🍪 Galletas . 🍪

343 45 146
                                    

La vida de los Lightwood Bane, empezó cinco años antes de su llegada a los terrenos. (Yo les contaré el inicio de esta historia)

(ʘ言ʘ╬)

Era viernes, solo quería llegar a casa con su esposo, meterse en la ducha y hacerle el amor. Pero, el tráfico de la ciudad lo separaba de sus deseos. Luego de dos horas llegó a la puerta del edificio. Retiró la correspondencia «genial más cuentas que pagar» pensó de manera aburrida.

-Buenas noches, vecino, ¿cómo está? -preguntó de forma coqueta una mujer.

-Buenas noches, vecina bien, ¿usted, cómo ha estado? -respondió de la manera más formal que pudo.

-Bien, no mejor que tú, pero bien.

Las mejillas de Alec se tiñeron de rojo, haciendo que bajará su mirada.

-Siempre tan tierno -volvió a atacar la mujer, por suerte en ese momento llegó el ascensor.

-Usted primero, por favor -intentó seguir siendo caballeroso.

-Vecino ya sabe, cuando quiera puede pasar por mi casa -le decía, mientras acorralaba Alec entre las paredes de metal.

(Al parecer está mujer debería morir)

-Le... Le diré... A Magnus para cuando él tenga un tiempo libre...

-Yo me refería a tomarnos una copa de vino los dos solos -ya estaba cerca de su boca.

El chico la tomó por los hombros y la alejó.

-Disculpe señorita, soy un hombre casado.

-Casado, pero no reservado, podrías probar otras variedades.

(¿Qué opinas? Muerte dolorosa o repentina...)

-No quiero probar nada, mi esposo me complace de todas las formas que existen y créame que es mucho mejor persona que usted -le respondió notablemente molesto-. Que tenga buenas noches, ya llegó a su piso.

-Vecino no se moleste, feliz noche que sueñe conmigo -dijo colocando un beso en el inicio de los labios.

(Por mí que sea dolorosa)

Alec se limpió con desagrado. Por fin hacia llegado a su cálido hogar; abrió la puerta, dejó la llaves en se lugar y los zapatos en el recibidor.

-Magnus llegué... -gritó para que Magnus lo escuchará.

No hubo respuesta, aunque sabía que el moreno se encontraba en la habitación, prefirió ir primero a la cocina en busca de sus galletas de vainilla que tanto le gustaban, y así poder bajar la incomodidad del ascensor.

Tomó la caja «perfecto, vacía» su rostro fue de decepción, la tiró en el bote de la basura. Sin otra opción se dispuso ir a la habitación. Al llegar no había nadie, se quito la ropa para quedar en bóxer, tocó la puerta del cuarto de baño con cuidado.

Amor, ya llegaste! -se escuchó una voz emocionada desde adentro-, entra, por favor.

Con cuidado entró consiguiendo a un hombre de piel canela, ojos verdes-dorados, cabello castaño y con las puntas en azules, recostado en la bañera.

1, 2, 3... Tocó La Pared 👻 || «Malec»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora