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CAPÍTULO 12
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Hubo una gran tormenta en medio de Londres. Una tormenta envolvente con relámpagos y truenos junto con ráfagas de viento que tuvieron a todos corriendo en pánico.
Peter abrió el paracaídas con la forma simplificada de una araña, no era muy práctico y solo detuvo su velocidad de caída, pero eso fue suficiente gracias a las dos alas que había agregado a su traje, yendo desde el interior de sus brazos hasta sus costados. Esa acción le impidió caer más y voló directamente en la dirección del huracán.
Sarah aguantó la respiración mientras caía en picado sobre la ciudad. Antes de que se acercara al río Támesis exhaló fuertemente y se impulsó a voluntad. Una sonrisa se deslizó por sus labios cuando lo notó, había alterado su campo de gravedad personal o como su madre lo llamaba de forma coloquial:
Caer con gracia.
El impulso la llevó a alcanzar la figura de Spider-Man.
—¿Acaso estás...? —soltando un grito cuando Sarah lo tomó de la mano y los dirigió con mayor velocidad hacia la ilusión—. ¡No es real! ¡No es real! —se repitió Peter.
Una vez que entraron, Sarah soltó a Peter y usó sus poderes para levitar mientras Peter se aferraba a uno de los drones.
—¡Oye! Resulta que eres una buena tabla de surf —fue lo primero que soltó el adolescente.
Sarah ignoró el comentario pues su atención estaba atrapada por todos los drones que creaban el engaño de Beck.
—¡Wow! ¡Esto es una locura! —exclamó la rubia.
—¡Increíble! —añadió Peter mirando a los lados.
—¡Peter! ¡A trabajar!
Spider-Man asintió antes de comenzar a disparar sus redes, conectando todos los drones. Sarah lo ayudó acercándolos y asegurándose de que recibiera la mayor cantidad posible.
—Espero que funcione —Peter presionó un botón en su disparador de telarañas y corriente eléctrica se conectó con todos los drones atrapados. Muy pronto, la ilusión comenzó a fallar, pero Beck tenía demasiados drones para que los derribaran de un solo intento.
Sarah se dirigió hacia un dron para impulsarse con los pies, dar un gran salto y hacer un perfecto pirouette dejando que el escudo se deslizara de sus dedos.
Peter vio como la nube falsa se disipaba de forma intermitente, mientras el escudo golpeaba un dron tras otro. El escudo seguía sin respetar las leyes de la física, pensó.
