ʟᴇᴛ'ꜱ ᴅᴀɴᴄᴇ ||Haikyuu AU||

||31|| Tardes de otoño

Con la llegada del mes de octubre, el frío típico del otoño comenzó a hacerse notar con cada vez más ganas. El cielo estaba cubierto con una gruesa capa de nubes oscuras y el ligero viento que acariciaba las mejillas de los jóvenes no era intenso, pero definitivamente lograba ponerle los pelos de punta. 

Como forma de aprovechar el primer fin de semana en semanas que la mayoría del grupo de amigos tenía libre, los jóvenes decidieron salir a hacer cosas de adolescentes más o menos normales. Nada de partidos de vóley o hockey, ni entrenamiento extensivo para ballet, ni práctica coreográfica para la serie Grand Prix. Sólo un grupo de amigos que, incluso fuera de la pista, escenario o chanchas, disfrutaba la compañía que los demás ofrecían. 

Era notablemente visible que la mayoría de ellos no estaba muy a gusto con el clima fresco que se había instalado. Varios tenían las mejillas y narices enrojecidas, Kageyama incluso tenía las orejas coloradas por el intenso frío de aquella tarde. Sin embargo, había unos pocos que disfrutaban intensamente de aquello.

—¡Ah, cómo me gusta este clima fresco! —dijo Yamaguchi mientras se subía el cierre de su abrigo hasta arriba— Ya me estaba cansando del calor. 

El joven de pecas sonrió de lado al ver cómo Tsukishima rodaba los ojos ante su comentario, claramente en desacuerdo.

—Nada como el fresco viento del otoño —secundó el patinador mayor—. No puedo esperar a que llegue el invierno de una buena vez. Es definitivamente la mejor época del año y no acepto críticas. 

Los demás hicieron un gesto de desacuerdo cuando otra ráfaga de viento los envolvió, varios incluso llegando a rodar los ojos ante las declaraciones de los patinadores, lo que le pareció particularmente gracioso al castaño. 

—Eso es porque ustedes probablemente podrían dormir en el hielo sin problema alguno —aseguró Kenma mientras se acomodaba su grueso abrigo. Los jóvenes habían sido testigos de las innumerables veces en las que los patinadores tomaban asiento en medio del hielo y así descansar entre medio de los entrenamientos sin el más mínimo problema de estar en contacto directo con el agua congelada. 

—No seas exagerado —le respondió Yamaguchi, aunque siendo sincero consigo mismo, estar rodeado de hielo y frío ya era una parte muy importante de él y su vida. 

Las calles de Tokio estaban bastante llenas aquella tarde en particular. Al parecer, muchas otras personas habían decidido dar un paseo y disfrutar del fresco que el otoño proveía y escapar un poco de la ajetreada vida que era tan característica de la capital japonesa. 

Luego de semanas intensas de entrenamiento y competencias, Yamaguchi ya estaba casi acostumbrado a su nuevo estatus de pequeña celebridad. Con la Copa de Estados Unidos cerca, todos los ojos de los fanáticos estaban concentrados en la presentación de Hanamaki Takahiro, quien también había sido capaz de hacerse un lugar entre los mejores del mundo con una serie casi impecable hasta el momento. El patinador de pecas estaba agradecido de estar fuera del ojo público aunque sea por un tiempo, pero ser amigo del internacionalmente conocido Oikawa Tooru no le permitía gozar de una privacidad absoluta. 

Cada cierto tiempo, los chicos notaban cómo personas a su alrededor reconocían al castaño e intentaban tomar fotos de él disimuladamente. Sumado a eso, Karasuno también estaba haciendo un excelente trabajo en aquella temporada, ganando una pequeña fama entre los fanáticos del vóleibol. Por su parte, la situación de los jugadores de hockey no era muy diferente desde sus increíbles victorias en los diferentes partidos en el torneo nacional de hockey. De hecho, varios de ellos habían sido convocados por conocidas revistas deportivas locales para ser entrevistados. Definitivamente aquello era algo bastante positivo para los que tenían planes de seguir con sus carreras deportivas a nivel profesional.