CherylDesperté por mi odiosa alarma.
~Es hora de ir a la maldita escuela~
Pensé mientras trataba de levantarme de mi cómoda cama para ir a ducharme.
Después de unos veinte minutos salí del baño, con una toalla envuelta en mi cuerpo y otra en mi cabeza.
Tomé un cepillo y comencé a desenredar mi cabello, después de haberlo hecho fui a mi armario y saqué de este mi atuendo del día junto con mi ropa interior, me coloqué mi ropa interior y después me puse unos jeans negros, una blusa blanca con estampado de cerezas y unos vans rojos. Bajé las escaleras y caminé hasta la cocina, hice mi desayuno y como todos los días, estaba desayunando sola.
Después de haber terminado mi desayuno, subí nuevamente al baño y lavé mis dientes, volví a mi habitación y tomé los libros que necesitaría, los guardé en mi mochila y después la colgué en mi hombro, me puse perfume, tomé mi celular y salí de mi casa, al hacerlo pasé por la casa de Nat, quien iba saliendo de su casa.-Hola- me saludó.
-Hola Wolff- le sonreí -¿Vamos a la escuela?-
-Claro-
Comenzamos a caminar hasta llegar a la aburrida escuela.
Cuando llegamos ya había sonado el timbre, así que corrimos hasta llegar a nuestro salón de matemáticas, y cuando llegamos el profesor ya estaba ahí, dando su aburrida clase. Nos paramos en la puerta.-Y como les venía diciendo- el profesor dejó de explicar y se acercó a nosotros mientras nos miraba -¿Se les ofrece algo, chicos?- preguntó sarcástico.
-Sí, que nos deje pasar- respondí de igual manera. Nat abrió los ojos hasta el tope mirándome -Por favor-
El profesor se hizo a un lado y nos dejó pasar.
-Que sea la última vez que llegan tarde- exclamó amenazante -Y cuide su vocabulario señorita King-
Como siempre nos sentamos en los asientos del medio y esperamos a que terminara la clase.
[...]
Habían terminado las clases, por fin. Nat me acompañó hasta mi casa, donde ambos estábamos haciendo la tarea que nos habían dejado en la escuela.
-Aún no puedo creer que le contestaras así al profesor- exclamó con asombro.
-Sí, yo tampoco. Si el profesor le hubiera dado esa queja a mi padre, él y Alex ya me hubieran castigado por haberle contestado así al profesor- solté una risita.
-Sí, me lo imagino- respondió mientras escribía en su cuaderno.
Y así pasamos toda la tarde, haciendo tarea, tarea y más tarea...
Alex
-¡No, Matt!- grité desesperado mientras pasaba mis manos por mi cabello -No puedo quedarme aquí sin hacer nada. Tengo que volver-
-Alex, ya han pasado tres años- lo interrumpí.
-Fui un idiota en haberla dejado, ella está viviendo un infierno por mi culpa- exclamé mientras me sentaba en el sofá.
Hola, soy Alexander David Turner, más conocido como Alex Turner, un idiota que dejó en Los Ángeles a la persona que más le importa, sé que suena enfermo que un hombre de 26 años esté enamorado de una niña de 15 años pero, ¿qué les digo? así es el amor.
-¿Y qué piensas hacer?- preguntó Matt.
-Ya te dije, volveré por ella, no me quedaré aquí de brazos cruzados escuchando a Aaron todos los días decirme por teléfono cómo su padre la ignora, la descuida y no le pone ni la más mínima atención-
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Mʏ Pᴇʀғᴇᴄᴛ Iɴɴᴏᴄᴇɴᴄᴇ // Aʟᴇx Tᴜʀɴᴇʀ X Tᴜ́
Romance~Iɴɴᴏᴄᴇɴᴄᴇ ᴀɴᴅ ᴀʀʀᴏɢᴀɴᴄᴇ ᴇɴᴛᴡɪɴᴇᴅ, ɪɴ ᴛʜᴇ ғɪʟᴛʜɪᴇsᴛ ᴏғ ᴍɪɴᴅs.~