Érase una vez... el principio del fin

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PD: Los banners los iré cambiando a lo largo de la semana. La vida ya no me da para más ajaj. Espero que lo disfrutéis principitos. Un abrazo enorme.

Will

Lo pensé detenidamente. Incluso ahora, tanto tiempo después, puedo recordar con claridad cuanto me costó decidir.

Escribía, borraba y volvía a repetirlo, a recomponerlo. No estaba seguro de lo que expresaba el texto, de si había más información detrás de aquello que en lo que gramaticalmente suponía lo escrito.

Por mucho que buscara un deje de indiferencia y espontaneidad en aquella acción era evidente que estaba absolutamente entregado a mis sentimientos por él.

Suspiré con fuerza, dejando salir la frustración que tanto me consumía. Me tiré sobre la cama y miré de nuevo el borrador.

No, suena ridículamente forzado. Definitivamente un texto no es la solución.

Volví a levantarme, necesitaba decirle lo increíble que había sido para mi aquella noche. Que esperaba que él también la hubiese disfrutado. Que quería más, mucho más. Que si por mi fuera iría ahora mismo a donde hiciese falta para volver a sentirle pegado a mi. Que lo quería... que no veía el momento de volver a verle.

En cuanto me desconcentraba o quedaba solo me invadía un cosquilleo incesante que no me hacía otra cosa más que desearlo conmigo.

Me recogí el cabello con una goma de pelo y tomé la decisión de mandar un audio por WhatsApp.

- Hey lindo, yo...

Y la puerta se abrió, interrumpiéndome.

- Joder Charlie, hermana... - y con un chasqueo de lengua borré el intento fallido.

- ¿Qué? Solo venía a por las bragas - dijo en tono inocente envuelta en la toalla morada y con el cabello aún empapado, pegado a su anatomía.

- Nada - no debía pagar la tensión con ella - Intentaba enviar un audio... - y ese inevitable cambio en mí cuando pensaba en él me delató.

- ¿¡ El empotrador!? - su voz se escuchó por toda la casa. Como mínimo lo había escuchado la vecina del otro lado de la calle.

- ¡Charlie me cago en... !¡Baja la voz! - corrí a cerrar la puerta, cruzando los dedos porque nadie lo hubiese escuchado - Además, ya te dije que al final no follamos.

- Will, hicísteis el 90% de lo que se considera un polvo tradicional. Sí habéis follado.

- Ya, pero... no hubo, ya sabes... sexo como tal.

- Perdona - dijo en tono serio mientras metía el tanga bajo la toalla y se las subía con maestría - que no haya penetración no implica menos placer y menos validez en el sexo. Que no te la haya metido no lo hace menos real amigo.

- ¿En serio? - pregunté lleno de interrogantes.

- Ven, siéntate - indicó con la mano sobre mi cama mientras urgaba entre mi ropa.

- El porno nos ha jodido las espectativas. Es una industria que juega con la inexperiencia de la gente y te vende una ilusión. Es el Disneylandia de los hombres.

Cogió una camiseta que yo había dejado tirada sobre la butaca que había bajo al ventanal, la olió y se la puso.

- Pero... ¿que tiene que ver el porno? - mi amiga a veces quería meter temas polémicos con calzador en nuestras conversaciones.

- Mucho Will, creéme. Muchos lo vemos, lo consumimos, pero no debemos tomarlo como una pauta, como una herramienta de aprendizaje. Lo que muestra está totalmente desvirtuado y alejado de la realidad.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2020 ⏰

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