Los ojos de Yamaguchi estaban cerrados mientras hacía un esfuerzo enorme por no llorar en ese mismo momento. Sentía que su pierna estaba siendo torturada.
—Cielos, Yamaguchi —dijo Suga mientras intentaba aguantar su risa—. No te estoy matando.
—¡Duele muchísimo, Suga! —exclamó el chico de pelo verdoso— ¡Deja de sonreír, Tsukki! —le gritó al rubio que reía disimuladamente.
El joven patinador se estaba sujetando de la barrera de la pista mientras Suga lo ayudaba a estirar sus músculos. El peligrís empujaba la pierna de Yamaguchi hacia arriba mientras que él intentaba no caerse al suelo. Tsukishima, quien había terminado ya su práctica, había decidido quedarse más tiempo para observar la clase de su amigo. Aquel día, Suga terminaría de marcarle la coreografía de su programa corto.
—Tú puedes, Yamaguchi, ¡debes resistir! —exclamó Hinata apretando los puños.
—Tú deja de gritar y ponte a estirar también —ordenó Suga—. El hecho de que estés aquí no significa que solo estarás mirando. Harás los ejercicios que hicimos ayer en clase de nuevo.
—¡Pero Suga…
—Nada de peros, Shoyo —sentenció mientras seguía empujando la pierna de Yamaguchi —. Recuerda que estás aquí como castigo. Ahora, ve a marcar la coreografía.
Hinata sabía que no debía protestar, ya que su maestro tenía razón. Aquel día no le tocaba práctica, pero el día anterior, mientras practicaba la coreo que haría para su audición, volvió a dejarse llevar por la música, no solo una, sino tres veces. Suga intentó ser paciente, pero vio conveniente que el pelirrojo tuviera más horas de práctica hasta que pudiera hacer la coreografía ccorrectamente.
Y así fue. Hinata hacía movimientos de práctica mientras se apoyaba en la barrera de la pista mientras que Suga trabajaba con Yamaguchi.
Tsukishima se había sentado en una de las tribunas cercanas mientras observaba la práctica. Él no entendía bien la razón por la cual su amigo se esmeraba tanto en patinar. Era solo un deporte, un pasatiempo; tal como lo que era el vóleibol para él. Sin embargo, allí estaba Tadashi: bailando ballet sobre los patines como si su vida dependiera de ello.
—Hey, Tsukishima —escuchó el rubio. Daichi, quien no estaba solo, se sentó en una de las butacas cercanas—. Pensé que ya te habrías ido a casa.
—Podría decir lo mismo de ustedes —le dijo a Daichi, Kageyama, Asahi y Tanaka.
—Bueno, hace mucho no veo a Suga dar clases —explicó el pelinegro usando a su novio como excusa.
—Y nosotros estamos esperando a Nishinoya para ir a comer algo al centro —dijo Tanaka.
—Ya, ¿y cuál es la excusa de ellos? —preguntó el rubio señalando a Kuroo, Bokuto e Iwaizumi.
—Nosotros íbamos a comer algo también —dijo el pelinegro del Nekoma.
—Y pasamos a ver si nuestro compañero capitán quería acompañarnos —continuó Bokuto refiriéndose a Daichi, ya que los cuatro eran los capitanes de sus respectivos equipos.
Tsukishima asintió con una expresión seria y volvió a clavar la mirada en Yamaguchi.
—¡Aquí están! —exclamó Nishinoya al llegar— Los estuve buscando por todos lados —dijo antes de echar un vistazo a la pista y sonreír— ¡Es Shoyo! ¡Y está bailando! Quiero quedarme un poco a verlo.
El del mechón de cabello rubio tomó asiento junto a Asahi y observó con atención los pasos que hacía el pelirrojo.
—Bien, al parecer todos nos quedaremos a ver la práctica —dijo Daichi—. Pero deben prometer portarse bien, esto es muy importante para Yamaguchi.
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ʟᴇᴛ'ꜱ ᴅᴀɴᴄᴇ ||Haikyuu AU||
FanfictionLa música puede llegar al corazón de las personas con suma facilidad. Aquellos que entregan su cuerpo y alma a ella están condenados a ser sus esclavos de por vida. -¿Bailamos? Disclaimer: AU de Haikyuu en el que algunos chicos se dedicarán a practi...