Corro, corro, corro, no puedo parar Corro, corro, corro de nuevo, no puedo evitarlo De todas formas, esto es todo lo que puedo hacer Todo lo que se es cuanto te amo
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La respiración cansada, la euforia, los nervios y el pitido en mi oído; son algunas de las cosas que estoy sintiendo en este momento, mientras veo a mis hermanos cruzar por aquel acantilado, el plan funcionó, fue un éxito.
Mire hacia el lugar donde provenía aquel fuego recordado muchas cosas, la casa donde crecí, las personas que cuidaron de mi, mamá, que, aunque nos diera como comida para aquellos monstruos siempre nos trato con amor. Aquel lugar en el cual había vivido una mentira.
Tomada de la mano de Ray, la cual apretaba con fuerza. Él sabia que tenia miedo, el ir al exterior para notros siempre fue una de nuestras grandes fantasías, y ahora se estaba haciendo realidad.
― Escucha, _____. Todo va a estar bien, no dejare que nada malo de pase. ― Me dijo, me miro a los ojos y luego me abrazo ― Te amo.
― Te amo ― respondí
Nos separamos y cada uno tomo un gancho, Ray cargo a una pequeña niña que tenia miedo, me recordaba a mi en aquellos tiempo, en los cuales no podía hacer nada si él .
Al llegar, Ray soltó a la niña dejándola en el césped, miramos hacia donde estaba Emma, quien todavía estaba encima del muro, y madre la miraba, duraron unos segundo y luego Emma llego hasta nosotros.
Mire a mamá, se veía cansada, y mientras nos íbamos Ray y yo la miramos por ultima vez
Adiós, mamá. Gracias... No te preocupes, nosotros sobreviviremos, más que los demás.
Sentados bajo aquel frondoso y verde árbol, Ray me cantaba aquella canción sin nombre, acostada entre sus piernas mientras me acurrucaba en su pecho mientras él leía aquel libro y acariciaba mi largo cabello negro, enredándolo entre sus dedos.
― Ray, ¿De donde conoces esa canción? ― la voz de madre se hizo presente, mas no le preste atención y fingí estar dormida.
― Nee, mamá, ¿Por qué nos diste la vida? ― habló Ray, abrí mis ojos y la miré, eran morados, igual a los mios. Madre nos miro y sonrió con superioridad.
― Bueno, Ray, _____. Fue para sobrevivir, más tiempo que los demás ― nos dijo ― No deberían estar así, ustedes son...
― No nos importa ― Hablé por primera vez ― Nadie lo tiene que saber, y mientras no lo sepan, nada pasará. No importa si no lo aceptan, Ray y yo siempre vamos a estar juntos, nunca nos vamos a abandonar ― dije abrazando a Ray por el cuello mientras él me abrazaba por la cintura mientras dejaba su libro a un lado ― porque nos queremos.
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