1.
Era la duodécima pareja de doctores que pasaba a examinar al paciente.
Aún quedaban restos de sangre de la última visita, lo cual no resultaba tranquilizador para los nuevos.
San solo les dedicaba una gran sonrisa retorcida, sus brazos atrapados entre sus piernas, como siempre que recibía visitas, y su cabello negro cubriendo parcialmente su rostro.
Aún así, la doctora Swan podía ver los ojos oscuros del chico de diecinueve años clavados con insistencia sobre ella.—Señor Choi, es un gusto poder conocerle.
—Tiene miedo.
La doctora Swan contuvo la respiración un momento mientras su compañero miraba atónito al joven.
—¿Disculpe?
—Tiene miedo de morir —afirmó el chico mientras su sonrisa se ampliaba deformando completamente su rostro.
Los doctores se quedaron en completo silencio.
San se mecía en su sitio con las manos retorcidas entre la piernas cruzadas.
Aquel era un detalle que solía llamar la atención de sus supervisores. San estaba catalogado como un paciente extremadamente violento y peligroso, nunca se le dejaba salir de aquella sala, llevaba años sin ver la luz del sol.
Sin embargo, nunca había mostrado violencia física. Nunca se había abalanzado sobre los enfermeros ni había intentado escapar. Siempre estaba en su sitio, sentado con el cuerpo encogido y los brazos atrapados entre las piernas.—Por supuesto que no tengo miedo, señor Choi —aseguró la doctora con determinación, aunque se podía notar como su voz temblaba ligeramente —. Venimos a ayudarle, queremos curarle.
Una pequeña risa ahogada salió de la garganta del chico. Alzó la cabeza para mirar mejor a la doctora.
El rostro de Choi San era hermoso. Tenía rasgos afilados pero delicados, que le otorgaban el aspecto de un zorro, su belleza te atraía y al mismo tiempo te advertía de su peligro.
Sonrisa de niño y ojos de depredador.—De todos los pobres idiotas que me han mentido —murmuró el joven con voz rota —, usted ha sido la más convincente, sin duda.
Ambos doctores retrocedieron de forma inconsciente, sintiendo la amenaza en la voz de San.
—S-señor Choi- —el doctor tartamudeó mientras buscaba el pomo de la puerta a su espalda.
San seguía con la mirada clavada en la doctora, ignorando por completo a su compañero.
—Pero su actuación me ha parecido de lo más mediocre —sentenció cerrando los ojos con fuerza.
Cuando los abrió, el blanco de sus ojos se había vuelto completamente negro, transformando su mirada en un pozo vacío.
La doctora Swan se quedó inmóvil por un momento.
Entonces, empezó a emitir sonidos extraños y su cuerpo empezó a retorcerse, como si se estuviera rompiendo por dentro. Finos hilos de sangre comenzaron a surgir de sus ojos, su nariz y su boca. Sus extremidades se doblaron sobre si mismas y sus ojos se pusieron en blanco antes de que la sangre empezara a brotar con más intensidad hasta que su cuerpo se desplomó sobre un charco color carmín, quedándose fría y flácida en el suelo.
Una risa aguda y chirriante vibró en la garganta de Choi San haciendo que la piel del otro doctor se erizara y que el terror le inmovilizara ante aquella espeluznante escena.
Los ojos de San volvieron a su estado anterior y su mirada se desvió hacia el hombre que observaba aterrorizado el cadáver de su compañera.—Hey —susurró el chico para llamar su atención, provocando que el otro temblara compulsivamente.
El doctor afirmó su mano con fuerza sobre el pomo de la puerta y, después de un momento de silencio, reunió el valor suficiente para mirar al joven.
Sus miradas se cruzaron, los ojos de San parecían brillar con la ilusión de un niño que acababa de recibir un juguete nuevo.
![](https://img.wattpad.com/cover/241009588-288-k986106.jpg)
ESTÁS LEYENDO
MONSTERS [ateez; woosan]
Misterio / SuspensoOcurrió en mil novecientos noventa y nueve, cinco mujeres embarazadas de gemelos dieron a luz en cinco meses distintos, pero solo uno de cada par sobrevivió. Aquellos cinco niños nacieron con la muerte marcada. San es un monstruo, al igual que los o...