un gran error. Estaba prácticamente muerta.

No pensaba volver allí así que simplemente opté por sentarme en uno de los sillones de masaje que había de prueba por ahí. Obviamente, no me dijeron nada.

Para matar el tiempo os explicaré aunque sea porque el edificio era tan grande si solo estábamos nosotros siete... o ocho. Ya ni se contar.

La primera planta estaba un laboratorio algo oculto, dado que nada más entrar estaba la recepción, el ascensor, y detrás de la puerta estaba una cocina.. una gran cocina que se utilizaba como laboratorio.

La segunda planta era la biblioteca. Era donde teníamos toda la información... era mi sitio preferido de todo el edificio. Con tantos libros.. además que cada uno de nosotros teníamos una sección con nuestros libros preferidos.

La tercera planta era la preferida de Yamaguchi. Era como una base de datos, son todo ordenadores y máquinas, tenemos a gente trabajando ahí. Ya saben para que estarán y demás, no me apetece explicarlo.

Luego esta otra sala repleta de armas.. bueno. No en si. La mitad está llenas de armas de fuego, y la otra mitad para practicar el tiro. La planta preferida de Hero.

La siguiente planta era para entrenar.. como un pequeño gimnasio. La planta preferida de Damián.

La siguiente planta era una que estaba dedicada a la tortura y al entrenamiento de las mellizas. Era una sala a grados bajo cero.. si no saben porque, es básicamente para que no se desangren. El frío coagula la sangre.
Ahí llevamos a.. Mmh. Algunas víctimas, y las mellizas aparte de entrenar su quirk.. puede que les torturen un poquito.

En fin. La siguiente planta era un invernadero. Cultivábamos muchas plantas que son venenosas.. y a la vez adictivas, ya saben. La planta preferida de Theressa.. aunque no lo parezca adora la jardinería.

Por último, mi planta preferida. Esa planta como nadie la utilizaba, decidí adueñarme de ella. Así que, era mi planta. Estaba decorada a mi merced y tenía todo lo que me gustaba. Era la que mejores vistas tenía.

Y pues.. por último estaba la planta de las reuniones. Y en la azotea había un aterrizaje para helicópteros. Cool. ¿Cierto?

Mientras estaba ensimismada en mis pensamientos y en lo bien que se sentía en ese sofá, sentí como alguien se sentaba en el sofá de al lado, y sin mirar ya sabía quién era.

Dejó una bolsa.. que pesaba bastante por cierto, sobre mis piernas y yo le miré confusa para luego pasar mi vista a la bolsa.

Cuando iba a abrirla, mi cara lo dijo todo.

—Oh dios mío. —Dije mientras cerraba la bolsa de golpe. ¿Cuantas cosas había comprado..? ¿Y porque la mayoría eran cuerdas o las cintas para atarme a la cama? Esto no es justo. Debí de intervenir. Siento que mañana no voy a poder caminar.

—Ten la tarjeta. —Dijo devolviéndomela tan tranquilo. Yo le miré en busca de algo de compasión, pero él solo sonrió arrogante y se acomodó en el sillón.

—¿Piensas utilizar todo esto? —Dije soltando una risa nerviosa.

—No lo voy a utilizar yo, lo utilizarás tú. —Dijo tranquilamente. Yo ahí sentí como mi alma abandonó mi cuerpo.

—Al menos, dime que no será esta noche.
—Dije mirándole de soslayo.

—No me gusta mentir. —Dijo mientras cerraba los ojos tan tranquilamente, y se acomodaba de nuevo.

嵐 Storm ||Bakugo x Reader|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora