Todas las vidas que no viví

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Prendido aún quedo, susurro alcanzado entre el ruido que lleva la cuidad en su entraña.
Aún cuentas conmigo, y en silencio ya llevo secretos bajo mi almohada.
Una, dos, tres estrellas señala su dedo en ese cielo repletos de ellas.
Acomodada sonrisa, apacigua; demonios de carruajes oscuros mientras, sólo guardo silencio.
Observando me recreo en esa clase esporádica de astrología.
Una, dos, tres estrellas señala su dedo en ese cielo repleto de ellas.
Se olvida este cuerpo del adoquín que incomoda, se pierde el abstracto mundo de grandes edificios, de
dudosa belleza.
Sólo son réplicas los unos de los otros.
La mano alzada. El cielo parece tan cerca, logrando que olvide ese mundo de relativa indulgencia, sólo
te vale sentirte vivo entre la cruel injusticia.
Susurra palabras que pierdo entre la composición melodíca que su voz presenta.
Ya dudo si la atención se
dispersa, entre la duda de ser, el peor alumno que exista en la tierra.
Una, dos, tres estrellas señala su dedo en ese cielo repleto de ellas.
Incluso parece ganarse el respeto,aquel que se impone entre el murmullo que llega, se hizo el silencio.
El mismo que no logra, encontrar disimulo para el sonido en mi pecho, latidos agudos del corazón que
no para.
Aún sigue contando sus estrellas, entre pequeñas miradas me alcanza, aborda la timidez de éste alma.
Embaucadores matices la fragancia de rosas que desprende su cuerpo, más atención no me queda, me
perdí en su cuenta de estrellas.
Una, dos, tres estrellas señala su dedo en ese cielo repleto de ellas.
De pronto se para. Se vuelve olvidando ese cielo donde permanecía ausente.. me señala y dice... " la
estrella más brillante que vive en mi cielo"... me alcanzan sus labios, me besa...
Bajo ese cielo a esta tierra, hasta los adoquines confortables se tornan, recogí mi estrella tumbada sobre
ellos.. una, dos, tres estrellas... sólo una yo quiero me dicta el alma... la beso entre el murmullo que lleva
la cuidad en sus entrañas.