Sloth 💤 Shū Sakamaki 🐍🔞

💤 7

La campana sonó, las clases ese día habían llegado a su fin. Tn tomó su mochila y se acercó a Daiki, para agradecerle por hacerle sus dos exámenes de ese día.

– Daiki-kun~ –lo tomó por los hombros.– Gracias por lo de hoy, eres genial.

– Ah. T-Tn-san, yo...N-No fue nada –acomodó sus lentes.– Fue un p-placer ayudarte.

– Te debo un favor, el que quieras. Claro, si es que esos exámenes tienen buenas notas.

– ¿L-Lo que sea?

– Sip. Aún quedan unos exámenes más, con los cuales me encantaría que me ayudes, te recompensaré muuuy bien –guiñó un ojo.

El chico se sonrojó y comenzó a tartamudear y balbucear.

– Qué lindo eres –rió.– Tú sigue ayudándome y siendo así de bonito conmigo, y cuando entreguen las notas de los exámenes y vea un buen número en los míos, entonces tendrás una linda recompensa. Piensa bien qué quieres, ¿Okay?

– O-Okay...

– Genial –besó su mejilla.– Nos vemos mañana. Bye bye.

Tn giró y salió del salón, dirigiéndose al salón de música. Al entrar, se acercó a su novio.

– ¿Ya terminaste?

– Sí. ¿Nos vamos?

– ...Okay.

Shū se incorporó, bostezó y miró a su novia.

– ¿Qué tal los exámenes?

– Los exámenes son geniales cuando no debes hacer nada –rió.

– Tramposa –rió.

El rubio se levantó, besó a su novia y tomó su mano.

– Vámonos.

Ambos comenzaron a caminar, saliendo del salón de música y dirigiéndose hacia la salida. Una vez fuera, se encontraron con Ayato y Laito.

– Hey, ustedes dos –llamó el mayor.

Ambos jóvenes de ojos verdes se detuvieron y giraron, mirando a su hermano mayor y la novia de este.

– ¿Qué sucede, Shū?

– Hola, Bitch-chan –rió.

– Hola, Laito –sonrió.

– Si el idiota de Reiji pregunta, me fui con mi chica.

– Ok... ¿Algo más?

– No –miró a la chica.– Vamos.

El rubio comenzó a caminar, arrastrando a la joven con él. La castaña se despidió de ambos hermanos y rió, siguiendo a su novio. Se acercaron a la limusina de ella y subieron a esta.

– ¿A dónde vamos entonces, flojito?

– Son las 2 de la mañana, no sé a dónde podríamos ir.

– ¿Quieres ir a tomar algo?

– Tenemos el uniforme de la escuela.

– Buu~ ¿Por qué me haces pensar tanto? –se quejó, dejándose caer sobre su pecho.

– Tonta –rió.

– Hm...Ya sé –lo miró.– Compremos algo y caminemos un poco por el parque.

– ...De acuerdo. Una cita es una cita.

Ella rió, y ambos se besaron.