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De alguna forma sabía que su cuerpo titiritaba de frío pero el concepto de este realmente no era procesado por su cabeza. El agua cayendo con fuerza a su lado anulaba los demás sonidos, sin embargo, hace exactamente media hora escuchó sonar insistentemente el teléfono de su solitario departamento al igual que todos los días, pero era más fácil concentrarse en las arrugas de su ropa e ignorarlo.

Sus prendas tan pegadas a sus huesos, pesadas y por supuesto, empapadas; pensar que terminaría de esa forma nunca se le cruzó por la mente, pero no es como si pudiera hacer reset en esa parte de su vida y ¡Dios! Cómo pesa la vergüenza.

"¿Por qué nadie puede amarme?" ¡¿Realmente le había preguntado eso a Geno?!

Qué lamentable imagen. Solo produce lástima.

El recuerdo mortificante le obliga a llevar sus manos a la cabeza, presionando dolorosamente. Otra vez, el sonido de agua cayendo, Reaper cree firmemente en esos instantes que es lo mejor para mantener la mente en blanco. Exhausto solo puede encogerse más en la esquina del baño que ha elegido como refugio, abrazando sus piernas y sintiendo detalladamente el mármol de las paredes contra su columna.

No tenía fuerza, pero no es como si eso le importara cuando ninguna emoción es identificable en el ahora, no cuando sus cuencas permanecen confundidas e inexplicablemente vacías.

- ¡¿Reaper?!

El debió contestar esa llamada.

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