Afraid

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Jimin ese día estaba tremendamente ansioso de ver a Jungkook, sobre todo por que el pelinegro le había prometido traer un montón de salami para que hoy tuvieran un lindo desayuno, y también le habían prometido todos los mimos y besos que él quisiera. Con las manos ansiosas empezó a acicalarse un poco el pelo, después se talló las mejillas para verse sonrosado y se quito las escamas viejas de la cola, quería verse bonito, pero mientras tocaba su cola, un pensamiento le hizo sentir una inmensa tristeza.
"¿Algún día tendré piernas?"

La respuesta era tan obvia que incluso parecía tonto plantearse la pregunta, pero es que el corazón de Jimin ya no pertenecía al bonito mar, si no que todo su cuerpo, cada pequeño cabello estaba enamorado de Jungkook, tenia la sensación de querer pasar con el resto de vida, poder verle esos ojos que brillaban como perlas, saborear sus labios y sentir su calor. Pero la verdad era tan distinta a la que su cabeza imaginaba, tenia tantos pero tantos problemas de los cuales huir, sabia que en cualquier momento tendría que dejar a Jungkook y retomar el legado de su padre, hacerse cargo del trono y casarse con un tritón o sirena para tener descendencia, sabía que tendría que enfrentar a los bandidos que tomaron su reino pero la parte mas difícil de todo aquello era dejar a Jungkook.

No quería hacerlo nunca.

Suspiro cansado y se dedico solo a mirar el horizonte, los suaves colores azules comenzaban a hacerse presentes a lo lejos, signo de que comenzaba a amanecer y probablamente Jungkook ya estuviera en camino a la Costa, no podía esperar a estar entre sus fuertes brazos por qué sus pensamientos y un extraño sentimiento de tristeza comenzaban a hacerle la cabeza nudos.

A lo lejos vio a un pequeño punto negro que se acercaba rápido, Jimin creyó que se trataba de Jungkook y feliz se sumergió en las azules olas, esperando a que en cualquier momento chocarán nadando y pudieran darse un beso de buenos días. Con su único ojo miro que cada vez estaban más cerca el uno del otro, pero su corazón estaba inquieto de miedo, no sabía por qué, pero le daba una mala sensación de que su amante pelinegro no se hubiera acercado con su pequeño bote, y fue en ese momento que vio la cara del individuo que se acercaba ahora más veloz y violento que antes, no era Jungkook.

Aquel que venía a su encuentro no era más que Min Yoongi, el líder de bandidos que constantemente estaban invadiendo tribus de sirenas, bandidos de los cuales su reino estaba bajo sus manos.

Asustado se dio la vuelta rápidamente y se trató de alejarse lo más rápido que pudo, sin embargo la distancia entre tritones era demasiado corta antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando, así que con solo estirar su brazo, el tritón tiro de la cola de Jimin y ambos bajo una lluvia de burbujas se sumergieron. Yoongi entre las manos tenía un gran objeto filoso como sus orbes, y Jimin no hacía más que intentar que enfocar con su único ojo los movimientos del enemigo, tratando por todos los medios de que no fuera apuñalado. Ambos se enfrascaron en una lucha donde uno retrocedía asustado y aturdido y el otro avanzaba decidido a todo, lanzando su arma.

Llego un momento en el que ambos estaban casi en la orilla, sus colas rozaban con la arena de fondo, mientras que ellos se movían con más dificultad y las olas los lanzaban aún más lejos del mar. Jimin más que exhausto fue alcanzado por un rápido y elegante movimiento  de Yoongi, el cual fue a parar directamente a su cola, la sangre empezó a salir y a manchar el agua, que poco a poco se fue convirtiendo a carmín.

-No sabes cuánto he esperado este momento principito -hablo Yoongi con una voz profunda y los ojos rojos de adrenalina, Jimin quien ya estaba con la espalda en la arena y las manos en la cara, cerró su ojo mientras sintió el cuerpo de Yoongi cernirse cobre el suyo.

"Sálvame "

El sonido de vidrio rompiéndose se hizo presente y en ese momento el cuerpo de Yoongi dio un salto y cayó abruptamente a un lado. Jimin al abrir su orbe lo primero que vio fue a Jungkook quien estaba con los ojos llenos de lágrimas y una botella rota en la mano.

-Te escuche en mi corazón, cariño - El pelinegro se abalanzó sobre Jimin y lo escondió entre su pecho.

Holaaaa 💙

undine ; KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora