Lucy Quinn

Familia

Cuánto tiempo había pasado? Unas horas? Días? Años? Bah, da lo mismo en realidad. Estaba de nuevo en mi cuarto, sintiéndome diferente...si es que esa es la palabra adecuada.

Quería abrir mi ventana para tomar un poco de aire, pero está estaba cerrada. Seguro el viejo había tenido otro ataque de pánico de nuevo, como si en verdad le importara que me fuera a pasar algo.

Escuché unos pasos afuera de mi habitación y volví a taparme con las cobijas, haciéndome la dormida.

J- Aún no despierta Harls, dale más tiempo y después regresas a molestarla.

HQ- Sólo quiero que coma un poco, ya pasó un día y sigue sin despertar. Te dije que debíamos traer un médico para que la revise, puede que nuestra hija esté en coma o algo peor...

J- Lucy está bien, no exageres. Ahora déjala y sigamos con los negocios, seguro ya llegaron todos y nosotros vamos tarde.

Antes de irse, Harley abrió la puerta y tomó una bandeja con comida que estaba en uno de los muebles para dejar una nueva.

J- Harley, apúrate ya!!

HQ- Ya voy!!

Mamá se acercó a mi y besó mi frente.

HQ- Descansa Lucy, por favor come algo cuando despiertes...

J- SI NO TE APURAS ME VOY SIN TI!!

Harley rodó los ojos y salió del cuarto.

Miré el plato con comida, pero no tenía apetito. Ya no me importaba si pasaría mis últimos momentos en ese cuarto o no.

¿Porqué de entre todas las personas del mundo, tenía que ser yo la "afortunada" de tener una vida tan complicada? Sólo quiero un poco de calma, nunca pedí nada de esto. Digo, no me quejo de que haya momentos interesantes que probablemente nadie más experimentará en su vida, pero aún así tiene sus desventajas.

En eso, mi hermano tocó la puerta para entrar de todas formas. Venía junto a mi pequeño panda.

JJ- Sabíamos que estabas despierta. Toma, te trajimos tus favoritas. Mamá sólo te preparó sus ensaladas de col y tú y yo sabemos que son asquerosas.

Mi hermanito me dió un paquete de Pop-Tarts de canela y sólo las puse a un lado mío.

JJ- Obviamente no estás nada bien si dejas de lado unas Pop-Tarts, qué tienes?

Dí un pequeño suspiro, negué con la cabeza y sonreí.

- ¿De cuándo acá te preocupas por mi, eh?

JJ- ¿Crees que me preocupa una apestosa como tú? ¡Tu bebé está llorando por ti desde que te fuiste y papá me puso a cuidarlo! De nada, por cierto...

- Awwww, que lindo tío que se preocupa por su sobrino.

Acerqué mi mano a su cabeza y le revolví el pelo. Algo que teníamos en común era que nos gustaba molestarnos mutuamente, éramos hermanos después de todo.

- Creo que ya no podemos tenerlo aquí, este lugar no es adecuado para criar niños y mucho menos de un panda...

JJ- ¿Y alejarlo de su querida madre? Si que traes algo, ya dímelo. Lu, nunca le he contado a papá todas las veces en las que te escapaste, porqué le contaría de algo más?