°Capítulo 19°

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– ¡Emile, estamos en casa! –. Patton exclamó primero, tras él los demás que sonrieron al verlo casi dormido sobre el sofá

– ¡oh, bienvenidos! –. Intentó ocultar la vergüenza con una enorme sonrisa – ¿se divirtieron en la fiesta?

– Remus se quedó dormido estando sobrio, eso es nuevo –. Emile supo a qué se refería Logan cuando notó al dormido diseñador en brazos de su hermano – ¿Virgil causó algún problema mientras no estábamos?

– es un ángel, fue muy fácil entablar una amistad con él, está dormido ahora

Patton le agradeció incontables veces por cuidar del niño a estas endemoniadas horas, una vez se retiró todos fueron a dormir, no sin antes desearle buenas noches a Virgil y asegurar la casa, Deceit los perturbó asegurándoles cualquiera podría entrar, no pueden dormir tranquilos sin la casa segura.

Fue una buena noche, hasta que Remus comenzó a gritar…

– ¡Remus! –. Roman tomó los brazos de su hermano, tiene pesadillas otra vez, han pasado años – ¡Remus, despierta, estás soñando!

Remus pareció despertar y, notando a Roman, se aferró a él sin pensarlo. Aquí vienen las lágrimas, las disculpas, los susurros incoherentes. Roman tiene experiencia en esto, sabe qué hacer para calmarlo y le sorprende nadie haya despertado luego de que esos horribles gritos inundaran la casa.

Intentó acercarlo más tomando sus piernas, había algo raro, Remus lo notó también.

– Remus, ve a darte un baño, cambiaré tus sábanas

– lo siento…

– no te disculpes, todo está bien –. Roman intenta suavizar los traumas de Remus diciendo es normal o que muchos pasan por lo mismo, todos sabemos eso empeora las cosas pero Roman no podría saberlo

Remus ni se molestó en mojar el resto de su cuerpo, simplemente se quedó sentado, mirando el agua sin expresión alguna. Nada cambió hasta que Roman entró al baño con un falso entusiasmo, dispuesto a ayudar y actuando como el padre que ambos nunca tuvieron. Bueno, que Remus nunca tuvo.

– ¿quieres que entre a la bañera contigo? –. Su hermano asintió – ¡perfecto, dame espacio!

Finalmente Remus volvió a la cama, no dijo nada en minutos, sería preocupante para muchos pero no para Roman. Sigue creyendo es normal después de todo. Murmuró una canción mientras cubría a Remus, siempre manteniéndose positivo, no es necesario incomodarlo más hablando sobre lo ocurrido.

– encontré a Bella en tu armario –. Extendió el pulpo de peluche, Remus abrazó ese viejo recuerdo –, ¿quieres que duerma contigo hoy?

Remus volvió a asentir, fue todo lo que Roman necesitó. Durmieron juntos con Bella en medio, es común desde pequeños, Roman pareció convertirse en su fuente de luz al pasar tantos años y Remus empeora más y más y más

– lo siento, Roman. Tengo treinta años y todavía… –. Resultó imposible seguir hablando sin llorar

– ¡hey, está bien! –. Abrazó al mayor, acariciando su espalda tensionada – ¿recuerdas esa vez que hicimos reír a Dee y se orinó encima?

– sí…

– ¿o aquella vez que Patton se asustó tanto hasta mojar sus pantalones?

– ajá…

– ¿qué te hace diferente entonces? A todos nos puede pasar

– porque a ellos les sucedió por accidente, a mí por viejos traumas…

Hubo silencio. Roman decidió abrazarlo, susurrándole todo saldrá bien y que no debía tener miedo, ya no están en casa de sus padres, están a salvo aquí en el presente con quienes más aman.

Ese pequeño accidente dejó una catástrofe detrás, Remus no quería mirar a nadie, mucho menos comer o beber agua, resultaba tentador quedarse en cama y morir lentamente. Funcionaría si no tuviera amigos, o un novio preocupado tras él.

– ¿ocurrió algo, Remus? Estuviste callado toda la mañana

– estoy bien, Logan –. Frunció el ceño al no verlo acompañado por Andrómeda –. Oye, ¿dónde está tu perro guía?

– ah, no quiso levantarse hoy, creo se siente mal

Eso huele a malas noticias. Remus corrió hacia Andrómeda sin soltar al confundido hombre, una vez cerca acarició su pelaje y notó no estaba respirando. Llamó desesperado el nombre del animal, intentando buscar pulso aquí y allá, chequeando sus ojos, pensando es otra maldita pesadilla. Lastimosamente no lo es.

– Logan, Andrómeda murió…

– ¡¿disculpa?! ¡es imposible, Andrómeda es un perro joven! –. Logan se arrodilló, sacudiendo al perro varias veces, ignorando a Remus abrazarlo por detrás – ¿Andrómeda? Despierta, Andrómeda, por favor…

Es la primera vez que Remus ve a Logan llorar.

– no… Andrómeda –. Rodeó a su mascota con ambos brazos, ocultando lo mejor posible sus lágrimas entre ese suave pelaje oscuro –, no es cierto, por favor… Andrómeda…

Remus abrazó al intelectual, incluso él estaba llorando, ambos amaban a Andrómeda como si fuera un hijo y verlo ahí, tirado en su pequeña cama, inmóvil, causaba un gran dolor inimaginable.

– Logan, debemos enterrarlo –. Atrajo a su pareja hacia él, presionándolo contra su pecho y besándole el rostro intentando calmarlo –, hay que dejarlo ir, decir adiós…

Eso hicieron, Patton lloraba en brazos de Thomas mientras Roman y Deceit enterraban al perro, Logan agradecía no poder ver, seguía intentando ocultar esos horribles sentimientos dentro de la casa cuidando a Virgil.

Acabado el trabajo se quedaron ahí unos minutos, Patton dándole un abrazo a todos, especialmente a Remus, más tarde decorando la tumba con lindas flores y pequeñas piedras.

– volvamos con Logan, necesita nuestro apoyo –. Thomas secó sus lágrimas

Deceit miró al frente, chocando miradas con Michael, tenía una falsa expresión de tristeza, podríamos decir… burlona.

– hijo de perra…

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