Capitulo uno

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Querida Adora:

Dado tu continuo rechazo a supervisar por ti misma los preparativos, te escribo para informarte de que ya ha sido dispuesto tu maldito matrimonio. Aún no se ha determinado exactamente con quién deberás casarte, pero puedes estar seguro de que la boda tendrá lugar en Londres el primero de septiembre; ya diferencia de la última maldita boda que preparé para ti hace tres años, espero que esta vez te presentes. De hecho, te pido que lo hagas. Mientras tú te dedicabas a cruzar las dunas del desierto de Egipto en busca de reliquias oxidadas, mi salud ha entrado en una fase de declive. Según los doctores me queda menos de un año de vida, y quisiera verte casada y asumiendo el lugar que te corresponde en la sociedad, incluso con un heredero en camino, antes de estirar la pata.

Como tú ya no puedes permitirte el lujo de dedicar demasiado tiempo a cortejar a una novia, he contratado a una casamentera para que te encuentre una esposa adecuada. Por desgracia, a causa del escándalo que produjo el que no te presentaras a tu última maldita boda, Miss Weaver se enfrenta con un reto abrumador.

Sin embargo, es una gran negociadora y ha prometido que encontrará una muchacha que pueda ser tu admirable vizcondesa. Con Miss Weaver supervisando los preparativos de la boda hasta en los mínimos detalles, lo único que tienes que hacer tú es presentarte. Asegúrate de que esta maldita vez será así.

Con cariño,

TU MADRE.

...

Catra Weaver frunció los labios y se acarició la nuca mientras daba vueltas lentamente alrededor de Lady Perfuma, quien estaba de pie sobre la plataforma de su vestidor. Catra experimenta con atención la esbelta figura embutida en el elegante traje de novia de color azul pálido, tomando nota de cada detalle, desde la desnuda línea recta de la nuca hasta los elaborados fruncidos de los volantes. Una sonrisa de satisfacción empezó a esbozarse en sus labios, pero la retuvo con firmeza. No se podía ser demasiado efusiva cuando se estaba negociando con madame Razz, la modista más exclusiva de Oxford Street. Por cada cumplido que recibía, se veía claramente impelida a aumentar sus ya exagerados precios.

—Está muy hermosa, Lady Perfuma usted Catra—. Grayskull se quedará prendada en cuanto la vea.

Un suave aleteo de algo que se parecía sospechosamente a la envidia estremeció a Catra, sorprendiéndola e irritándola. Apartó ese sentimiento a un lado, como si fuera un insecto que la molestara, y miró a la hermosa joven que estaba de pie frente a ella. El orgullo sustituyó inmediatamente la errante punzada de envidia.

La verdad era que había llevado a cabo los preparativos en nombre de Lady Grayskull de una manera brillante. Lady Perfuma era una omega de primera calidad. Dulce, inocente, responsable, con un temperamento amable, una conversación alegre y una voz cantarina que podía rivalizar con los ángeles, y un formidable talento para el piano. Las negociaciones que Catra había llevado a cabo entre el padre de Perfuma, el duque de Hedington, han sido difíciles y complicadas, incluso para una casamentera de su experiencia.

A pesar del escándalo provocado por el hecho de que, tres años atrás, Lady Grayskull no hubiera regresado a Inglaterra —abandonando su vagabundeo por los agrestes parajes de países exóticos— para hacer los honores al matrimonio dispuesto por su madre en su nombre, unido al hecho de que incomprensiblemente hubiera decidido aparte de las comodidades de la alta sociedad para vivir en condiciones «incivilizadas» —donde abundaban las costumbres bárbaras— para estudiar restos antiguos, el título y las relaciones familiares de la alfa le cambio de convertirse en una solterona sin esperanzas. Aun así, ha sido necesario grandes cantidades de tiempo, halagos y diplomacia por parte de Catra para convencer al duque de que Lady Grayskull era la pareja perfecta para lady Perfuma.

maldicion de amorWhere stories live. Discover now