8
Britanny siguió abrazándome con fuerzas y a mi remera podía sentirla humedecida una vez más. Sabía que sea lo que sea que esté sucediendo, no podía ser bueno. No fui capaz de apartarla de mi a pesar de que la carne que se estaba cocinando ya estaba quemada y el olor me estaba matando.
-Lo lamento –dice ella separándose de mí y enjuaga sus ojos humedecidos-
Esos ojos mieles que me atrapaban día a día con su amor y brillo al verme o sonreírme, otra vez estaban ahogados en una marea y yo debía esperar a que serenara para poder encontrarla perdida en el agua y salvarla. Odiaba verla así y yo no sabía que más hacer a medida que ella solo temblaba con nerviosismo.
-No me pidas disculpas – mi pulgar limpiaba con calidez sus saladas lágrimas- ¿Qué es? –una pausa- Ve a sentarte. Pediré pizza y comeremos tranquilos. Yo esperaré a que me digas lo que sucede y cuando estés decidida, te escucharé y contendré como siempre lo eh echo –su mirada se suavidad pero rápidamente su rostro se retuerce y yo la abrazo con fuerza como si fuera mi peluche favorito de toda mi niñez-
Las verduras estaban a medio cortar sobre la tabla de madera junto a una gran cuchilla filosa y yo me encuentro pensando en la frágil chica que está en mis brazos utilizando esa cosa para acabar su sufrimiento. No sería la primera vez que lo eh visto como tampoco sería la primera vez que habría cavado tumbas. En mis pasados eh visto a chicas suicidas a mis alrededores y eh enterrado a muchas personas. Eh trabajado en cementerio entre tiempos y me eh cruzado con muchas personas con mundos completamente diferentes a cualquiera de nosotros dos.
Si ella seguía así de depresiva, yo no sabría a qué vuelo tendría que tomar junto a ella para sacarla de todo esto. Hemos intentado todo junto. Hemos hablado, eh intentado llevarla con un psicólogo pero si ella no quiere, el tratamiento no será beneficioso y será un gasto de tiempo. Eh echo cosas que jamás eh podido imaginarme haciendo para una chica.
Tengo que alejarla de cualquier de las cosas que podrían hacerle daño
-Vamos –le acaricio su espalda con firmeza y calidez- Ve al sillón nena. Yo estaré allí en unos momentos ¿Si? –ella ascendió en mi pecho y luego de unos momentos se separó de mí-
Me había mirado por encima de sus pestañas y me susurro un “Te quiero” que correspondí con un beso en su frente. Mis brazos se desenredaron de su cadera y la dejé marcharse al living. Ella no estaba viendo la tele, ella estaba en silencio mientras podía escucharla resoplar entrecortadamente.
Apague al perilla de la cocina y me vi obligado a tirar la carne carbonizada a pesar del echo en el que ella no le guste la idea de tirar comida pero, ¿Qué demonios debería hacer? La carne calló en el cesto de basura y abrí las pequeñas ventanas de la cocina para ventilarla al igual que lo hice con la puerta que daba a nuestro patio trasero. Guardé las verduras y esas cosas que estaba cortando para la ensalada en uno de sus potes que ella utiliza para este tipo de cosas y le puse la tapa que correspondía en ella luego de cinco intentos con diferentes medidas singulares a la medida.
Puse las cosas que estaba utilizando en la pileta con la intención de lavarlas luego. Llamé al deliveri de pizza que acostumbramos llamar habitualmente cuando estamos o muy cansados o es tarde para cocinar o inclusive, cuando ningunos de nosotros tenemos ganas de cocinar. Es una pena, porque a mí me gusta como cocina ella y a ella le gusta como cocino yo. Me encojo de hombros ante mis pensamientos y saco de la heladera dos latas de cerveza para Britanny y para a mí con el propósito de levantarle el ánimo como lo eh echo hace unas noches en su casa.
Ella reía y reía ante mis estupideces y mi actuación de mí mismo ebrio. Recuerdo que yo fingí querer tocarla estando bajo el efecto del alcohol y ella reía tanto cuando yo pellizcaba su piel y la mordía al hacerle cosquillas que se quedaba sin aire e inclusive, cuando llego al punto de no tener más aire para reír se calló al suelo y mi sonrisa desvaneció mientras me arrastraba por el colchón para levantarla pero antes de llegar al borde ella ya estaba aferrándose del mismo riendo a carcajadas.
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Sigo Siendo Tuya
FanfictionLa complicada relación ante las consecuencias de la misma -provocada por Harry en especial-, junto con los problemas entre ellos siguen continuando poniéndole fin y comienzos a nuevos integrantes de su propia historia. Crisis, locura, amor, pasión...