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Charlie no dudó ni un instante en ponerse al día con su hija, la menor agradecía toda la atención que estaba recibiendo por parte de su padre

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Charlie no dudó ni un instante en ponerse al día con su hija, la menor agradecía toda la atención que estaba recibiendo por parte de su padre. Aquello la llenaba de una inmensa alegría y paz interior que no había experimentado en mucho tiempo.

Xanthe no había vuelto a ver a Edward desde aquel día, tampoco hubo noticia alguna sobre el paradero de su hermana. La pelinegra había dejado a su hija en varias ocasiones junto a
Jacob Black, la vampiresa confiaba plenamente en el hombre lobo y sabía que no le haría daño a Aithne, más Keon no pensaba lo mismo y se escabullía entre los árboles para espiar a las híbridas.

El tema de Keon era otro completamente distintos, ambos sabían que se atraían y no se cortaban ni un pelo ante aquella realidad, pero ambos tenían en mente de que no irían más allá hasta que pudieran solucionar el tema de Isabella Swan y estar seguros de que Aithne y Renesmee no se verían involucradas en cualquier tipo de disputas entre las hermanas; Xanthe sabía que no debería estar tan preocupada por aquella niña, más no podía evitarlo. Xanthe era cruel con quienes se lo merecían, no con pobres niños que no tenían la culpa de haber nacido allí.

A veces se preguntaba si estaba bien manifestar todo el rencor que sentía hacía Edward e Isabella, ¿valía la pena vengarse a lo grande? Obviamente ante su hermana era un rotundo sí, pero no estaba tan segura sobre Edward. El vampiro perdería tanto a su mujer, como a sus dos hijas, como a la mujer que alguna vez lo quiso con locura. Se volvería a quedar solo y su inexistente alma volvería a carcomerse lentamente. Xanthe disfrutaba la imagen mental que aparecía ante ella cada vez que lo imaginaba solo, moribundo y queriendo acabar con su vida nuevamente. Se merecía lo peor, pero no se merecía morir. La muerte solucionaría su sufrimiento con rapidez, y Xanthe no quería eso.

— Mamá, el abuelo ha dicho que me llevaría al mercado de compras, ¿puedo ir?

El suave tono de voz de su hija hizo que dejara de divagar y se sentara en su cama.

No, no se habían ido de la casa de su padre. El mayor había insistido en que se quedaran allí el tiempo que fuera necesario, y esas palabras viniendo de Charlie Swan significaban: "me asusta que vuelvas a desaparecer, por favor, no te vayas aún".

— Tened cuidado—fueron las únicas palabras que soltó la mayor.

Mayo estaba por terminar y el calor comenzaba a notarse en el ambiente, Xanthe inspiró hondo inútilmente.

Extrañaba el verano, estar al Sol con un negro traje de baño que le dejaría marca luego de pasarse horas y horas bajo los rayos solares. A pesar de no agarrar mucho el bronceado y quedar extremadamente pálida al llegar el invierno, al menos presumía de su dorado logro durante los meses de calor.

— ¿Lloriqueando otra vez por tu vida vampírica?—la voz de Jacob se hizo presente en la habitación. Una blanda almohada se estampó contra su rostro—. De acuerdo, alguien está de mal humor.

La sonrisa sarcástica que la pelinegra había adoptado le confirmó lo dicho al contrario.

— ¿Sabes algo de ella?—preguntó.

Jacob meneó su cabeza en señal de negación.

Desde hacía unos meses, Jacob y Keon estaban pendientes a cualquier tipo de pista sobre el paradero de Bella, incluso Seth y Leah Clearwater se habían unido a la busqueda.

Xanthe agradecía tener amigos como el menor. Éste había tachado a Isabella de su círculo cercano en el momento que desapareció sin ni siquiera notificárselo a su hija. El lobo había sido el único que logró conseguir que el llanto de la híbrida se apaciguara con levedad hasta que desapareció por completo. La pelinegra también había oído que Esme y Rosalie trataban de explicarle la situación a la niña sin que ésta lo tomara mal y terminara odiando a su madre, o a sí misma por pensar que había sido su culpa.

Obviamente esto falló, Renesmee había comenzado a odiar a su propia madre, y la respuesta que adjuntó junto a esto también sorprendió a todos.

Durante las vacaciones de primavera, Jacob se sentó en un pequeño claro del bosque a contarles toda la historia a ambas niñas, pidiéndoles que tuvieran la mente abierta y que no lo interrumpieran. En aquel claro se encontraban Keon y Esme, quienes habían estado de acuerdo en contarles todo lo sucedido hasta entonces, los dos creían que la mentalidad de ambas híbridas les permitiría comprender todo.

Y no se equivocaron.

— ¿Entonces somo hermanas?—preguntó la de oscuros ojos.

Aithne rió.

— También somos primas—soltó la de verdes ojos. Girándose hacia Esme dijo:— Abuela, deberías controlar a tu hijo.

— Xanthe es mi tía, y tuvo una hija con mi papá, y esa hija es mi hermana o media hermana...

Esme asintió.

Los tres adultos pensaban que aquello iba a tomar algo más de tiempo, pero nuevamente las niñas sorprendieron a todos y los hicieron callar. A veces las subestimaban.

— ¿Alguna pregunta?—cuestionó el lobo como si fuera algún tipo de profesor. El de tostada piel podía escuchar las burlas de castaño detrás suya.

— Sólo una—la voz de Renesmee se escuchó.

— ¿Cuál es?—dijo Jacob.

La niña respiró profundo, pareciera que se estaba preparando para formular lo que iba a decir. Aquello preocupó a los presentes, sabían que era algo serio en el momento que Aithne observó el rostro de la menor a su lado y no bromeó sobre éste.

— Si la tía Xanthe no abandonó a Aithne incluso cuando le hacía recordar diariamente que mi padre la abandonó, casi muere por su culpa y él no se molestó en buscarla, ¿por qué mi mamá me abandonó a mí cuando no fui yo quién causó el problema?

DESIRES; edward cullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora