Nota: tal vez cambie un poco mi forma de narrar y haya muchas faltas de ortagrafía y gramática, así que tomense la libertad de decirme si algo no está bien escrito.
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Si yo soy el universo, estonces tu serás la NASA
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El encuentro con Amane había sido tan diferente a como ella había esperado. De verdad lo había extrañado y estaba feliz, aunque no tanto como Tsukasa, quien lo estaba gritando a los cuatro vientos.
Miró el manjar que había logrado agarrar antes de irse de la escena. Curiosamente, los recuerdos regresaron a aquellos días...
El sol, las nubes, el cielo. Tal vez para muchos sea algo encantador, pero a ella no le agradaba tanto. La verdad es que estaba muriéndose de frío. Sí, venir a practicar a las 6 de la madrugada a la escuela tal vez no era la mejor idea, pero debía tener lista esa pieza antes de esa fecha.
(T/N) miró el calendario que tenían pegado en la pared. Solo faltaban 3 días y, con suerte, todo saldría según lo planeado. Incluso había logrado sobornar a Tsukasa para que no se apareciera a esa hora. Aunque ahora que lo pensaba mejor, le daba un poco de pena sacar al gemelo de sus planes, pero por la salud y felicidad de Amane haría lo que sea.
Suspiró para volver su vista a aquellas partituras. Amane siempre había sido fan de aquella canción desde que la escuchó cantarla. Tenía que quedar perfecta antes de esa fecha. Simplemente no podía darse el lujo de fallarle.
Horas después, las clases se habían acabado. (T/N) se levantó decidida y apresurada, tomando su violín para poder irse a sus clases particulares. Primero se despidió de Tsukasa y luego de Amane, quien, como siempre, estaba en la enfermería. Después de intercambiar algunas palabras de preocupación, ayudarle a cambiar el vendaje y desinfectar sus heridas, pudo tomar rumbo hacia su academia de música.
Fue un recorrido muy corto, la academia no estaba muy lejos del insta. Al llegar, la maestra le sonrió y comenzaron a practicar la pieza. Su instructora era una muy buena confidente de (T/N), y aunque no conocía al chico del que su alumna estaba enamorada, le causaba mucha ternura la manera en la que ella hablaba de Amane. Sí, ella era una gran fan del amor que (T/N) sentía por aquel chico. Y después de que ella le dijera que se acercaba la fecha especial, la dejó practicar e incluso le brindó ayuda.
Fueron horas muy duras para (T/N), pero el solo recordar la cara que pondría Amane le daba 10 años más de vida.
Dos días faltaban para la fecha, y con suerte su maestra le había dicho que ya no era necesario seguir practicando. La melodía ya se escuchaba muy armoniosa y se podía sentir todo el amor y cariño que quería transmitir.
Felizmente, salió de la escuela y fue al supermercado para comprar todos los ingredientes que iba a utilizar: huevos, harina, mantequilla, aceite, mucho aceite, chocolate, fresas, azúcar. Todo estaba en aquella lista que muy amablemente la señora Yugi le había dado para llevar a cabo su plan.
"Tengo que darle luego las gracias a tan bello ángel", pensó sonriendo.
El día por fin había llegado. Se levantó muy temprano para poder preparar todo lo que iba a utilizar. Con suerte, y gracias a la ayuda de su papá, había logrado hacer unas buenas donas caseras y un pequeño pastel de chocolate que había adornado muy cuidadosamente.
Al llegar la tarde, _____ tomó sus cosas y se dirigió a la salida de su hogar. Se despidió de su padre, quien le había deseado buena suerte y que no llegara tan tarde, y salió rumbo a la escuela, donde llevaría a cabo su plan.
Todo estaba listo. Había hecho un pequeño y muy lindo picnic nocturno en el techo de la escuela, y por la posición del sol, Amane estaba a punto de llegar.
Hablando del rey de Roma...
― ¡Amane! ¡Viniste! ― exclamó ella.
― Sí, dijiste que tenías algo que mostrarme... ― respondió Amane.
― ¡Sí! ¡Mira, mira! ― dijo ella, sujetando a Amane por el brazo para llevarlo a una zona específica de la azotea donde tenía preparado su pequeño picnic.
Junto al chico, se sentó en aquella típica manta de cuadros rojos. Agarró la canasta que había traído consigo y la puso en medio de los dos.
― Te hice tus favoritos ― dijo ella.
― ¡Donas! ― sonrió Amane.
― ¡Sí, donas! ¡Las hice yo misma! ¡Pruébalas! ― le dijo, y le extendió una a Amane, quien sonrió aún más al tenerlas.
Un solo bocado y sus papilas gustativas sentían que se iban a derretir. ― ¡Está riquísimo!
― ¡Que bueno! ― respondió ella.
Pasaron la tarde noche platicando, y justo cuando la luna estaba a medio camino para llegar a su punto más alto, (T/N) se levantó, ganando la curiosa mirada de Amane.
― Creo que es por esta hora ― dijo, mirando al cielo. Agarró su violín y se puso justo en frente de él. La luna la alumbraba desde atrás y eso solo hacía que se viera más bonita desde el punto de vista de Amane. ― Esto es de mí para ti.
_____ inhaló y exhaló profundamente y comenzó a tocar aquella pieza, solo para Amane. A mitad de la tonada, las estrellas comenzaron a moverse. Ese día había una lluvia de estrellas, y para mucha suerte de la chica, él no se había enterado de nada. Para los ojos del chico, aquel era el mejor espectáculo que podría ver. Era simplemente hermoso. Sus ojos, sus bellos ojos, mostraban lo feliz que estaba en ese momento.
Y justo cuando la melodía se detuvo, las estrellas también lo hicieron.
― ¡Feliz cumpleaños, Amane!
Sin duda, fueron días felices...
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One Shots || Anime
Fanfiction𝕺𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 | 𝙎𝙖𝙗𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙚 𝙖𝙢𝙤 𝙮 𝙮𝙤 𝙨𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙢𝙚 𝙖𝙢𝙖𝙨, 𝙚𝙣𝙩𝙤𝙣𝙘𝙚𝙨, ¿𝙌𝙪é 𝙩𝙖𝙡 𝙨𝙞 𝙧𝙚𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙗𝙞𝙢𝙤𝙨 𝙡𝙖𝙨 𝙚𝙨𝙩𝙧𝙚𝙡𝙡𝙖𝙨?, 𝙣𝙤𝙨𝙤𝙩𝙧𝙤𝙨 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙢𝙤𝙨 𝙘𝙖𝙢𝙗𝙞𝙖𝙧 𝙡𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖. Anim...