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Capítulo VIII: La petición

¿Cómo reaccionar ante aquella petición? ¿Era en serio? ¿El shinigami sustituto había solicitado una reunión solamente para hablar de aquel tema? Todos los capitanes estaban desconcertados ante la petición realizada por Ichigo, no entendían con qué propósito, con qué objetivo pediría algo como ello.

Genryusai Yamamoto estaba fijo, sus ojos cerrados que poco a poco se abrieron para examinar el rostro del sustituto, su mirada y su postura hacían notar que realmente era en serio, luego observo al capitán de la décima división, intentaba mantenerse tranquilo, pero notaba en su postura el nerviosismo, no pudiendo hacer otra cosa además de suspirar dirigió nuevamente su mirada al shinigami sustituto – Ichigo Kurosaki...¿con que propósito pides que el capitán de la décima división, Toshiro Hitsugaya viaje contigo al mundo humano? –

- Deseo que este en el mundo humano para celebrar el festival de año nuevo – La respuesta de Ichigo dejo aún más desconcertados a los presentes y a Toshiro aún más avergonzado y sonrojado.

- Vaya...que pérdida de tiempo ¿para esto deje de hacer mis experimentos? - El capitán de la duodécima división, Mayuri Kurotsuchi tocaba su frente en señal de molestia, realmente no podía creer el motivo tan irrelevante por el cual había dejado la investigación que realizaba.

- Ichigo Kurosaki ¿Cómo osas hacernos perder nuestro tiempo con algo tan banal como esto? – Reprocho la capitana de la segunda división, Soi Fong, miraba de forma seria a Ichigo como si realmente sintiera el deseo de golpearlo por hacerle perder su tiempo.

El resto de capitanes o no tenían interés en ello como el caso de Kenpachi o se mantenían en un silencio, pero al mismo tiempo dando una expresión de reflexión tales como Ukitake, Kyoraku, Komamura y Unohana, por otro lado, Byakuya solamente mantenía su inexpresivo rostro, como si aquello le fuera totalmente ajeno.

Poco a poco la reunión se estaba trasnformando en una discursion sobre lo absurdo y sin sentido que era el propósito, quienes se quejaban mayoritariamente eran la capitana Soi Fon y el capitan Kurostuchi, ambos intentando ser calmados por ukitake, el resto en silencio, en especial Toshiro que no podía creer todo lo que estaba viviendo.

Finalmente, el capitán general Yamomoto golpeo con su bastón el piso del salón, los capitanes se callaron rápidamente para voltear a verle - ¡Silencio! – Exclamo tras lograr captar la atención del resto de capitanes – Ichigo Kurosaki y el capitán Toshiro Hitsugaya, abandonen esta sala, el resto de capitanes decidiremos si acogemos tu petición – El golpe del bastón nuevamente se escucho como si ello fuera un acto de sentencia, no quedando de otra el capitán y el sustituto debieron abandonar el salón.

A las afueras del salón Toshiro estaba apoyado a una de las paredes, sus ojos estaban cerrados intentando verse reflexivo, sin embargo, la verdad era que aun estaba avergonzado por lo sucedido allí dentro, solo que no deseaba expresarlo.

- Honestamente pensé que sería fácil hablar con el viejo en vez de todos reunidos – Admitía Ichigo intentando generar alguna conversación con el capitán de plateados cabellos.

- Mejor dime ¿Por qué no me contaste tu idea? – Pregunto aun sin siquiera mirarlo, manteniendo por orgullo su apariencia de calma.

- Por que no me dejaste decirte, cuando estábamos en tu oficina te fuiste sin dejarme decir que había venido para que pudieras salir conmigo en una cita y que por eso pedí una reunión con el viejo – Ichigo intentaba explicar cual era su idea o al menos cual creyó que era la mejor opción – Pensé que si hablaba con él podrían dejarte salir y luego ofrecerte una cita...debo admitir que te extrañe –

Las palabras del sustituto hacían eco en el corazón de Toshiro, aun no quería mirarlo, aun no podía, en tres meses no fue capaz de decirle algo o venir y contarle lo que pensaba, quizás si hubiera hecho pudo haberlo aconsejado para evitar pasar vergüenza frente a los capitanes – Ichigo... ¿Por qué hiciste todo esto? – Si bien el rostro de Toshiro no estaba de frente de reojo le miraba, quería saber la respuesta, la necesitaba.

El shinigami sustituto solamente soltó un suspiro y se acerco al cuerpo del capitán, estaban cerca, Ichigo tomo el rostro del capitán, Toshiro sintió sus manos, no se negó, solo volteo a verlo, aquellos orbes naranjas le miraban con tanta intensidad que solo se quedo a la espera de las palabras – Por que te quiero...- Una corta y simple respuesta emanada de los labios de Ichigo, era una corta respuesta pero era lo que Toshiro necesitaba escuchar, Ichigo acerco su rostro al de Toshiro, sus manos le tomaban de la cintura y los brazos del capitán solamente pudieron responder al tomarlo del cuello, no fue necesario que dijeran algo más, solamente dejaron llevar su mutuo deseo.

Los labios del capitán fueron atrapados en un lento beso que el shinigami de cabellos anaranjados le daba, su tacto era suave, embriagador, sus ojos junto a los de Ichigo poco a poco se cerraron a la vez que el beso se volvía más intenso, agradecía que nadie pudiera verlos por que realmente no quería que nadie interrumpiera ese momento.

Cuando el aire entre ambos se acabo Toshiro le abrazo desde el torso, no deseaba desapegarse de él, aquel shinigami era quien le había brindado tranquilidad en los momentos más difíciles de su vida y ahora, cuando todo parecía volverse a oscurecer como si fuera una señal nuevamente aparecía, solo que esta vez sentía que deseaba no volverse a separar de él.

Aun cuando disfrutaba de ello tuvo que separarse, era un capitán y si bien podía expresar emociones que les vieran tan cariñosos igualmente era vergonzoso, fue por ello que solamente tosió y se cruzo de brazos, volteando su rostro y mirándole de reojo junto con una sonrisa – Bueno, si el capitán general acepta tu petición junto a otros capitanes acepto salir contigo a una cita...solo espero que sea un lugar que valga la pena, por que en serio fue vergonzoso ahí dentro – el capitán poco a poco dejaba de mostrarse frio cual hielo, era aun para los cientos de años que tenia era en el fondo un adolescente igual que su contraparte, quizás por ello se sentía tan cómodo a su lado, porque se podían de cierta manera, entender.

Las puertas fueron finalmente abiertas nuevamente, Ichigo y Toshiro ingresaron y vieron como todos los capitanes estaban calmados, al parecer habían tomado finalmente su decisión, algo que inmediatamente el capitán general haría saber.

- Ichigo Kurosaki, tras meditar sobre tu petición hemos llegado a la conclusión de aceptar que el capitán Toshiro Hitsugaya viaje contigo al mundo humano durante el festival de año nuevo – Las palabras del capitán daban esperanzas a Ichigo y Toshiro, podrían salir en una cita, no obstante, el golpe del bastón hizo que rápidamente tuvieran que prestar atención – Sin embargo, hay una condición –

- ¿Una condición? – Pregunto el sustito con un rostro de total confusión, aunque si lo pensaba en retrospectiva era justo pues si él les pedía algo era lo normal que él también diera algo a cambio - ¿Cuál es la condición –

La noche había llegado al Seireitei, las puertas del Senkaimon se abrían e iluminaban el lugar con aquella resplandeciente luz, Ichigo Kurosaki se marchaba de la sociedad de almas acompañado de Toshiro Hitsugaya, durante una semana el capitán podría permanecer en el mundo de los vivos para celebrar junto al sustituto el año nuevo.

- ¿Estas seguro de tu decisión Ichigo? – Pregunto Toshiro caminando a su lado, de cierta manera se sentía culpable por la decisión que tuvo que tomar el shinigami con tal de que tuvieran una cita en el mundo humano.

- Si, estoy seguro de lo que decidí...ahora vamos Toshiro, todos en casa te están esperando – El sustituto comenzó a correr, a su lado el capitán de la decía división le acompañaba.

Seria una semana donde podrían estar juntos, quizás recuperar parte de los tres meses donde no se vieron y entenderse al completo, se sentían atraídos uno hacia el otro y la idea de que podrían estar juntos por esa semana era lo único que hacía sentir que la decisión tomada horas atrás valían la pena, ambos ahora salían del Seireitei en dirección al mundo humano acompañados de un invisible hilo rojo que unía sus vidas.