Capítulo 4: "Love Song I"

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Natsuo había llegado con malas noticias para el que era el héroe número dos. Lo que quedaba de sus alas no iba a tener remedio, las radiografías mostraban que todo el tejido estaba dañado, sus nervios no iban a servir más y no había manera de sanar sus huesos. Todo se había reducido a cenizas. A Hawks sólo se le dio la alternativa de hacerse una cirugía en donde aquello que alguna vez habían sido unas alas poderosas. Por supuesto que el shock lo dejó perdido por un par de horas, pero aunque le doliera admitirlo sabía que iba a ser de esa forma, sabía que tarde o temprano se lo dirían. Enji había ido a la habitación para reconfortarlo y decirle que sin importar que, se quedaría a su lado. Hawks aceptó hacerse la cirugía por lo que fue programada para dentro de tres semanas, lo que la hizo coincidir con el día que Endeavor tenía la reunión con líderes del gobierno japonés. Aunque Hawks le prometió que estaría con él, el más joven aún sentía miedo.

Faltaba sólo una semana para su operación y aunque oficialmente eran pareja, no tenían mucha intimidad y para Hawks era suficiente, con dormir entre los brazos de Endeavor se sentía protegido. Justo ahora estaban en la cama, Enji lo rodeaba por detrás y delante ambos se sostenían las manos. Hawks soltó un pequeño suspiro y Enji se acercó a su mejilla.

—¿Qué pasa?
Hawks negó con su cabeza —Cuando me abrazas así, me haces sentir que todavía tengo mi alas, me siento protegido. Es como si fueras un ángel.
Enji lo jaló un poco más hacia él y se apoyo en su hombro —En todo caso el ángel serias tú.
—Ya no tengo mis alas y la mitad de mi se ha vuelto feo.
—¿Qué tonterías dices? Eres lo más hermoso que he visto jamás.

Keigo se sorprendió que se separó un poco para verlo mejor. Había hecho que sus mejillas se pusieran rojas y que su corazón golpeara tan fuerte que pareciera que se iba a salir de él, estaba seguro que incluso Enji podía escucharlo.

—No sé si debería de sentirme así de feliz. Creo que debería sentirme asustado, triste, incluso enojado, cada vez que trato de deprimirme o sentirme mal, siempre estás conmigo, no me lo permites. Después de todo lo que hice ¿no debería de estar obligado a cargar con todo eso?
—¿No eres tú quien dice que merezco una segunda oportunidad? - el más bajo asintió - entonces ahí está tu respuesta. Tú también la mereces.
—Entiendes que que era imposible no enamorarme de ti ¿no? Porque cada día lo estoy más. Sé que estoy siendo fastidioso pero no puedo evitarlo, me gustas mucho - Hawks escondió su rostro entre el pecho de Enji.
—Sí no fueras tú, dudo mucho que habría gustado de ti. - Endeavor acarició la mejilla del más joven haciendo que este se volteara a verlo, le regaló una pequeña sonrisa y ambos fueron acercándose poco a poco.

Sintió el aliento de Keigo sobre sus labios lo cual hizo que cerrara sus ojos y uniera sus labios en su primer beso. Hawks lo rodeo por el cuello y fue el primero en mover sus labios, Enji continuó y ladeo su rostro para acoplar sus labios de mejor manera. Besar a Keigo era mucho mejor de lo que había imaginado y el joven se sentía en un sueño del cual jamás quisiera despertar. Siempre había admirado a Endeavor pero una vez que le conoció esa admiración se convirtió en amor. Se separaron por falta de aire pero al volver a tener un poco en los pulmones, Keigo se lanzó a besar a Enji de nuevo, se colocó sobre él y sintió las manos del mayor rodear su cintura, siempre se había imaginado así y ahora que era una realidad se estaba emocionado bastante. Enji volvió a separarse y Hawks dejó caer su cabeza sobre su pecho, estaba sonriendo ampliamente.

—Bueno, debo admitir que fue mucho mejor de lo que esperaba - eso hizo reír a Hawks lo cual provocó que diera pequeños besos en los labios del menor.
—Si ya lo esperabas ¿por qué tardaste tanto en besarme? Espero que sepas que ahora quiero besos todos los días, todo el tiempo - el menor lo abrazo con mas fuerza por el cuello.
—Esta bien, ángel. Debo admitir que no me molesta la idea.
Hawks solo rió nervioso y vio a Enji devolverle la sonrisa, el menor pensó si era posible morir de felicidad.

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