CAPITULO 25 : Frías caricias

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Estoy con los chicos sentados en nuestra pizzería favorita, sé que no es nada nuevo, pero lo increíble es que Angelic está con nosotros. Estas últimas dos semanas Angelic y yo hemos salido más seguido; y aunque no baja la guardia conmigo, siento que estoy logrando algo con ella. Y bueno a los chicos les agrada Angelic, inclusive Cat ya no está a la defensiva con ella.

— Chicos solo nos quedan dos semanas de vacaciones. — se quejo Jeremy.

— siento que no las he aprovechado lo suficiente. — lloriqueo Dedrick.

— recuerden el último fin de semana acampamos. — comento Elias.

— Chica ruda ¿vas? — le pregunto Jeremy a una silenciosa Angelic, apenas y había tocado su rebana de pizza.

— tuve que decir que sí. — Angelic me señalo. — este idiota no dejaba de insistir, pero no voy sola. — dijo exagerando.

<< ¿Exagerando? Le mandaste 150 mensajes pidiéndole que fuera, sin incluir la llamada de 2 hora diciéndole los beneficios de ir>> bufe internamente ante el comentario de conciencia.

— ¿Tienes guarda espaldas? Desconfían de ti campeón. — bromeo Greison guiñándome.

Me reí ante el comentario con doble sentido.

— Mi hermano. — dijo y todos me abuchearon.

— Bien. — interrumpió Cat. — Chicos dejemos a un lado los problemas conyugales de adrian y Angelic — Angelic le tiro una papa frita y Cat le saco la lengua. — Todos listo este fin de semana que vamos a la apertura del nuevo club de la prima de Dedrick. — celebro haciendo un bailecito.

— ¡Entradas vip! — exclamo Dedrick. — 7 entradas.

— No creo que vaya. — se apresuro a decir Angelic

— ¿Te perderás la escena del castaño ebrio perdiendo el conocimiento?

— El que pierde el conocimiento eres tú Jeremy. — me defendí. Ese comentario me irrito un poco pero a lo demás les pareció divertido.

***

Habíamos terminado de comer y los chicos se habían ido dejándonos solos. Angelic me volvió a invitar a su departamento, ahora sabia que prefería venir aquí en las tardes que seguir yendo a central park. Ahora también se que la cuerdita de plata en su techo era una escalera para subir a la azotea, por lo que ahora estábamos recostados en el piso de la azotea viendo el cielo.

La veo de perfil y me parece aun más maravillosa que antes, su rostro se veía tan relajado con los ojos cerrados, creía que su palidez era por el contraste que hacia su cabello negro con su piel, pero ahora he pensado que pueda ser por lo poco que a veces come.

Desde la última vez no he vuelto a probar los labios de Angelic y estoy tan tentado hacerlo, que debo cerrar mis puños para contenerme. La brisa empezó a helar un poco más. Angelic tembló ante el paso de la brisa fría por su piel. Tome la manta que tenia al lado y la tire sobre ella para calentarla.

— Idiota ¿no tienes frio? — pregunto abriendo los ojos.

— NO, tranquila. — dije frotando sus brazos para darle calor.

— Te crecerá la nariz como pinocho. — jalo mi nariz. — Estas helado. — agarro la manta y tiro un poco sobre mí.

Se acerco y nuestras caras quedaron una frente a la otra. Nuestros cuerpos bajo la manta empezaron a calentarse; o eso creía.

— Estoy pasando demasiado tiempo contigo imbécil. — dijo entrecerrando los ojos.

— Yo estoy encantado de ser el imbécil que está acaparando tú tiempo. — bromee.

¿Cuanto es siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora