O1 | Yugi Amane

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Si yo soy el universo, estonces tu serás la NASA

¿Cuántos años habrán pasado desde la última vez que lo vi? ¿¿40?? No, quizás unos 50.

¿Qué habrá hecho en todo este tiempo? ¿Me habrá olvidado?

Quiero verlo, lo extraño. Desde que me enteré, Tsukasa me ha mantenido encerrada en este club de radio. Ni siquiera me ha dejado ir a mi dominio. La existencia de Amane fue desconocida para mí todo este tiempo. A pesar de andar por los pasillos de la escuela y visitando a los demás misterios, jamás me había enterado de que Amane aún estaba en este mundo.

Quería salir corriendo y darle un abrazo, pero el gemelo menor me lo impedía, y sabía que me iría muy mal si no obedecía. Tsukasa y yo siempre fuimos buenos amigos. Desde que conocí a los hermanos Yugi, siempre me llevé bien con ellos, pero solía pasar más tiempo con Amane.

Los dos observábamos cómo la chica Daikon subía las escaleras hacia la azotea, donde se encontraba Amane. Hablaron un poco y la chica le entregó una bolsa al gemelo mayor con donas caseras en su interior. Desde aquí se podía notar el brillo en sus ojos al ver aquel paquete.

— Tsu-Chan, ¿en verdad vamos a hacer esto? — pregunté nerviosa. Mi amigo solo asintió con una sonrisa propia de él.

Iba a decir algo más, pero de pronto Tsukasa ya había saltado hacia donde se encontraba Amane, quien tenía una expresión de terror en el rostro. Yo, con cuidado de que no me viera, me puse detrás de la bruma negra del gemelo menor.

Tsukasa rió — ¿Te asusté? Yo también tengo unas grandiosas asistentes. Llegué aquí con su ayuda — Al momento de decir eso, Tsukasa se apartó, dejando ver mi figura. Amane se sorprendió, y solo lo miré con una cara neutra. — Hey, Amane — volvió a hablar Tsukasa mientras se acercaba cada vez más a su hermano — Pudimos vernos de nuevo, ¿estás feliz? —

Amane no podía pronunciar palabra alguna. Estaba impresionado y aterrado, hasta que la chica Daikon se interpuso entre los dos hermanos lanzándole la bebida a Tsukasa, lastimándolo.

— Eres peligrosa — dijo. Sabía lo que estaba pasando. Estaba enojado con la chica por interrumpir su momento con Amane. Se acercó peligrosamente a ella, haciéndola asustar.

— Tsukasa — hablé por primera vez en tono de advertencia — Basta.

Él me levitó hasta mí, tomándome de la cintura y envolviéndonos en su bruma.

— Nos vemos — canturreó.

— Adiós, Amane — dije antes de que nos fuéramos, admirando su rostro por última vez.

Una vez llegamos a la sala de radio, Tsukasa empezó a hablar de lo divertido y hermoso que fue volver a ver a su hermano, mientras yo solo me dirigí a un r

incón de aquel lugar.

Jamás creí que mi reencuentro con Amane sería de esta manera, pero aun así, estoy feliz. Pude volver a verlo otra vez.

Solo espera un poco, Amane. Pronto nos volveremos a encontrar.

One Shots || AnimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora