Llegué a la entrada de la escuela con el corazón acelerado a mil de tanto correr y por la escena que acaba de escuchar. No podía creerlo, pero mi mente no paraba de repetir el momento donde una de mis amigas más queridas terminaba por confesarle su amor al chico que me gusta. Más que enojo, lo que sentía era tristeza pues no quería perder ni a Serena, ni a Ash.
¿Pero cómo hago ahora para no sentirme mal cada vez que los vea?
— Al fin te encuentro — la voz del susodicho resuena detrás de mí — ¿Nos vamos?
Se acerca y me saluda alzando su mano. Hago lo mismo, aunque no digo mucho más, cosa que lo alerta y hace que sus ojos reflejen curiosidad y preocupación.
— ¿Te pasó algo? ¿Todo bien? ¿May?
— No quería interrumpir. — digo, comenzando a caminar en dirección a mi casa, él hace lo mismo.
— No me digas que lo escuchaste.
— Vámonos.
Caminamos sin mucho más que decir hasta llegar hacia nuestras casas. Intentaba no mirarlo y él parecía haber captado mis intenciones, por lo cual solo comenzó a silbar y soltar breves frases como <<el clima está friolento>> o <<tengo hambre>>. El silencio me era incómodo por dos obvias razones:
1. Pensaba confesarme hoy.
2. Quien se le terminó confesando fue Serena, quien es mi amiga.
¿Qué podía hacer yo? No quería dañar los sentimientos de ella, aunque tampoco es seguro que Ash me aceptara a mí.
— ¿Y qué te pareció? — murmura él de repente, mientras ya estábamos a una cuadra de llegar.
— ¿Uh?
— La confesión.
¿Por qué me pregunta eso?
— ¿Eso no debería ser solo para ti?
Parece que pensaba decir algo, pero termina por sacudir su cabeza.
— Ya que lo escuchaste, quería saberlo.
No entiendo qué sentido tiene mi opinión ahora, pero termino por acceder a su petición.
— Fue corto, pero directo. Además, si le agregamos la dulzura que Serena transmite cada vez que habla, hace de esa confesión una muy hermosa.
— ¡Es justo lo que pensaba! — su alegría me quema — Serena es increíble, ¿puedes creer que fue la única que me ayudó a mejorar mi dibujo cuando todos me daban por caso perdido? Creo que por ella no me arrepiento que se hayan acabado los cupos del club que quería en un inicio.
— Así es Serena, un amor. — y yo no mentía, pero aún así dolía.
— Lo es. Por cierto, May, cambiando de tema, ¿qué es lo que querías decirme hoy?
Ah... cierto.
Ahora ya no tenía sentido.
— La tutora me dijo que te hiciera saber que, si llegas tarde una vez más, llamarían a tu madre — el terror en los ojos de Ash se hicieron notar — Además, espera que hagas de tutor de algunos chicos de grados menores ya que los finales están a la vuelta de la esquina. Esto último lo sugerí yo porque, eh, eres muy bueno con los temas y mejoraría tu reputación con ella.
— Gracias por hacérmelo saber — sonríe, basta por favor — ¿De verdad te encuentras bien?
No quería seguir mintiéndole, pero tampoco deseaba poner nuestra amistad rara luego de tal confesión. Di unos pasos más y volteé a verlo, notando como este estudiante tan peculiar me seguía con su mirada, atento a cualquier movimiento que pudiese hacer.
— El chico que me gustaba... — siento que mi garganta duele — tiene a alguien más.
Una verdad con otras palabras no se considera mentira, ¿cierto? No puedo ponerme a pensar en ello, porque Ash ahora está a mi lado, abrazándome, mientras lloro como una bebé. Me siento tan patética siendo consolada por quien me gusta, pero no puedo evitarlo, ya no. Continuamos así lo que creo fueron varios minutos, hasta que me recompuse y me limpié la cara con mis manos.
— ¿Realmente te gusta, no?
— Demasiado. — esto es extraño — Perdona por ese drama.
— No, no, es doloroso esa sensación, lo entiendo.
— ¿Te ha pasado algo similar?
Silencio.
El celular de Ash resuena, rompiendo el hielo que se estaba formando luego de mi pregunta. Este atiende al instante, dejándome con dudas respecto a su respuesta.
—May, lo siento, pero tengo que irme. — me dice apenado, juntando sus manos como si intentara disculparse. — Serena me llama, es urgente.
Diría que es inesperado... pero no.
— No la hagas esperar. — sonrío, mientras le doy unas palmadas en la espalda.
— Aunque... puedo cancelarle si es que quieres seguir conversando.
Tonto Ash, no me aprovecharé de algo así.
— Ve con ella, estaré bien. Digamos que voy a reunirme con alguien.
— ¿Así?
— Sí, después de almorzar saldré con Koharu, nuestras Eevee se conocerán.
— ¡Increíble! Te dejo en buenas manos entonces ¡Espero que me cuentes cómo fue todo!
Asiento, pero no me espero que Ash volviera a abrazarme. Su contacto conmigo me hace sentir tan feliz y desearía tener el valor suficiente para rodearlo con mis brazos y corresponder del todo a ese cándido reconforte.
Ahora solo queda realmente contactar con la pelirroja y decirle para salir.
Ash se da media vuelta y lo veo alejarse hasta perderlo de vista. Mientras recorro el último tramo a mi casa, me aseguro de lucir bien y no respondo los mensajes de Dawn y Lillie al no tener ganas de contar todo lo que acababa de pasar. Por otro lado, le escribo a Koharu, recibiendo una respuesta positiva por parte de ella, aunque señala que irá con unos libros de un curso que Gou le contó se me daba bien. Bueno, podré repasar mientras le enseño e Eevee tendrá una nueva amiga, así que todos ganamos.
Suspiro, al menos académicamente todo marcha bien.
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No quise describir mucho las escenas en este capítulo porque May está sad, y en situaciones así creo que por lo que menos te preocupas es en observar el panorama jsjsjs Anyway, capítulo un poquitín más corto de lo usual, pero espero les guste.