[CAPÍTULO LARGO]
—Demasiado lento, Tooru —escuchó el chico—. Otra vez.
El castaño asintió ante la orden mientras movía sus piernas brevemente para intentar relajar sus músculos contracturados antes de seguir con las repeticiones.
Tooru llevaba horas metido en aquella habitación y nada de lo que hacía parecía satisfacer ni a su entrenador ni a él mismo.
—Yuu-chan —se quejó alargando las palabras—. Es obvio que no puedo. ¡Sigo girando de más!
El hombre de lentes suspiró antes de mirar hacia su costado y fijar sus ojos en Hanamaki. El pelirrosa estaba recostado boca abajo sin moverse sobre unas colchonetas y, de no ser por los leves movimientos de su respiración, el hombre podría jurar que había muerto durante la última serie de ejercicios.
Al parecer, el pelirrosa había sentido las miradas sobre él, pues levantó una mano al comenzar a hablar.
—Al menos tú si completas las cuatro vueltas —dijo el otro patinador, pero su voz era amortiguada por la colchoneta—. No hay manera que logre hacer un cuádruple correctamente para la próxima competencia —el chico dejó salir un gruñido para luego rodar sobre su espalda—. Me destrozarán en Estados Unidos, amigo.
—¡Makki! —lo reprimieron ambos hombres.
El pelirrosa volvió a protestar antes de volver a levantarse. El joven se acercó a su entrenador para que este le volviera a colocar el arnés con el que lo elevaba para entrenar las rotaciones de los saltos.
Ser patinador no solo significa pasar horas y horas en el hielo, sino también entrenar demasiado fuera de él.
—Si su querido chico ruso me vuelve a sacar de la serie, juro que no les hablaré a ninguno de los dos por todo un mes —amenazó Makki antes de subirse a la plataforma para saltar.
Aquello le hizo ganar una risita por parte de Tooru y un ceño fruncido de Yuuri.
—Vamos, Makki —habló el mayor de todos—. Sabes que Lev tiene tantos problemas como ustedes con sus programas.
Hanamaki rodó los ojos antes de hablar por lo bajo.
—Aún así quedé fuera por su culpa hace dos años.
—Deja de quejarte y ponte a trabajar —habló el castaño con una sonrisa—. Si no mejoras los cuádruples, Lev-chan y Vicchan se llevarán el oro.
—Qué ironía —dijo el chico con una sonrisa en el rostro—. El rey del drama diciéndome que deje de quejarme.
El castaño rió y eligió no responder. En su lugar, decidió seguir con sus ejercicios.
El joven miró con atención su reflejo en el gran espejo que estaba al fondo de la gran habitación.
Estaba hecho un desastre.
Su camiseta turquesa se pegaba a su cuerpo debido al sudor y su normalmente perfecto cabello estaba tirado hacia atrás y sujetado por una banda deportiva para la cabeza. Sus shorts azules eran demasiado cortos y dejaban ver sus músculos en tensión y su rodillera blanca.
Sí, era un desastre, pero Tooru disfrutaba de serlo. Después de todo, aquel era su camino hacia la grandeza.
Después de respirar profundamente, el chico puso sus brazos en posición. Comenzó a avanzar con determinación y, luego de dar dos vueltas para impulso, ejecutó los movimientos de uno de sus saltos cuádruples. Su rodilla derecha dolió al momento de aterrizar, pero fue capaz de mantener la posición.
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ʟᴇᴛ'ꜱ ᴅᴀɴᴄᴇ ||Haikyuu AU||
FanfictionLa música puede llegar al corazón de las personas con suma facilidad. Aquellos que entregan su cuerpo y alma a ella están condenados a ser sus esclavos de por vida. -¿Bailamos? Disclaimer: AU de Haikyuu en el que algunos chicos se dedicarán a practi...