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Tn dormía placidamente en su cama, su sueño era profundo. Pero, de pronto, sintió el aroma de la absenta, lo que la despertó.

– ¿Uhm...?

– Buenas tardes, señorita –saludó el mayordomo.– Su padre dejó órdenes de despertarla, así que le traje un vaso de absenta y también –enseño una percha con un uniforme.– su nuevo uniforme.

– ¿En serio tengo que ir a la escuela? ¿Por qué la hija del mismísimo Belphegor tiene que ir a la escuela?

– Órdenes de su padre, señorita –dejó el uniforme con cuidado a los pies de la cama.– Por favor, alístese. Le prepararán algo de comer y la limusina la llevará.

– Tch. Qué fastidio –se dejó caer en la cama.

– Con permiso.

El hombre hizo una reverencia y salió del cuarto, cerrando la puerta tras de sí. Tn soltó un suspiro, giró para mirar el vaso y frunció el ceño.

«Escuela...Tch. Maldita sea», pensó.

Tomó el vaso y bebió la absenta. Bostezó y cerró los ojos, quería dormir, pero no podía; seguramente su padre le había puesto alguna maldición para que no se durmiera demás y así no llegaba tarde a la escuela. Maldijo mentalmente, se incorporó con pereza y gateó hacia los pies de la cama, tomando el nuevo uniforme; este consistía de una camisa blanca con un moño magenta, un chaleco negro, un saco negro de botones blancos con interior magenta, y una falda negra con cuatro botones igual blancos y pequeños bolados blancos en la parte inferior. Volvió a maldecir y bajó de la cama para vestirse con este, dejando de lado el chaleco y cambiándolo por un fino saco azul pálido, y colocándose un par de medias blancas sobre la rodilla. Tras ello, se dejó caer en la silla delante del tocador y cepilló su cabello, dejándolo suelto. Y bostezó.

[19:45 pm]

[Ryoutei High School Academy]

Tn bajó de la limusina y observó el enorme edificio delante de ella, su nueva escuela. Chasqueó la lengua e ingresó a esta con pereza, no tenía mucha prisa ya que las clases comenzaban a las 20 hs. Se dirigió al que sería su salón y tomó asiento, recostándose en el pupitre.


Más tarde, el profesor llegó para dar su clase.

– Muy bien, clase. Hoy tenemos una alumna nueva –miró a la recién llegada.– Yoshimura-san, ¿Podría pasar al frente y presentarse a la clase?

«Te maldigo por hacerme levantar...», pensó Tn.

La joven suspiró, se levantó de su asiento y se dirigió con pereza hacia la pizarra, para luego mirar a los que serían sus compañeros.

– Soy Yoshimura Tn, llegué a este pueblo con mi padre hace dos días y...no tengo nada más interesante qué decir –miró al profesor.– ¿Me puedo sentar?

– ...Adelante.

Tn regresó a su pupitre, para sentarse y recostarse sobre este, aburrida.

[Días después]

Los días en la escuela no podían ser más aburridos para Tn. No le gustaba estudiar, y cada vez que intentaba dormir era despertada y regañada por un profesor; pero ese día había decidido que sería diferente, no intentaría dormir en clases, directamente se las saltearía para irse a dormir en otro lado. Entró en el salón para dejar su bolso, y luego se acercó a uno de los chicos nerds del salón.

– Hey, Daiki-kun –llamó.

El chico giró, sonrojándose y poniéndose nervioso al ver a la joven, quien al ser tan bonita se había vuelto muy popular entre los chicos.

– Y-Yo-Yoshi-mu-mura-sa-san... –tartamudeó.

– Ah, puedes llamarme sólo Tn.

– E-Está b-bi-bien.

– Oye, Daiki-kun... ¿Tienes mucho qué hacer? –le acarició el cabello.

– N-No mu-mucho... –tragó saliva.– ¿P-Por qué?

– Estuve algo ocupada y...no terminé mis tareas –mintió.– ¿Podrías...hacerla por mí?

– ¿Tu...tarea?

– Es mucho pedir, ¿Verdad? Lo siento –rió.– Lo sabía, lo siento –lo soltó.– Supongo que-

– ¡N-No! –interrumpió.– No es n-ningún problema. Puedo hacer tu tarea.

– ¿De verdad?

El chico asintió.

– ¡Ah! Eres genial –tomó su rostro y besó su mejilla.– Te lo agradeceré muy bien –guiñó un ojo.– Ah, y no olvides entregársela al profesor. Si pregunta dónde estoy sólo di que fui al baño, enfermería o algo así.

El chico asintió lentamente, su cara seguía roja tras el pequeño beso.

– Gracias, Daiki-kun.

Tn soltó al chico, quien cayó al suelo, y salió del salón mientras chasqueaba la lengua.

«Humanos...Tal fáciles de controlar», pensó.

La joven caminó por los pasillos de la escuela, buscando un buen lugar en donde pudiese dormir sin que ningún profesor la fastidiase. Tras algunos minutos, se detuvo delante de una puerta doble, tomó el pomo de esta y la abrió; observó dentro, viendo una pizarra con líneas de una partitura dibujadas, largas mesas con asientos largos de madera, algunos violines colgados junto a la pizarra, una pizarra más pequeña con papeles colgados, y un piano negro de cola a un lado; la ventana estaba un poco abierta, dejando entrar un poco de la brisa nocturna la cual movía ligeramente la cortina.

«El salón de música. Alguien me dijo que el salón de música no se usaba...Perfecto», pensó, esbozando una pequeña sonrisa.

Ingresó al salón, cerró la puerta y se acercó al piano; a pesar de no ser una sala usada, este estaba limpio, sin nada de polvo. Se sentó delante, levantó la tapa dejando a la vista las teclas, y tomó aire; acercó sus manos a aquellas brillantes teclas, tocó algunas de estas para comprobar que el instrumento funcionase, y luego tomó el valor para comenzar a tocar: "Sleeping Beauty Waltz" de Tchaikovsky.

Tn amaba la música clásica, era el género de música que más le gustaba y el cual escuchaba todo el tiempo. El piano y el violín eran de sus instrumentos favoritos, los cuales tocaba desde pequeña ya que su padre mismo le había dado clases.

Terminó la hermosa pieza y alejó las manos de las teclas, dejando que el sonido de las últimas que había tocado se desvaneciera en el aire. Sonrió.

– Nada mal –dijo una voz masculina.

La joven se sobresaltó un poco, pues creía que estaba sola en el salón; miró hacia los bancos, viendo que de pronto, entre ellos y sus mesas, un chico se incorporó lentamente. Él era rubio, y parecía ser bastante alto; llevaba el uniforme, con un saco beige y el abrigo de su uniforme colgando de sus hombros, además de llevar unos auriculares puestos conectados a un aparato en su cuello que parecía un choker.

– Creí que el salón estaba vacío. ¿Quién eres tú?

– Eso debería preguntarte yo a ti –la miró. Sus ojos eran azules.– Nadie entra en el salón de música, yo duermo aquí.

– Bueno, no lo sabía.

Sloth 💤 Shū Sakamaki 🐍🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora