Prólogo

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HOLA ESTA ES MI PRIMERA HISTORIA DE IS IT LOVE, SERÁ SOBRE MARK LEVIELS, ESPERO LES GUSTE. 
TAMBIÉN LES PIDO PACIENCIA Y QUE SUS CRÍTICAS SEAN CONSTRUCTIVAS. 

PRÓLOGO 

-Lo siento Morgan, pero yo te veo como una simple amiga.- Se mordía el labio inferior y evitaba mi mirada mientras me decía lo que no quería escuchar. 

Mis piernas temblaban y mi corazón se partía en dos pedazos, mis lágrimas amenazaban con salir, pero no le di ese gusto. 

-Lo sé Matt, solamente quería que lo supieras.- Giré sobre mis talones y salí del bar. 

Al llegar a la salida el aire frío de la noche golpeó mi rostro, al fin solté las lágrimas y me abracé a mi misma. 

-Sabía que esto saldría mal.-

Hace más de un año que trabajo en Carter Corp, desde el primer día supe que me había enamorado de mi compañero y después amigo Matt Ortega. 

-¿Cómo llegué a esto?.-

Su caballerosidad, su atención, su carisma, su rebeldía, su valentía, simplemente su forma de ser me seducieron. 

Sollozo. 

Todo se intensificó días después, en cierta noche, estaba en mi apartamento sola, llorando. Había perdido a mi abuela y eso me destrozó, ya que yo me encontraba en New York y ella en Texas, en ese momento llegó Matt por una papelería, me vio tan mal que se quedó toda la noche conmigo, estuve en sus brazos llorando desconsoladamente mientras que él acariciaba mi cabeza y espalda. 

-Dios, acabo de perder a mi mejor amigo.-

Mis lágrimas nublaban mi vista, así que dejé que mis pies me guiarán. 

-Lo amo tanto, ¿qué diré mañana?- Estaba tan absorta en mis pensamientos que no mire el rojo del semáforo, descuidadamente cruce. 

Una bocina de auto me regreso a la realidad, las luces me segaron y el miedo me paralizó. -¡AAAHHHHHH!- Un chillido de llantas, seguido de un portazo me indico que no había sido impactada. 

-¿Se encuentra bien?- Temerosa baje mis manos de mi cabeza y mire la voz varonil que me hablaba. 

Era un hombre de cabello corto y ondulado de color castaño con flecos llenos, ojos verdes cristalizados por anteojos de lentes semicirculares, vestía con un atuendo corporativo, una chaqueta de traje formal gris oscuro con un pañuelo blanco en el bolsillo lateral izquierdo, una camisa blanca, una corbata azul, pantalón gris oscuro y sus zapatos negros relucientes. 

Se acercó rápidamente a mi. 

-Gracias a Dios está bien.- Se aflojó la corbata, frunció el ceño y cómo si fuera mi padre comenzó a regañarme. -¿Por qué no se fija en su camino?, ¿acaso es ciega?. 

-¿Eh?, perdone estaba distraída.- Lo mire a los ojos, el frío me hacía una mala jugada, recordé que había olvidado mi chaqueta por salir corriendo de ese lugar. 

El extraño se quitó su saco y me lo colocó en los hombros. -¿A dónde se dirigía?.- 

Mire al suelo. -A mi apartamento.- Susurre. 

Él miró por los alrededores como buscando algo. 

-Es lo mínimo que puedo hacer, así que suba al auto.-

-No, disculpe, no lo conozco así que no subiré.- Me quite el saco, se lo devolví, aunque a los pocos segundos me arrepentí, el frío hacía que me dolieran los huesos. 

Me alejé de él, debía llegar a mi apartamento si no quería tener pulmonía. 

Cuando llegue al otro lado de la calle unas manos me tomaron, me hicieron girar y accidentalmente choque en su pecho. 

-¡Oh!, ¡Disculpe!, no quise ser grosero.- 

Lentamente levante la mirada, sus ojos verdes chocaron con los míos, un rubor rojo se extendió por sus mejillas, mientras que las mías se ponían calientes. 

-¿La lastime?.-

-Cl-claro que no.- Lentamente me separo de él, perdí la sensación de su calor. 

-Perdone, no me di a entender, deseo llevarla a su apartamento para asegurarme de que no le hice daño con el auto.-

-Esta bien.- Me colocó de nuevo su saco y me guió al auto. Al llegar me abrió la puerta, con cuidado me ayudó a entrar. 

-¿Dónde vive?.- 

-A cinco cuadras de Central Park.- Dije tímidamente, él me miró, pero desvió la mirada. 

-Esta bien.- Arrancó el auto. 

No sé cuánto tiempo pasó, pero ya eran las once de la noche. 

-Es en ese edificio de color café.-

Él giró el volante y se estacionó allí. Sin decir ni una palabra bajo para abrirme la puerta. 

-Gracias, ammm y perdone una vez más por mi estupidez.- 

El desconocido sonrió amablemente. 

-Le devuelvo su saco.- 

-No.- Colocó sus manos en las mías para evitar quitarme el saco. -Usted lo necesita más que yo.-

No sabía cómo responder a eso, ¿era una ofensa?, ¿pensaba que era indigente?.

-También tenga esto.- Me dio su pañuelo blanco. -Se le corrió el maquillaje.- 

Que vergüenza, todo este tiempo estuve con el rimel corrido, he de parecer un payaso de circo. 

-Gracias.-

-Esperare a que entre.-

-¡No es necesario!.-

-Lo es, por favor entre y ya no lloré, esos hermosos ojos no deben de estar llenos de tristeza.- Él miró hacia su auto, mientras que yo me deleitaba con sus palabras. 

-Gracias.- Antes de alejarme me acerqué y le dí un beso en la mejilla. -Buenas noches.- Corrí hacia la puerta. 

<Is It Love? Mark> El EJECUTIVO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora